Para una creciente legión de estrategas e inversores de Wall Street, el mercado de valores parece que se dirige hacia un agrio despertar. Este pesimismo llega en un momento en el que las acciones de los Estados Unidos parecen gozar de una buena salud, al menos en la superficie. Los principales índices están cerca de los máximos históricos alcanzados la semana pasada, mientras que las ganancias corporativas están creciendo a un importante ritmo.
Sin embargo, algunos expertos del mercado piensan que esta fuerza aparente sólo enmascara problemas más profundos que subyacen bajo la superficie.
El estratega Marko Kolanovic, jefe global de JPMorgan de estrategia cuantitativa y de derivados, es uno de los que destacan esa cautela. En una nota a clientes, dijo que la baja volatilidad debería «marca una pausa a los gerentes de acciones». Kolanovic incluso fue tan lejos como para comparar estas estrategias que están reduciendo los movimientos de los precios a las condiciones que condujeron al shock de la bolsa de 1987.
«El hecho de que tengamos muchos ciclos de volatilidad desde 1983, y ahora estemos en mínimos históricos de volatilidad, indica que podemos estar muy cerca del punto de inflexión», dijo.
El repentino descenso de las acciones estadounidenses del jueves – incluida una notable caída de la tecnología – fue ampliamente atribuida a la nota de Kolanovic, destacando la seriedad con la que muchos inversores comenzaron a tomar tales advertencias.
Su consternación se extiende al mundo de los hedge funds, donde los gestores de inversión también están advirtiendo la falta de volatilidad.
Baupost Group, un fondo de 30.000 millones de dólares, destacó recientemente la falta de oscilaciones de precios como un precursor de malas noticias, calificándolo como un posible «acelerador para la próxima crisis financiera». Mientras tanto, Highfields Capital Management, que supervisa 13 mil millones de dólares, dijo esta semana que la baja volatilidad está dando a la gente la falsa impresión de que el mercado está libre de riesgo.
Más allá del ambiente de baja volatilidad, Bank of America Merrill Lynch tiene sus propias razones para esperar un próximo descenso en las acciones, que espera venga en algún momento de este otoño.
Michael Hartnett, estratega jefe de inversiones de BAML Global Research, señala cómo el S&P 500 ha seguido subiendo a nuevos máximos, a pesar de que el tamaño del balance de la Reserva Federal se ha mantenido relativamente sin cambios. Dice que esta divergencia es una «señal de euforia clásica». Tal sobreexuberancia ha sido históricamente una señal de que el sentimiento de inversión está excesivamente positivo.
El legendario inversor Byron Wien, que actualmente es vicepresidente del grupo de soluciones patrimoniales de Blackstone, está de acuerdo con BAML. Él ve problemático que el mercado de valores supere el balance de la Fed y calificó este desarrollo de «inquietante» en una nota del 26 de julio.
BAML también apunta los bajos niveles de efectivo de clientes privados como una señal de que el mercado de valores puede estar cerca de llegar al máximo. Con los inversores invertidos plenamente, no hay carburante para seguir que el mercado siga subiendo.
Y, quizás lo más importante para la advertencia de BAML de un techo de mercado este otoño, radica en un indicador propio de la firma que ha alcanzado una señal de venta. Se ha elaborado una lista de las cosas que deben suceder para el mercado toque su máximo en agosto:
- – El índice del dólar cae a 90, coincidiendo con la debilidad de la mano de obra/consumidor y una curva de rendimiento más plana.
- – El final del liderazgo del alto rendimiento, que «debería dar una alerta temprana»
- – La fatiga en sectores bursátiles que han liderado las subidas, en áreas como el Índice Nasdaq Internet, los mercados emergentes de Internet y los semiconductores
Sin embargo, en medio del creciente pesimismo, todavía hay estrategas en Wall Street que ven al S&P 500 manteniendo los niveles actuales, al menos hasta finales de 2017. Una encuesta a 20 principales estrategas de acciones realizada por Bloomberg muestra un pronóstico de fin de año promedio de 2.439.
Por lo tanto, mientras que nadie puede saber que pasará en los próximos meses, es bueno por lo menos ser conscientes de las grietas que se están formando en el mercado alcista. Y luego no digas que no fuiste advertido.
Fuentes: Bank of America, Blackstone (Joe Ciolli – Business Insider)
Carlos Montero
La Carta de la Bolsa