En los últimos días hemos tenido dos noticias contradictorias sobre la deuda pública. La primera ha sido que en el mes de junio la deuda alcanzó el record de 1,138 billones de euros, el 100,03% del PIB de nuestro país. En concreto, y solamente en ese mes, la deuda del conjunto de las Administraciones aumentó en 13.938 millones de euros, una cifra que no se alcanzaba desde marzo de 2016.
Con este dato, el porcentaje de deuda pública sobre el PIB se aleja del objetivo del Gobierno de no superar el 98,8% del PIB a finales de año. El Ministerio de Economía afirma que a pesar de ello este compromiso se cumplirá si se tienen en cuenta las subastas pendientes y el crecimiento del PIB para este año que supera las expectativas más optimistas, ya que en el segundo trimestre creció un 0,9%, un 3,1% en tasa anual.
La segunda noticia es que, a pesar del aumento de la deuda, el Tesoro Público colocó el martes pasado dos emisiones a intereses negativos, es decir, cobró a los inversores que quisieron invertir en los 1.950 millones que subastó en letras a nueve meses un 0,4%, y a los que quisieron invertir en los 650 millones de letras a seis meses un 0,44%.
Este fenómeno no es nuevo y se ha repetido varias veces desde que en 2015 el BCE pusiese en marcha sus políticas de expansión cuantitativa que, en un primer momento, suponían la compra de activos, entre ellos deuda pública, por un importe de 80.000 millones de euros mensuales que luego, en abril de este año, se redujeron a 60.000 millones.
Lo anterior ha permitido que a pesar del aumento de la deuda los pagos anuales de intereses se hayan reducido respecto a años anteriores o, en todo caso, hayan permanecido relativamente estables.
Retirada de estímulos del BCE
El problema ahora es que se empieza a hablar de la retirada de estímulos por parte del BCE. La compra de activos al ritmo actual continuará por lo menos hasta diciembre pero el BCE aún no se ha pronunciado sobre lo que pasará después.
Actualmente las políticas de la FED y del BCE son divergentes. Mientras la institución norteamericana ya emprendió la subida de tipos a finales del año pasado y, recientemente, anunció que pronto comenzaría a vender los activos que tiene en su balance, el BCE mantiene los tipos en el 0% y continúa con la compra de activos. Los analistas se preguntan hasta cuándo podrá sostenerse esa divergencia y se espera que pronto, quizás en septiembre, el BCE anuncie algún cambio en su política pero, por ahora, guarda silencio.
¿Qué pasará si el BCE cambia su política? Desde luego ese cambio, cuando llegue, no será brusco sino paulatino. Pero una subida de tipos y una reducción del volumen de la compra de activos podría tener una repercusión importante en la economía española, ya que se encarecería tanto el endeudamiento privado como el público. Esto supondría una pérdida de la riqueza de los hogares y una carga mayor en el gasto público que implicaría que una parte mayor del dinero que el Estado recauda sería destinado no a inversiones en infraestructuras o al pago de servicios como educación y sanidad sino al de intereses de la deuda.
Y ese momento llegará tarde o temprano si no se acomete con decisión la reducción de la deuda que ha crecido de forma exponencial en los últimos años y lo continúa haciendo a juzgar por los últimos datos conocidos.
Por Departamento de Análisis Bankinter
Los informes disponibles para su descarga y los artículos del Blog de Bankinter se realizan con la finalidad de proporcionar a sus lectores información general a la fecha de emisión de los mismos. La información se proporciona basándose en fuentes consideradas como fiables, si bien ni Bankinter ni el Blog garantizan la seguridad de las mismas. Los informes del departamento de Análisis de Bankinter, S.A. reflejan tan sólo la opinión del departamento, y están sujetas a cambio sin previo aviso.El contenido de los artículos no constituye una oferta o recomendación de compra o venta de instrumentos financieros. El inversor debe ser consciente de que los valores e instrumentos financieros a que se refieren pueden no ser adecuados a sus objetivos concretos de inversión, por lo que el inversor debe adoptar sus propias decisiones de inversión, procurándose a tal fin el asesoramiento especializado que considere necesario. Por favor, consulte importantes advertencias legales.