Sí, las cosas van bien en líneas generales en Europa. Tenemos a prácticamente a todos los estados miembros creciendo, se espera además un incremento en la economía de la zona euro del 1,9% del PIB, se logró frenar el auge de los populismos (sobre todo donde más preocupaba que era en Francia). Pero que nadie lance las campanas porque todavía tenemos frentes abiertos que, sinceramente, dan pavor.
No es que los mercados los estén obviando, simplemente que ha descubierto que es más placentero y menos estresante vivir el día a día, y ya habrá ocasión de preocuparse y de vender llegado el momento.
¿Pero realmente es para estar inquietos? Hombre, sin jugar a ser adivinos ni saber cómo se solventarán cada uno de ellos, basta con echarles un vistazo para que me comprendan.
- – Las tensiones entre USA y Corea del Norte. Dos mandatarios que poseen un arsenal militar poderosísimo y que tienen un ego desmedido, que les encanta jugar a ver quién la tiene más grande y que para ellos los daños colaterales están en un segundo plano. Si ya de por sí el tema es complejo, no ayuda precisamente que continuamente estén a la gresca lanzándose amenazas e improperios. No hay que decir que si estallase una guerra, los mercados lo acusarían con intensidad.
- – Pero aquí no acaba el protagonismo de Trump que está en todas las salsas. Resulta que es que existe el riesgo real y potencial de que entable una guerra comercial con Europa, ya saben, todo eso de los aranceles y el proteccionismo económico. Llegados a ese punto, las Bolsas del Viejo Continente lo acusarían.
- – El devenir del Brexit, aunque aún tiene varios añitos por delante, puede estallar por los aires en cualquier momento. Y es que los británicos siguen amenazando con abandonar las negociaciones y levantarse de la mesa por el famoso tema de los 100.000 millones de euros que la UE les exige como deuda.
- – Y qué decir de nuestro querido país y el tema de la pretendida independencia de Cataluña con el referéndum antes. Un terreno virgen para ambas partes que a día de hoy no se sabe cómo se va a dilucidar y que pase lo que pase, las relaciones entre Cataluña y el resto de España ya no volverán nunca a ser como antes.
Sí, de momento tres indicadores muy importantes no muestran señales de preocupación (el oscilador de volatilidad, el indicador del sentimiento de los inversores y el sectorial bancario), pero es que no son osciladores que se anticipen a los hechos.
Por tanto, el devenir de los mercados de renta variable europeos en lo que resta de año va a depender esencialmente de cómo se desarrollen estos acontecimientos, puesto que pocas sorpresas positivas o negativas nos pueden deparar tanto la FED como el BCE.
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es
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