Cada vez son más las pruebas que confirman el traspaso de fondos de la bolsa estadounidense a las europeas. El mejor escenario económico, la reducción de la incertidumbre política, junto con una clara infravaloración de los mercados del viejo continente, ha provocado este cambio de flujos que nos gustaría analizar con más detalle. Para ello resumiremos un interesante análisis realizado por Nicolás López de M&G Valores, en el que se dan las razones para esta mejora en el comportamiento de los activos europeos y su esperada evolución futura. Veamos:
Los inversores confían en Europa finalmente. En las últimas semanas los inversores parecen estar finalmente cambiando su percepción sobre Europa. El comportamiento de los índices europeos en el mes de marzo ha superado al de la mayoría de índices mundiales, pero muy especialmente a los norteamericanos. Frente a la subida del 5% del Eurostoxx 50 o el 10% del Ibex en el mes de marzo, el S&P 500 se mantiene plano desde hace algunas semanas con un retroceso del 1% en marzo.
Quedan atrás de esta forma muchos meses de un acusado peor comportamiento relativo de la bolsa europea afectada por los temores deflacionistas por un lado y las incertidumbres políticas derivadas de la amenaza populista que se dispararon tras el triunfo del Brexit el verano pasado.
Aunque el mal comportamiento relativo de Europa viene de mucho más lejos. Desde el año 2007 el S&P 500 ha doblado en términos relativos al Eurostoxx 50 o al Ibex con la crisis del euro como principal factor explicativo. Creemos que podemos haber dejado atrás esa fase definitivamente y que en los próximos meses/años los índices europeos van a mantener un mejor comportamiento relativo que los norteamericanos gracias al potencial de recuperación de sus beneficios.
Más de seis años de peor comportamiento relativo de Europa pueden haber quedado atrás. Los períodos de “underperformance” europea se han producido durante la crisis del euro en 2010-2012 y más recientemente en 2015-16 con la crisis del petróleo y el Brexit. Durante el período alcista de 2012-15, por el contrario los índices europeos fueron capaces de mantener el ritmo de los norteamericanos. En un entorno alcista en los próximos meses/años cabe esperar un mejor comportamiento relativo de la Bolsa europea que compense en parte las pérdidas acumuladas estos años pasados.
Las incertidumbres políticas un factor clave. La llamada crisis del euro fue un proceso de pérdida de confianza en la supervivencia de la moneda única y del proyecto de la Unión Europea. Detrás de esa pérdida de confianza estuvo la crisis financiera mundial de 2008-09 que alcanzó especial virulencia en los países periféricos europeos. La crisis bancaria, la recesión de 2011-13 o la deflación en 2015-16 son factores que han alimentado la percepción de Europa como un proyecto de dudosa viabilidad y que ha reforzado en estos años a la Bolsa americana como el activo de riesgo preferido de los inversores. El punto de máxima diferencia fue en junio pasado, tras el Brexit, cuando el S&P 500 valía 2,15 veces el Eurostoxxx 50 tomando como referencia el nivel de ambos antes de la crisis. Esa diferencia se mantuvo estable hasta el referéndum de Italia del pasado mes de diciembre y ha sido a partir de entonces en que los índices europeos han dejado atrás las incertidumbres y han mostrado un claro comportamiento alcista superando en términos relativos a la mayoría de índices mundiales. La recuperación que muestran los indicadores económicos, el repunte de la inflación y una creciente confianza en la estabilidad política de la eurozona están favoreciendo finalmente el cambio de percepción de los inversores que se traduce en un fuerte aumento de flujos hacia los mercados europeos en las últimas semanas.
Carlos Montero
La Carta de la Bolsa