Hace unos añitos muchas personas conocieron lo que era la prima de riesgo porque los medios de comunicación estuvieron hablando de ella a todas horas. Ahora sucede algo similar con el bono a 10 años de Estados Unidos. Entremos en materia porque es muy importante este tema.
Un bono a 10 años es emitido por un país con vencimiento a 10 años y los más conocidos o que más se habla de ellos son el bono de USA (llamado T-Note) el bono de Alemania (llamado Bund) y el bono de Suiza.
Estos bonos cotizan en base 100 en el mercado secundario o de negociación de renta fija y paga un rendimiento periódico anual que se conoce como cupón. Sirve para calibrar el estado de la economía del país en cuestión y es una inversión que cuenta con la seguridad de tener a un Estado que la respalda.
Digamos que son instrumentos financieros que otorgan un derecho de cobro para su tenedor (pero no derecho a voto). Las empresas los utilizan para financiarse en los mercados de capitales. El inversor puede comprarlos y tienen una rentabilidad a su vencimiento, con lo que el inversor invierten en la deuda de la compañía a cambio de un interés pactado previamente y que conoce.
Cuanto menor es el precio del bono mayor es su rentabilidad, y viceversa. Por tanto, la relación entre el precio y la rentabilidad es inversa.
¿Y por qué si sube la rentabilidad de los bonos es negativo para las Bolsas? Pues porque aumentan los costes de financiación de las empresas y éstas también emiten bonos, por lo que si tienen que pagar una rentabilidad mayor verán reducidos sus beneficios. Además, si los bonos ofrecen una mayor rentabilidad, muchos inversores optarán por salir de la renta variable e invertir en renta fija.
En el caso de USA hay que decir que el mayor acreedor de su deuda es China, fíjense que si el gigante asiático dejara de comprar deuda de USA originaría que las empresas tuviesen más problemas para que se les concediese préstamos, aumentando los tipos de interés.
Lo que más influye en el rendimiento de la renta fija es el devenir de los tipos de interés. Por ejemplo, si un inversor desea vender títulos de renta fija antes de su fecha de reembolso, corre el riesgo de los tipos de interés, un riesgo que se incrementa sustancialmente cuanto mayor sea el plazo de reembolso de los títulos. Por tanto, si los tipos de interés aumentan, las nuevas emisiones de renta fija en el mercado primario deberán incrementar sus tipos de emisión y los cambios en el mercado de renta fija ya emitida se reducirán.
Supongamos que una persona compra un bono de nueva emisión con cupón del 5%, genera 50€ anuales en intereses por cada 1.000 € de valor nominal. Si al año siguiente las tasas de interés se incrementan, ese bono continúa generando 50€ anuales, pero los emisores de títulos nuevos ofrecerán rentabilidades adaptadas a esas mayores tasas de interés, imaginemos que al 6%. Y claro, aquí viene el problema, como las personas que ahora compren bonos obtendrán más rentabilidad, para que la persona del bono con cupón 5% pueda venderlo ha de hacerlo por debajo de su valor nominal, por lo que es un mal negocio.
Lo mismo sucede, pero a la inversa, en el caso de que bajen las tasas de interés. En este caso, el bono que se tiene sí es un buen negocio a la hora de venderlo, ya que se haría por encima del valor nominal.
Y como no podía ser de otra manera, hay que contar algunas cositas de la volatilidad. En efecto, han sido pocos días, pero suficientes para que el fuerte repunte de la volatilidad haya provocado reacciones significativas. Fíjense, a modo de ejemplo, que hay dos fondos de REX Shares LLC que han tenido que cambiar cosas para evitar estar expuestos a un escenario como el vivido. Sin ir más lejos ahora se van a centrar en los futuros que vencen a 2 y a 6 meses, en lugar de contratos en el índice de volatilidad de Cboe que vencen en menos de un mes, más que nada porque al estar en contratos de vencimientos más largos la exposición a las fluctuaciones cotidianas de volatilidad se aminoran. ¿Y esto les merece la pena? Que se lo digan a los inversores de Credit Suisse Group AG que cuando el VIX comenzó a volar sufrieron pérdidas del 90% y el banco suizo ha tenido que liquidar el vehículo de inversión en cuestión.
Las Bolsas siguen relativamente tranquilas, los resultados de las compañías acompañan. Actualizando números, decir que el 54% de las compañías europeas ha superado las previsiones, por encima del 50% que entraría dentro de lo que se supone un trimestre habitual, pero aún alejadas del 76% de las empresas norteamericanas que ha mejorado las expectativas del mercado.
Y aunque todo va bien, en esta vida hay que ser previsor por lo que pueda pasar, y ésto mismo ha de haber pensado el Bundesbank al decidir elevar las provisiones de riesgo para cubrir de esta forma cualquier pérdida cuando el Banco Central Europeo comience a subir los tipos de interés, más que nada porque el BCE está cada día más convencido de que la inflación acabará por recuperarse gradualmente dentro de un contexto de sólido crecimiento económico, hecho que permitirá el final de los estímulos monetarios.
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es