Por cuarta vez desde el año 2009 Wall Street cae más de un 10% desde sus máximos. Parece el final del mundo, pero recordemos que el S&P 500 acumulaba una increíble subida de +250% desde los mínimos del 2009.
Los inversores, aunque están un poco más calmados, son conscientes de que estamos ante un año complicado y se tendrán que acostumbrar a una mayor volatilidad respecto al ejercicio anterior. De todas maneras, las expectativas de crecimiento económico continúan vigentes, así como la buena marcha de los resultados de las compañías cotizadas.
En este contexto, los mercados están luchando por encontrar un nuevo equilibrio después de la fuerte caída de las acciones, una situación que «expulsó» a miles de millones de dólares de los mercados bursátiles mundiales.
El Dow Jones terminó la semana con pérdidas superiores al -5% y Wall Street sufrió la semana pasada la mayor retirada de fondos de su historia, concretamente 30.600 millones de dólares en fondos de Bolsa estadounidense, superando la retirada masiva que se produjo la semana de la quiebra de Lehman Brothers.
En renta fija también hubo salidas durante la semana pasada, 4.000 millones de dólares en bonos.
Europa también sufrió salidas en sus fondos de Bolsa, 2.700 millones de euros.
Es cierto que la mayoría de los índices bursátiles de Asia, USA y Europa están en corrección, pero hay una gran diferencia entre la actual caída y correcciones anteriores en la última década: ahora el meollo proviene de USA.
Y es que en 2011 fue la crisis de la deuda de Europa y en 2015 fue la devaluación sorpresiva del yuan en China lo que provocó una fuerte caída. En aquel entonces, todos miraban a China y lo que estaba haciendo el Gobierno chino. Pero esta vez, el origen hay que buscarlo en USA con la inminente llegada de un nuevo ciclo de subida de tipos de interés y la preocupación sobre una mayor inflación.
Históricamente, cuando el índice de volatilidad VIX aumenta por encima de 35 y no se ha asociado con ninguna desaceleración económica, el mercado se ha recuperado con fuerza en los siguientes 12 meses.
El índice de volatilidad de VIX (Cboe) marcó su mayor aumento porcentual en un día a principios de la semana, llegó a marcar incluso 50,30, luego bajó un 12% a 29.56.
Pero calma, no tardará en estabilizarse, aunque este año habrá que acostumbrarse a trabajar con una volatilidad mayor que el pasado ejercicio, pero tendremos un año verde aunque de un sólo dígito.
El VStoxx (volatilidad europea) subió más de un 12,50% y superó los 36 puntos. Pero es que la volatilidad del Dax alemán (VDax) llegó a subir un 25,50%.
La venta masiva de acciones está haciendo bien poco para disipar las expectativas de que la Reserva Federal continúe con su ciclo de aumento de tasas de interés. La tendencia de la política monetaria global está encaminada hacia un endurecimiento cada vez mayor. Como adelanto tenemos el anuncio del Banco de Inglaterra que sugiere no solo una, sino dos subidas de tasas este año.
Los inversores tienen la atención puesta en Trum. Y es que tras la aprobación de su reforma tributaria llega ahora el otro momento crucial que sería la aprobación del fuerte plan de gasto en infraestructuras. De materializarse finalmente, podría ser positivo para el dólar y negativo para el oro. Habrá que estar atentos.
Les comenté a primeros de semana a raíz de la fuerte caída de los mercados el viernes pasado que esperaba al menos caídas del 8-10% en los mercados de USA y que una vez se llegase a ello se tranquilizarían un poco para luego empezar a subir.
De momento estamos ahí. Desde el famoso viernes día 2 que comenzó todo esto el S&P500 cayó -8,73% y a partir de ahí dejó de caer y sube de momento +3% en 3 días seguidos verdes.
Respecto al petróleo, decir que el aumento de la producción petrolera estadounidense junto con un repunte en el suministro de petróleo crudo de Estados Unidos, podría cortocircuitear los efectos del acuerdo de recorte de producción de la OPEP. Y por si fuera poco, el hecho de que Irán anuncia que aumentará su producción en 700.000 barriles/día en los próximos cuatro años, añade más presión bajista aún si cabe.
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es