El próximo domingo 7 de mayo, los electores franceses elegirán a su nuevo presidente. Los sondeos dan una clara victoria a Macron sobre la líder de extrema derecha Marie Le Pen, motivo por el cual las bolsas han subido en las últimas sesiones.
¿Pero ha pasado ya el peligro en Francia? Según Nicolás López de M&G Valores, uno de los mejores analistas nacionales a mi juicio, todavía no.
Veamos cuáles son los argumentos que da para sostener esa afirmación. Dada la extensión de los mismos, los publicaremos en dos partes:
Francia: el peligro no ha pasado. Los mercados han reaccionado con alivio a los resultados de la 1ª vuelta de las elecciones francesas. La eliminación de uno de los dos candidatos “antieuropeos”, el izquierdista Melenchon, deja al centrista Emmanuel Macron como claro favorito frente a Marine Le Pen para la 2ª vuelta según las primeras encuestas. Pero quizás los mercados han cantado victoria antes de tiempo. La pugna Le Pen-Macron tiene mucho en común con la que sostuvieron Clinton y Trump o con el referéndum del Brexit y en ambos casos el resultado no fue el esperado. Aunque es probable que finalmente Macron se lleve la victoria, creemos que el resultado va a ser bastante más ajustado de lo previsto y que a medida que nos acerquemos al 7 de mayo las incertidumbres van a ir en aumento.
Los antecedentes del Frente Nacional en las elecciones. En el año 2002 Jean Marie Le Pen daba la sorpresa al quedar segundo en la primera vuelta y se enfrentó a Jacques Chirac en la ronda final de las presidenciales. El resultado fue una aplastante victoria de éste por 80%-20%. Por aquel entonces el Frente Nacional era percibido como un partido de extrema derecha pura y dura, muy centrado en un discurso xenófobo contra la inmigración, y todos los partidos se unieron sin fisuras para hacerle frente. Sobre todo, los votantes del resto de partidos no sentían ninguna afinidad con el mensaje del Frente Nacional. En la 1ª vuelta Chirac había obtenido un 20% del voto y Le Pen un 18%, pero en la 2ª vuelta los votantes del resto de candidatos apoyaron masivamente a Chirac. Jean Marie Le Pen concurrió de nuevo a las Presidenciales de 2007 pero en esta ocasión fue derrotado en la 1ª vuelta en la que quedó en cuarto lugar con tan sólo un 10% de los votos. En 2012 Marine Le pen ya había sustituido a su padre al frente del partido, y aunque obtuvo un apreciable 18% de los votos en la 1ª vuelta, quedó lejos de Hollande y Sarkozy que pasaron a la 2ª vuelta con cerca del 30% cada uno.
Los resultados de la 1ª vuelta. Los resultados de la 1ª vuelta recién celebrada tienen algún paralelismo con los de 2002 en el sentido de que el Frente Nacional pasa a la 2ª vuelta con un porcentaje de votos ligeramente inferior al del primer clasificado (21% vs 24%) con un voto en general muy dividido. Es decir, el resultado final lo van a decidir en un porcentaje muy elevado los votantes de los candidatos eliminados que tendrán que decidir a quién apoyan entre dos candidatos que no eran su primera opción. Al contrario que en 2002, no cabe esperar que los votantes de los candidatos eliminados se decanten masivamente por Macron. Las propias encuestas, que dan una intención de voto cercana al 40% a Le Pen, ya reflejan que pese a que todos los demás candidatos apoyan en teoría a Macron, parte de sus votantes están decididos a votar a Le Pen.
2017 no es 2002. La posibilidad de que Marine Le Pen pueda recibir un 40% del voto de los franceses ya nos dice claramente que las elecciones actuales se juegan en un marco muy diferente al de 2002. Aunque el Frente Nacional sigue manteniendo algo del estigma original de ser un partido xenófobo, lo cierto es que ahora el sentimiento anti-inmigración se mezcla con otros factores muy diferentes con un apoyo bastante importante en la sociedad francesa.
Es significativa, por ejemplo, la coincidencia en muchos puntos del programa de Le Pen y el izquierdista Melenchon. Entre otras: salir de los tratados europeos, salir de la OTAN, salir de Schengen, proteccionismo comercial, jornada de 35 horas, jubilación a los 60 o rebajas de impuestos a las rentas más bajas.
Marine Le Pen representa en estas elecciones la defensa del soberanismo político francés frente a la integración europea, y del soberanismo económico frente a la globalización. Su votante potencial no se limita a la extrema derecha tradicional sino a todo un amplio espectro desde la derecha a la izquierda que quieren recuperar la idea de la Francia soberana frente a la globalización a la que se achaca los problemas que preocupan hoy a buena parte de la sociedad: la pérdida de “identidad nacional”, el exceso de inmigración, el deterioro de las condiciones económicas por la competencia de países de rentas bajas, el terrorismo, etc.
En definitiva, un cóctel de descontento similar al que llevó a la victoria del Brexit o a Donald Trump a la Casa Blanca. Marine Le Pen levanta la bandera del pueblo frente los grandes poderes políticos y económicos trasnacionales a los que se achaca el origen de todos los males. Y no olvidemos que Francia fue uno de los dos países (el otro fue Holanda) que rechazaron en referéndum la ratificación del Tratado de Constitución Europea en 2005, posteriormente sustituido por el Tratado de Lisboa.
Carlos Montero
La Carta de la Bolsa