Novedades respecto al techo de gasto del Gobierno de Estados Unidos y algunas cosas que seguramente no sabían al respecto, porque el tema no es ninguna tontería.
El Congreso de Estados Unidos no pudo aprobar finalmente una propuesta de financiamiento del Gobierno, por lo que pasa a estar cerrado parcialmente. Es la primera vez desde el año 2013 y el primer cierre moderno con un Congreso y una Casa Blanca controlada por el mismo partido. Las primeras consecuencias no se han hecho esperar: operaciones militares suspendidas a la espera de fondos, pero no afectará a la guerra de Afganistán ni contra el Estado Islámico.
La cuestión es que Estados Unidos no puede endeudarse de manera ilimitada, es el Congreso el que establece un techo máximo de deuda cada año. Cuando ese techo se alcanza, es el turno de los legisladores republicanos y demócratas y tienen que ponerse de acuerdo para elevar el techo de cara a que la Administración siga funcionando con normalidad. Así pues, el techo de deuda es el tope que tiene la Administración norteamericana para tomar dinero prestado.
Ese dinero, que se dispone prestado con intereses bajos, se destina para el pago de cuestiones tan importantes como los beneficios del seguro social, los servicios militares, las nóminas de los trabajadores del Gobierno, Los reembolsos de impuestos, los intereses de deuda, etc. La agencia Fitch ya avisó días atrás que el país se arriesgaba a perder su calificación máxima de AAA si no se elevaba el techo de endeudamiento. Así pues, el tema no era ninguna broma como podrán comprobar.
El problema es que la deuda de Estados Unidos es una de las más altas del mundo y siempre pasa lo mismo, prefieren incrementar el límite de endeudamiento y no ponerse manos a la obra para reducirla.
Es por todo ello que las miradas estaban centradas en el pasado viernes, momento en el que vencía el plazo, y en el continuing resolution (CR) que permitiría al Gobierno seguir con su “normalidad”. Para entendernos, es una medida de financiación temporal que el Congreso puede usar para financiar al Gobierno federal por un tiempo limitado y de este modo evitar un cierre del Gobierno a la vez que se otorga y a los legisladores más tiempo para llegar a un acuerdo sobre la financiación para el año.
El 21 de diciembre de 2017, el Congreso aprobó y envió al Presidente un CR para financiar operaciones hasta el 19 de enero de 2018. Pero es que desde el año fiscal de 1998 hasta hoy, se promulgaron 112 CR.
¿Y qué sucede si cierra la Administración? Bueno, eso sucedió con Obama en el 2013 y estuvieron a punto de llevar al país a la suspensión de pagos. Previamente, con Bill Clinton se produjo el cierre de la Administración durante tres semanas (diciembre 1995-enero 1996). Como curiosidad decir que entre marzo de 1962 y agosto de 2015, el límite del endeudamiento se incrementó en 74 ocasiones, 10 de ellas a partir del 2001.
¿Y qué consecuencias tiene todo ésto en las Bolsas y los mercados? Entre 1976 y 1996 se han producido en el país 17 cierres de la Administración (varios de ellos solo duraron un día). El balance es que en 8 ocasiones las Bolsas subieron y que en las ocasiones que bajaron sólo en 6 la caída superó el 2%.
Pero ojito, porque existe un documento del año 2013 escrito por asesores macroeconómicos que calcularon que el coste incidiría en un incremento de la tasa de desempleo, en una caída del producto interior bruto y en un mayor endeudamiento de las compañías solventes.
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es