«Lo dice la historia, la estadística: en un 99% de los casos, con unos niveles de valoración como el actual, la rentabilidad futura a 10 años ha sido de un dígito o negativa, como veremos en el gráfico adjunto. A principios de años, Antonio Iruzubieta escribía que lamentablemente, habrá grandes decepciones cuando el futuro bursátil no depare los rendimientos hoy esperados por multitud de inversores, tal como siempre ha sucedido en la historia. La famosa frase de Mark Twain “History doesn’t repeat itself, but it does rhyme.” ha quedado obsoleta o desacreditada en la mente de muchos inversores quienes ahora se dan por satisfechos con la mejora de los beneficios empresariales y observan, desde su prisma hipnotizado, numerosos eventos con capacidad de incidir en la expansión económica, como la reforma fiscal, reforma sanitaria, inversión en infraestructuras o el ritmo de endurecimiento de las condiciones monetarias de la FED. La coyuntura técnica de los mercados de acciones es de gran interés, más si cabe al ser combinada con la posición actual y perspectivas de activos interrelacionados como el Dólar, los bonos, crudo o los metales preciosos…», me dice uno de los gestores de moda de la Bolsa española, que incide sobre el mismo artículo:
Los inversores continúan hipnotizados y tratando de ignorar los riesgos y el hecho de que invertir en mercados con semejantes niveles de valoración en el pasado ha proporcionado rendimientos negativos durante la siguiente década.
John Hussman, analista y gestor de fondos resume la idea con los siguientes párrafo y gráfico de evolución esperada
Long-term market returns are driven primarily by valuations. Every valuation ratio is just shorthand for a careful discounted cash-flow approach, so the denominator of any valuation ratio had better be a “sufficient statistic” for the likely stream of cash flows that will be delivered to investors overdecades. For market-based measures, revenues are substantially more reliable than current earnings or next year’s estimated earnings.
Moisés Romero
La Carta de la Bolsa