«En nuestra gestora nos preguntan qué valores están mejor posicionados ante la subida del dólar. Repsol es el gran favorito en los primeros días del año, porque la mayor parte de sus ingresos los recibe en esta divisa (que es la que se negocia los precios del petróleo) y sus beneficios traducidos a euros se van a ver impulsados. Los analistas de Goldman Sachs consideran que puede llegar en los próximos meses a los 17 euros. Empresas como ACS, que obtiene un 52% de sus ventas en Estados Unidos, también figuran en la lista. Lo mismo sucede con Ferrovial y OHL. USA es el tercer generador de ingresos para Ferrovial, con el 16% de las ventas totales. En el caso de OHL, el 26% de la carter de construccción procede del mercado norteamericano. Grifols aparece en todos los listados. No hay ninguna otra compañía española que tenga un mayor nivel de ingresos en Estados Unidos que el fabricante de hemoderivados Grifols, especialmente tras la compra de Hologic. La firma de origen genera dos de cada tres euros de sus ingresos en territorio USA…»
«…Sigue el listado con Acerinox (un 50% de sus ventas son en USA); Arcelor Mittal también puede ser una buena opción, pues genera el 20% de sus ventas en USA. En el caso de Tubos Reunidos, roza el 40%. Otro valor singular es la papelera ENCE«, me dice el director de inversiones de una importante gestora de patrimonios que añade «en cualquier caso, no hay un convencimiento claro de que el dólar vaya a traspasar líneas rojas, lo que se traduce en tomas muy selectivas de posiciones en estos valores. Recomiendo la lectura de este análisis respecto al dólar, la renta fija y los mercados emergentes, efectuado a finales del año pasado por Didier Saint-Georges, miembro del comité de inversiones de Carmignac:
La fortaleza del dólar es la primera ramificación del programa de Donald Trump. “Las inversiones en infraestructuras del programa del presidente electo difícilmente alcanzarán los vertiginosos importes anunciados, pero el déficit de equipamientos públicos en EE.UU. es absolutamente real y los dos candidatos contaban con el objetivo de remediarlo en sus programas. Así pues, este componente keynesiano de las políticas anunciadas debe tomarse muy en serio. No obstante, hay que ser conscientes de que la ejecución de estos proyectos, y aún más sus efectos multiplicadores sobre el resto de la economía, llevará tiempo y deberá lidiar con las restricciones financieras. Los mercados, como ocurre a menudo, se apresuran a descontar las previsiones”, explica. Pero hay otras ramificaciones. La segunda es un deterioro duradero de los mercados de renta fija.
Aquí también conviene encuadrar el fenómeno Donald Trump en su contexto. “Los mercados de renta fija ya estaban muy caros y descontaban, en conjunto, unas perspectivas de estancamiento a largo plazo hasta el infinito. A este respecto, cabe señalar que las estrategias activas de renta fija habían tenido ocasión de reducir considerablemente la sensibilidad de sus carteras a los tipos de interés desde comienzos de verano. Varias semanas después de la elección de Donald Trump, se puede afirmar que los mercados de bonos ya han iniciado el camino de retorno hacia unos niveles de valoración más razonables. Pero al diagnóstico se suman también unas mejores perspectivas económicas, así como un aumento de las previsiones de inflación. Ciertamente, es demasiado pronto para proclamar una gran desviación de los tipos a largo plazo”, señala Saint-Georges.
Tal y como recuerda el miembro del comité de inversiones de Carmignac, el mundo no ha pasado de repente a ser inflacionista: en estos momentos, se conforma con ser menos deflacionista. “Incluso en EE.UU., donde la inflación ya ha corregido el rumbo y justifica una subida de tipos más intensa que en Europa, por el momento estamos simplemente ante un repunte cíclico: las presiones demográficas y el endeudamiento público siguen constituyendo importantes frenos estructurales. Por lo tanto, la posibilidad de una subida rápida de los tipos de interés se perfila como uno de los principales riesgos y demanda estrategias de renta fija ágiles, aunque podría ser tolerable para las bolsas”, indica.
La tercera ramificación clave es un nuevo apuro para los mercados emergentes. “El cóctel formado por un dólar fuerte, tipos de interés al alza y amenazas proteccionistas no es, en absoluto, un buen augurio para las economías emergentes y los mercados han tomado rápidamente buena nota de esta circunstancia. Los activos mexicanos, afectados directamente por las amenazas de Donald Trump, se han visto especialmente penalizados y descuentan en estos momentos que las declaraciones del candidato Donald Trump van a llevarse a la práctica sin reservas. ¿Serán realmente tan radicales?”, se pregunta el experto. Saint-Georges lo duda.
“A Donald Trump no le va a quedar otro remedio que encontrar un equilibrio entre proteger a la clase trabajadora estadounidense y salvaguardar los intereses de las empresas del país, que necesitan la mano de obra mexicana, los recursos naturales canadienses y los costes de producción asiáticos”.
En cuanto a las relaciones comerciales con China, desde Carmignac consideran que éstas se verán influenciadas enormemente por el encaje geopolítico que se quiera preservar en Extremo Oriente. “Sin duda, se renegociarán tratados comerciales y tal vez se sustituyan acuerdos multinacionales por tratados bilaterales, pero es improbable que se pueda dar marcha atrás a 25 años de globalización económica. Más allá de las tensiones a corto plazo, y sin distinguir entre las clases de activos, los mercados emergentes que han sabido recomponer unos fundamentales sólidos desde 2013 parecen haber recibido un castigo excesivo desde el 9 de noviembre”.
Daniel Gutiérrez
La Carta de la Bolsa