El Índice del Dow Jones cayó más de 1,000 puntos (-4.6%) y el S&P500 también se desplomó (-4.1%).
Los datos de salarios que se conocieron el viernes dieron a entender que la inflación podría comenzar una senda al alza y que la FED podría subir los tipos de interés tres veces este año, comenzando en marzo. A ello se suma el incremento del interés del bono a 10 años de USA.
Realmente no pasó ayer nada especial para estas caídas tan fuertes en Bolsa, simplemente que tras subidas continuas y marcando máximos históricos un día sí y al otro también, a nada que se conoce algo negativo las ventas suelen ir en la misma proporción muchas veces, con lo que a nada que haya caídas del 2% el efecto llamada hace el resto y los stops ganadores que siempre andan cerquita del precio, comienzan a saltar en desbandada.
Así pues, la excusa para las ventas masivas ha sido el incremento de las expectativas de subidas de tipos de interés en Estados Unidos tras el repunte de las tensiones inflacionistas, lo que ha provocado una auténtica estampida del mercado de deuda.
Se comenta, como siempre sucede en casos de fuertes caídas en Bolsa, que fueron las maquinitas con sus algoritmos y temas cuantitativos de alta frecuencia, ya que fue sobre todo en un tramo de 15 minutos que comenzó aproximadamente una hora antes del cierre y fue entonces cuando se produjo una ola de ventas.
Las operaciones de alta frecuencia (High-frequency trading), son muchas operaciones de compra y venta de acciones con unos márgenes mínimos y con un volumen enorme. En USA está permitido que cuando se pone una operación de compra o venta de acciones al mercado, antes que la vean todos los intermediarios, se les ofrecen estas operaciones antes a ciertos clientes que pagan por ello.
Por tanto, los intermediarios que disponen de máquinas muy potentes aprovechan el hecho de tener las operaciones antes que nadie para analizar el mercado y ver que ofertas de compra y venta hay abiertas. A partir del análisis de esa información, que dura milésimas de segundos, deciden comprar o vender y ganan muchísimo dinero con los pequeños márgenes de cada operación.
Cada una de esas máquinas rastrea permanentemente el mercado, analizando las diferentes plataformas de contratación-sean éstas bolsas, mercados de renta fija o materias primas-, prácticamente a la velocidad de la luz. Su objetivo es encontrar tendencias en la evolución de los precios de los activos, o anormalidades en el mercado.
Miren, aunque fuesen las maquinitas, no perdamos la perspectiva, ellas reaccionaron igual que las personas, vendiendo. La diferencia es que lo hacen más rápido.
El Vix ayer subió de 18,47 a 38,80, superó la barrera de los 20 puntos que implica temor entre los inversores.
El VIX es uno de los índices de volatilidad más importantes entre los inversores. Se basa en la volatilidad de las opciones de corto plazo del SP500. Una subida del VIX implica descensos en las Bolsas, y viceversa.
Una elevada volatilidad está relacionada con un elevado riesgo, y lo contrario con una baja volatilidad. La media desde el año 1990 al año 2008 fue de 19.04 (en octubre del 2008 se elevó hasta 89,53).
Un Vix por encima de 20 indica temor de los inversores, un Vix por debajo de 20 implica que aún no ha llegado el «miedo» a los mercados.
El sentimiento de los inversores se mide con el ratio Put/Call. Si este ratio Put/Call fuese superior a la unidad, nos indica que los inversores tienen expectativas bajistas ya que el número de opciones de venta put adquiridas superaría al de opciones de compra call compradas.
Ayer subió con fuerza y llegó a 0,77, pero sigue por debajo de 1.
¿Panorama? Pues reacción un tanto desmedida de las Bolsas, que incluso si se prolonga en el corto plazo no pasa nada y que no ha cambiado el escenario para el presente año, en el que les comenté en su momento que debiera ser alcista pero bastante menos que el año anterior.
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es