«Dejan de estar apestados. Los bancos vuelven a los portfolios de los grandes gestores, aunque no por unanimidad. Por algo se empieza. Y al César lo que es del César. François Lavier de Lazard Frères Gestion, escribía a finales del año pasadoque la rentabilidad del sector financiero en 2016 se ha visto afectada negativamente por la evolución de los tipos de interés. En estos momentos pensamos que se dan las condiciones necesarias para un cambio en la dirección de esta tendencia. Constatamos desde hace poco más de un año una correlación positiva entre las cotizaciones de las acciones del sector bancario y los tipos largos (véase el gráfico 1). La pendiente de la curva de tipos es importante para la evolución de los márgenes netos por intereses en el sector bancario, recientemente bajo presión, en primer lugar, por los tipos negativos, difícilmente repercutibles al conjunto de la clientela y, en segundo lugar, debido a una curva de tipos todavía demasiado plana. En consecuencia, desde comienzos del año, los sectores Corporate Investment Grade y High Yield han generado un mejor comportamiento en el sector financiero en términos de variación de diferenciales, y esta constatación es aún más cierta en las deudas híbridas financieras (véase el cuadro 1):
Estrechamiento de diferenciales de los índices Bloomberg Corporates Investment Grade (-20 pbs) y High Yield (-177 pbs). Según los índices BoAML (Bank of America Merrill Lynch), los estrechamientos de diferenciales son mucho más intensos en la parte de Corporates IG (-35/ -40 pbs) y High Yield (-190 pbs).
Ensanchamiento de diferenciales de las deudas híbridas financieras, Tier 2 y Tier 1, tanto de bancos como de aseguradoras.
Ahora, la inclinación de la curva se ha reducido hasta el punto de rozar un rendimiento del 0%, tanto a corto como a largo plazo. En los mercados de renta fija, una subida de tipos provoca una bajada de los niveles de cotización mayor cuanto más se prolonga su duración en el tiempo. Pero por lo que se refiere a los mercados de renta variable, el razonamiento dista mucho de ser tan sencillo. Según explica Régis Bégué, director de Análisis y Gestión de Renta Variable de Lazard Frères Gestion, para entenderlo, conviene diferenciar tres situaciones posibles, cada una de las cuales puede tener consecuencias distintas sobre la renta variable:
- Una subida de los tipos largos (que depende de las previsiones del mercado en materia de crecimiento e inflación);
- Una subida de los tipos cortos (más expuestos a las decisiones de los bancos centrales);
- Un incremento de la inclinación de la curva (que representa el diferencial entre ambos).
Por otra parte, con frecuencia se ignora que los efectos de una subida de tipos sobre la renta variable son de dos clases:
- Impacto sobre la cotización (es el efecto más inmediato);
- Impacto sobre el resultado (efecto más tardío) debido a un incremento del coste de la financiación. La importancia del impacto dependerá de la situación del balance de la empresa.
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Último informe de Olivery Wyman
Los ingresos de los gestores de activos y el sector de la banca mayorista se están viendo afectados por los programas de Quantitative Easing (QE) o flexibilización cuantitativa y la regulación bancaria, provocando una diferencia de más de 100.000 millones de dólares (93.080 millones de euros) entre los ingresos de cada uno desde 2011, según el último informe de Olivery Wyman sobre las perspectivas en el sector de banca mayorista y gestores de activos.
De esta manera, los gestores de activos elevaron en 65.000 millones de dólares (60,5 millones de euros) sus ingresos gracias al QE, a la vez que la banca mayorista los redujo en 45.000 millones de dólares (41.900 millones de euros).
No obstante, en el informe se indica que esta situación puede que esté cambiando, ya que las gestoras se enfrentan cada vez más a presiones sobre sus márgenes, mientras que los bancos mayoristas se están comenzando a beneficiar de los nuevos giros que están dando las decisiones políticas, así como la tecnología o el apalancamiento operativo.
Para un horizonte de tres a cinco años, en el informe de Oliver Wyman se indican varios factores que podrían servir como palanca de crecimiento.
Entre estos factores figuran la estabilización regulatoria del sistema bancario y las previsibles subidas de tipos de interés, ya iniciada por la Reserva Federal, que podrían dar lugar a un aumento de la capacidad de los bancos mayoristas, así como un incremento de sus ingresos.
Asimismo, se señala que la continua e intensa presión sobre los márgenes podría desencadenar en programas de reducción de costes.
De igual modo, hacen referencia a un cambio estructural de la procedencia de los ingresos de la banca mayorista, desde los inversores institucionales a clientes corporativos.
También, aunque con una doble vertiente, se hace alusión en el informe a la tecnología. Por un lado permite reducir costes a la banca, pero por otro da lugar a la entrada de nuevos competidores.
Daniel Guitérrez
La Carta de la Bolsa