«Que la Bolsa no es lo que fue y que, a buen seguro, no será lo que es, representa uno de los acertijos más difíciles de resolver. Desde siempre el concepto Bolsa ha ido ligado al de empresa. Bolsa como canalizador de ahorro, que demandan las empresas para crecer y fortalecer su estructura de recursos propios. A empresas más sólidas, alzas más continuadas. Pero eso es pasado. En la segunda mitad de los ochenta y noventa los inversores preferían que fueran las propias empresas a través de «crecimiento» (orgánico o mediante compras) las que remuneraran sus posiciones. Pero en los últimos años de baja inversión y limitadas operaciones corporativas han sido los dividendos y la recompra de acciones el camino elegido para materializar el valor. Es obvio que en un mundo de bajos tipos de interés y pocas inversiones rentables (o al menos con limitado riesgo) ahora todos volvamos a hablar de crecimiento como premisa para orientar la rentabilidad potencial en el futuro. La realidad es que la última conclusión sigue sin ser válida. Así, cualquier estudio estadístico muestra que las empresas que mejor comportamiento muestran en el mercado son precisamente las que más porcentaje de resultados pagan vía dividendos. Las peores, aquellas que los destinan a inversión (y crecimiento). Así, en este momento (y probablemente a corto plazo no va a cambiar mucho) son las compañías con mayores beneficios y elevados payouts las más demandadas por los inversores: tecnología, farmacia, consumo duradero. Y naturalmente, el mercado norteamericano como paradigma», me dice un viejo lobo de mar de la Bolsa española, que añade:
«Por eso, recurrir a los libros de texto o fiarnos de los manuales de antaño sólo puede ocasionarnos pérdidas. Uno de los padres del análisis fundamental fue Benjamin Graham, cuyo pensamiento se impuso en todos los gestores de inversión en los años 50/60. Graham fue el autor de la primera referencia del análisis fundamental, «Security Analysis», que buscaba entender y valorar las empresas a partir de sus datos contable-financieros. El análisis fundamental busca predecir la evolución futura de una compañía en bolsa a través del estudio de su situación financiera y las previsiones futuras de negocio. A la hora de estimar el negocio futuro de una compañía, se tendrá en cuenta cual es el entorno socioeconómico nacional e internacional, y como puede éste afectar al flujo futuro de ingresos y a su estructura de costes…»
Y vean lo que está pasando (entre otras cosas):
- Las ampliaciones de capital efectuadas por empresas cayeron en noviembre por tercer mes consecutivo, hasta los 1.910,32 millones de euros, lo que supone un retroceso del 57,1% interanual, según Axesor. El volumen acumulado desde enero ha sido de 28.909,07 millones de euros, una caída del 14,7% respecto al mismo periodo del año anterior y el nivel más bajo en toda la crisis.
- Se trata de la primera vez que el acumulado entre enero y noviembre es inferior a 30.000 millones de euros. Según Axesor, la razón está en el desplome de los sectores de construcción y banca.
- En el balance acumulado, los tres primeros sectores bajan, descendiendo un 5,6% en las actividades financieras y de seguros, un 19,1% en las actividades inmobiliarias y un 47,3% en la construcción.
- En concreto, la acentuada caída en la construcción se debe al volumen extraordinario registrado el año pasado (2.447,75 millones de euros), al que acompañó una reducción de capital de un importe similar, mientras que este año este sector ha limitado sus ampliaciones a 189,35 millones de euros (un 92,3% menos).
- La fuerte reducción ha afectado especialmente a las grandes empresas, que acumulan un 30,9% menos que en el mismo periodo del año anterior, con 9.566,3 millones de euros.
- Por su parte, las pequeñas empresas lideran la estadística con 13.754,4 millones de euros, un aumento del 14,7% respecto al año pasado.
- Según explica la analista de Axesor Carmen María Roldán, las ampliaciones aumentaron durante la crisis debido a que algunas compañías, sobre todo grandes empresas, utilizaban las ampliaciones para financiarse o iniciar nuevos proyectos en un marco en el que el flujo de crédito estaba «muy restringido».
- Sin embargo, el acceso a la financiación «se está incrementando, pero sobre todo a compañías grandes y solventes, mientras que para las pequeñas empresas, la obtención de capital sigue estando más restringida», apunta Roldán.
- Por otra parte, las reducciones de capital ascendieron en noviembre a 4.205,86 millones de euros, un 5,8% más que en el mismo mes del año anterior. Según Axesor, las reducciones se producen normalmente por un situación grave de pérdidas o de caída de ventas.
- En el conjunto del año, las reducciones suman 28.033,6 millones de euros, lo que supone una subida del 34,6% y la segunda cifra más elevada de toda la crisis, superada solo por el año 2013.
DESPLOME EN MADRID
Las ampliaciones de capital cayeron de manera muy particular en Madrid, pasando de los 3.542,2 millones de euros en noviembre de 2015 a 934,26 millones el pasado mes, es decir, una bajada del 73,6%.
A pesar de ello, el 48,5% del total del dinero que circuló en España en noviembre a través de ampliaciones de capital recaló en Madrid.
Cataluña anotó apenas la mitad, 373,4 millones de euros. La que menos dinero movió fue Ávila, con 120.000 euros en noviembre y 4,4 millones de euros en el acumulado anual.
El pasado mes fueron siete las provincias en las que el volumen registrado no alcanzó el millón de euros, todas ellas en Castilla-La Mancha o en Castilla y León. En el balance de enero a noviembre, hasta 23 provincias se han situado por debajo de los 100 millones de euros, mientras que solo han superado los 1.000 millones las comunidades de Madrid, Cataluña, Andalucía, Valencia, País Vasco y Galicia, que suman 24.637,46 millones de euros (un 85,22% del total).
Moisés Romero
La Carta de la Bolsa