En los últimos días estoy recibiendo numerosos informes de inversión de las principales casas de análisis y bancos de inversión del mundo, recomendando a sus clientes traspasar parte de sus posiciones de la renta variable estadounidense y asiática al mercado europeo.
Es indudable que la incertidumbre política que presenta ahora la región, con las negociaciones sobre el Brexit o las elecciones en Francia o Alemania por ejemplo, han ahuyentado a muchos inversores internacionales de las bolsas europeas. Por otro lado, la peor rentabilidad de estas con respecto a la bolsa estadounidense en los últimos años, tampoco es un buen aval para atraer compradores foráneos. Ahora bien, todo esto podría estar cerca de cambiar.
De los informes a los que nos referíamos anteriormente me gustaría destacar uno especialmente, en el que Matthew Leeman de Morgan Stanley, resume brevemente las razones por las que deberíamos ser optimistas con las acciones europeas este año. Veamos:
1. Mejora en el crecimiento europeo
Las previsiones de crecimiento mundial se han revisado al alza, y eso es una buena noticia para los exportadores y las multinacionales europeas. En Estados Unidos, la administración Trump se ha comprometido a estimular el crecimiento económico a través de la expansión fiscal y la infraestructura. Las economías de algunos países en los mercados emergentes, a saber, Brasil y Rusia se están estabilizando y las perspectivas económicas de la eurozona también están mejorando, con indicadores económicos que apuntan al crecimiento del PIB del 1,4% para la región en 2017.
2. El euro sigue estando débil.
El continuo debilitamiento del euro también es positivo, ya que aproximadamente el 45% de los ingresos europeos proceden de fuera de la Unión Europea. Por regla general, cada 10% de debilitamiento del euro puede traducirse en un crecimiento del 6% del beneficio por acción y del 1,1% en el PIB nominal de Europa.
Dado el importante diferencial entre los bonos del Tesoro de Estados Unidos y los Bunds alemanes, es muy probable que el euro siga manteniéndose débil, impulsando así las exportaciones europeas.
3. La política monetaria se mantiene positiva.
Con el Banco Central Europeo extendiendo su flexibilización cuantitativa a diciembre de 2017, aunque a un ritmo más lento, las tasas de interés en la eurozona deberían permanecer bajas durante más tiempo. Todavía hay abundancia de liquidez en Europa. Esperamos que esto impulse aún más el crecimiento en toda la UE.
4. La inflación finalmente repunta.
Se espera que la inflación de los mercados desarrollados se mueva hacia, y en algunos casos por encima, de los objetivos de los bancos centrales, dado el gran aumento interanual de los precios de los productos básicos durante el primer trimestre de 2017.
El suelo de las expectativas de inflación es un importante paso adelante, ya que reduce los temores deflacionarios. Las acciones también tienden a ser una cobertura natural de la inflación, porque el aumento de la inflación aumenta el poder de fijación de precios de las empresas. Las acciones suelen superar a los valores de renta fija cuando los rendimientos de los bonos a largo plazo comienzan a subir en reacción a una inflación creciente.
5. El rendimiento de las ganancias corporativas.
Lo que es más importante, los ingresos de las empresas europeas probablemente han llegado a su nivel más bajo, después de caer durante seis años. Las empresas comenzaron a mostrar signos de recuperación a finales de 2016, cuando las ganancias por acción se volvieron positivas por primera vez en 16 meses.
El giro de los precios de las materias primas, la mejora de la rentabilidad en los bancos, el debilitamiento del euro y el aumento de las expectativas de inflación, apuntan a un mejor crecimiento de la parte alta de los resultados y de los márgenes.
Carlos Montero
La Carta de la Bolsa