«Hace unas semanas, Nicolás López, director de M&G Valores, comentaba que «en los últimos años se ha repetido un patrón frustrante respecto a los beneficios de las compañías europeas. Todos los años se anticipaba que los beneficios iban a crecer a tasas del 10% o más pero a lo largo del año estas expectativas se iban rebajando hasta acabar en un crecimiento plano o negativo. La crisis bancaria, la crisis de las materias primas y energía, la fortaleza del euro o el entorno semideflacionista que ha dominado en Europa estarían entre los factores que explican la recaída de los beneficios en Europa a partir de 2012 en contraste con la fuerte recuperación en EEUU. Los datos del 4º trimestre que está a punto de completarse, sin embargo, parecen reflejar un punto de inflexión en este sentido reflejando una clara salida de la fase de recesión de trimestres anteriores. Esta vez sí, las previsiones de crecimientos de más del 10% en los próximos dos años tienen viso de convertirse en realidad…»
Hay más voces en esta dirección: Borja Astarloa (JPMorgan Banca Privada): “El crecimiento de los beneficios en Europa tiene más recorrido alcista que riesgo bajista”
El aumento del euroescepticismo y la incertidumbre política podrían hacer del 2017 el año más difícil de la historia de la Unión Europea. Sin embargo, aunque las últimas encuestas muestran que sólo la mitad de los ciudadanos europeos tienen una opinión favorable de la UE, y que menos de un tercio apoya una mayor integración, los procesos electorales que se avecinan en Francia y Alemania presentan una oportunidad para los líderes europeos. “Si la UE se mantiene unida tras las elecciones en Francia y Alemania, los inversores probablemente lo verán con optimismo”, considera Borja Astarloa, responsable de Inversiones de JPMorgan Banca Privada, en la última edición de EMEA Perspectives.
Su opinión sobre la convivencia y el futuro de Europa es positiva. “Aunque es cierto que vivimos en tiempos difíciles, las perspectivas para Europa son cada vez más favorables”, afirma. Igualmente, su valoración es positiva para los mercados del Viejo Continente: “No hay que olvidar que la UE ha demostrado su capacidad de resistencia en tiempos difíciles. Las perspectivas económicas de Europa están mejorando, lo que debería apoyar una subida, largamente esperada, del crecimiento de los beneficios. Y, a pesar de las dificultades, la región sigue albergando algunas de las compañías más fuertes del mundo y presenta una oportunidad interesante para los especialistas en la selección de acciones”.
Como el sentimiento actual es negativo, cualquier mejora de las perspectivas de la región podría tener un efecto significativo, que generaría flujos de inversión y apoyaría a los precios de los activos. “Europa destaca como mercado valúe, con una rentabilidad por dividendo atractiva”, cree el director de Inversiones de la firma de banca privada. La renta variable europea se negocia a un ratio precio/valor contable de tan sólo 1,7 veces. Esto debe compararse con el ratio de dos veces de la renta variable global, lo que implica un descuento que duplica la media histórica del 10%. Al mismo tiempo, la renta variable europea ofrece un rendimiento cercano al 4%, un punto porcentual por encima de sus equivalentes a nivel global, según la entidad.
En los últimos seis años, las expectativas de consenso del mes de enero para el año que comenzaba eran de un crecimiento del beneficio por acción del 10% en Europa, pero entre 2011 y 2016, estas previsiones de crecimiento se fueron revisando progresivamente a la baja, terminando el año cerca de cero. Como resultado, los beneficios en Europa siguen cerca de un 20% por debajo de su nivel máximo. “Sin embargo, el 2017 podría ser distinto. Hasta ahora, las previsiones sólo se han rebajado de forma limitada. Por primera vez en muchos años, creemos que el crecimiento de los beneficios en Europa tiene más recorrido alcista que riesgo bajista”, defiende Astarloa.
El apoyo del BCE, crucial para Europa y su renta variable
El compromiso del BCE de mantener políticas monetarias muy expansivas hasta que la recuperación de la región demuestre ser sostenible beneficia a la UE de tres formas. “En primer lugar, el compromiso del BCE de hacer todo lo que sea necesario sigue en vigor, lo que proporciona cierta protección bajista. En segundo lugar, los tipos de interés probablemente permanezcan a un nivel lo suficientemente bajo como para apoyar a la recuperación económica sin poner en peligro la rentabilidad del sector financiero. En tercer lugar, la divergencia entre la política del BCE y la Fed estadounidense, que se dirige hacia una subida gradual de los tipos, debería impedir una apreciación sustancial del euro”, enumera el responsable de Inversiones de JPMorgan Banca Privada.
Astarloa recuerda que la región representa cerca del 20% del PIB mundial y una proporción similar de los mercados de renta variable globales, por lo que “evitarla completamente podría afectar significativamente a la rentabilidad de las carteras”. Por eso, en su opinión, “aunque podría parecer prudente esperar a que se aclare completamente la situación [política], podría ser una estrategia costosa”.
Mar Revuelta
La Carta de la Bolsa