Recientemente hemos sabido que Wall Street estaba buscando traders entre los profesionales del póker. Y es que cada vez más expertos consideran que el mundo de la inversión y el del tapete verde tienen muchas similitudes. Brandon Adams, profesor de Harvard, asegura que los jugadores profesionales de póker serían unos grandes candidatos para trabajar en Wall Street y parece que muchos están de acuerdo con esta afirmación. Incluso ya tenemos ejemplos de que es cierta. Jugadores como Bill Chen, Jason Strasser y Erik Seidel juegan bien a dos manos, con los naipes y en bolsa.
Pero, ¿en qué se parece un jugador de póker y un trader? Quienes conocen los dos mundos afirman que las habilidades que definen a un buen trader son las mismas destrezas que necesita un jugador de póker para ganar. En primer lugar, en sendos casos se juega con y por dinero, por lo que se ha de ser consciente de que podemos gestionar (ganar o perder) importantes cantidades.
Es decir, que tanto en los torneos de póker como en las inversiones en bolsa se asumen riesgos. Por muy bueno que seas apostando o invirtiendo, siempre existen probabilidades de perder. Y se debe ser consciente de ello. Hay que saber aproximarse a ese riesgo de forma racional. Del mismo modo, existen probabilidades de ganar. Y es precisamente la combinación de ambas posibilidades (ganar o perder) lo que da tanta emoción y adrenalina al póker y al trading.
Eso sí, hay que saber mantener siempre los pies en el suelo y tener disciplina. En más de una ocasión tienen que tomar decisiones bajo presión y para no fallar es necesario que cuenten con práctica y experiencia a sus espaldas. Por eso, tanto en el póker como en el trading hay que se constantes y tener una memoria bien entrenada.
Otra habilidad que comparten es la paciencia. Los profesionales de la bolsa y de los naipes saben que el ritmo de las partidas no siempre es el que les gustaría. A veces no queda más remedio que esperar el movimiento que hacen los demás y analizarlo a conciencia para poder adelantarse al resto y atacar. Para ello, sin duda, se necesita ser racional y tener auto-control. Grandes beneficios pueden convertirse en grandes pérdidas si no sabemos controlarnos.
Por último, existe otra habilidad común en el póker y en el trading: la seguridad en sí mismo de los participantes. A la hora de apostar hay que estar seguro y tomar decisiones firmes, sabiendo que si son decisiones erróneas existe el riesgo de perder dinero. Si se asume esta premisa y aun así se mantiene la confianza en uno mismo se tienen muchas más probabilidades de ganar y disfrutar al invertir en bolsa.
Por todo ello no es de extrañar que Wall Street esté buscando nuevo talentos entre las élites del póker. Y es que quienes han sabido mantenerse como jugadores de póker profesional durante años, retando al azar y a la competencia, tienen más posibilidades de ser un buen trader. Cuentan con un as bajo la manga: saben perder y sobre todo, cómo ganar.