Hace algún tiempo estuvimos viendo los pasos necesarios para implementar una estrategia basada en el concepto de Fuerza Relativa. La idea es ir incluyendo en nuestra cartera aquellos activos que estén mostrando más fortaleza durante los últimos meses e irlos rotando periódicamente según vayan perdiendo impulso. Se trata de un sistema de inversión clásico y que históricamente ha mostrado su validez a largo plazo.
En su día ya estuvimos viendo cuáles eran los pasos que había que seguir para seleccionar los mejores activos y para hacer un seguimiento de los mismos. Para quien lo desee, hoy vamos a ver reglas adicionales relacionadas con el control del riesgo. Incluyendo estos puntos en el sistema conseguiremos una disminución de la volatilidad y nos protegeremos ante eventuales caídas de los mercados.
Gestión del riesgo en la cartera de Fuerza Relativa
Llegamos ahora al apartado de control del riesgo en nuestra estrategia de Fuerza Relativa. Anteriormente, como primera medida de control ya hemos tenido la precaución de diversificar nuestras posiciones: hemos puesto únicamente el 10% de nuestro capital en cada activo y nos hemos asegurado de no tener más de dos valores pertenecientes a un mismo tipo de inversión. Ahora la cuestión es: ¿qué ocurre si nuestros activos comienzan a caer bruscamente? ¿hemos de mantenerlos hasta la próxima revisión periódica o los vendemos antes de que la cosa empeore?
12º) Reponderar los activos al comienzo de cada ejercicio. Por razones diversas (OPA hostil, descubrimiento de un nuevo medicamento, noticia favorable, etc…), lo más normal es que con el tiempo la ponderación de cada activo se vaya alejando del 10% inicial que le correspondía a cada uno. Si, por ejemplo, un activo alcanzase una rentabilidad del 100%, entonces probablemente supondría el 20% (o más) del capital de nuestra cuenta y ese es un riesgo demasiado elevado que no debemos correr. Así que, de vez en cuando, es necesario proceder a reponderar la cartera.
Por tanto, para evitar estos problemas, habrá que recalibrar la cuenta al comienzo de cada ejercicio. En ese momento lo que haremos es, independientemente de la plusvalía acumulada, asignar otra vez el 10% del capital total a cada uno de los 10 valores de la cartera. De esta forma sabremos que, al menos una vez al año, se van a corregir las desviaciones que se hayan ido produciendo en los distintos activos.
13º) Establecer un stoploss del -10% para cada activo. Una vez que hayamos seleccionado los 10 activos que van a formar parte de nuestra cartera, procederemos a establecer un stoploss en cada uno de ellos. Dicho stop estará situado en el -10% del precio de cierre actual. Como alternativa, podemos usar un stop de 5-ATR diario (5 veces el valor del Average True Range) y de esa manera nos adaptaremos con mayor precisión al mercado de nuestro universo.
14º) Situar un trailing stop del -10% tras cada revisión mensual. A continuación, en cada revisión periódica mensual que realicemos tendremos que examinar si hemos de modificar el trailing stop (o no). Las posibilidades serán las siguientes.
– Trailing stop: si el título ha subido desde la última revisión periódica realizada, entonces procederemos a situar el stop un -10% por debajo del precio actual.
– Mantener stop: si el título ha bajado desde la última revisión periódica realizada, entonces mantendremos el stop en el mismo punto en el que se encuentre en ese momento, independientemente del precio actual del activo.
Al igual que en el punto anterior, si lo deseamos podemos cambiar el -10% por un trailing stop del orden de 5-ATR diario. Así, nuestro punto de escape se moverá en consonancia con la volatilidad del mercado trabajado.
En resumen, tendremos que establecer un stoploss inicial y, posteriormente, ir situando el correspondiente trailing stop de nuestras posiciones. Estas simples acciones nos van a permitir tener protegida nuestra cuenta y, en el caso de que se produzca un desplome en los precios, servirán para abandonar el mercado antes de que los descensos alcancen niveles dramáticos. En condiciones normales, estos stops nunca llegarán a ejecutarse y la rotación periódica nos hará vender antes de que dicho evento llegue a producirse (pero nunca está de más contar con ellos por si acaso).
Filtros adicionales para la cartera de Fuerza Relativa
Junto a los pasos anteriores, ahora vamos a comentar algunos filtros adicionales que se pueden establecer sobre la estrategia. No se trata de reglas obligatorias para el sistema, pero mi recomendación es que se utilicen siempre y cuando no vayan en contra de nuestra filosofía global de inversión. En general, los pasos siguientes van enfocados al concepto de control del riesgo. El objetivo principal es evitar vernos arrastrados por desplomes masivos de los mercados financieros y, en tales escenarios, permitirnos abandonar la renta variable lo antes posible.
15º) Vender activos si el índice director deja de ser alcista. Aunque la extracción de la estrategia nos siga proporcionando activos con gran fuerza relativa, lo más recomendable es abandonar el mercado si el índice director ha dejado de estar en tendencia alcista. ¿Qué filtro podemos establecer para determinar que el mercado ya no es alcista? Bueno, hay muchas formas de hacerlo, pero una que suele funcionar bastante bien es la de trabajar con una media móvil de largo plazo.
Si el índice director perfora esta MM lenta, entonces procederemos a vender todos los activos que tengamos en cartera y dejaremos de aplicar la estrategia de Fuerza Relativa. Siguiendo con nuestro ejemplo del Ibex, si viésemos que el índice Ibex-35 confirmase la perforación de la MM55 semanal lenta, entonces venderíamos todas las posiciones que tuviésemos abiertas. Y nos quedaríamos totalmente fuera del mercado aunque siguiese habiendo títulos individuales que cumpliesen con los requisitos de Fuerza Relativa de la estrategia.
16º) Comprar activos si el índice director deja de ser bajista. Si, tras haber abandonado el mercado, el índice director vuelve a ser alcista en un momento dado, entonces volveremos a aplicar la estrategia de Fuerza Relativa. Por tanto, si el índice director supera la MM lenta, procederemos a incorporar a nuestra cartera todos aquellos activos que cumplan con los criterios de la estrategia.
Como hemos dicho antes, no es obligatorio establecer estos filtros en la operativa, pero la verdad es que no suelen hacer daño a la estrategia. En general, la rentabilidad a largo plazo con filtros o sin filtros suele ser bastante similar pero, eso sí, el uso de los filtros sirve para reducir drásticamente la volatilidad de la curva del sistema. Ahora ya es decisión vuestra usarlos o no…
¿Qué es lo que hago yo normalmente? Bueno, no quiero influenciaros, pero la verdad es que yo suelo emplear los filtros de control del riesgo cuando trabajo con la estrategia de Fuerza Relativa. Pero, cuidado, esto no significa que vosotros debáis usarlos. De hecho, sólo os recomendaría que los utilicéis si encajan con vuestra filosofía de inversión. Recordad, primero debemos tener clara nuestra filosofía y luego buscar un sistema que se adapte a ella (y no al revés).
Fuente: Tambolsa