«Una de las bichas que más veces se ha mentado desde que estalló la Madre de Todas las Crisis ha sido la de la vuelta al Proteccionismo. La mecha la encendió Argentina ¿efecto descontado? No está descontado. Desde Brasil a España y desde España a Camerún unos países acusan a otros de aplicar «tarifas» a las importaciones a través de depreciar sus monedas expandiendo la base monetaria. A China, país dado a jugar con su moneda según le conviene en cada momento, parece que sus amigos de USA le han parado los pies. Además, China está sumida en una crisis económica interna muy importante, que choca frontalmente, con la expansión que los chinos realizan fuera de China: lo mismo compran edificios enteros, que bancos o clubes de fútbol. Pero volvamos al lid inicial. Los que juegan al proteccionismo aducen que detrás de estas críticas está la expansión de liquidez desde los bancos centrales desarrollados. Hay que reflexionar sobre este asunto (y más en cómo retirarlo. Ya lo está haciendo USA y el BCE está en ello…pero este es otro problema). Para muchos expertos, parte de este dinero deprecia las monedas en los que se ha expandido y un segundo efecto, no menos relevante, es que produce excesos y burbujas, porque no es absorbido por la economía. Y a esto se añade el Brexit cuyas consecuencias aún no hemos podido devaluar, con la libra cotizando a niveles desconocidos por esta generación…», me dice uno de mis gurús favoritos.
«¿La Bolsa? Mejor no volver a mentar la bicha del crash del 29», me dice, a la vez que me envía el siguiente resumen «porque hay muchos episodios de la economía de entonces similares, idénticos a la economía de hoy»:
La crisis económica de 1929: causas, desarrollo y consecuencias.
Desde 1925 la economía americana había crecido de una forma continua, los beneficios de la bolsa eran enormes. Después de varios años de crecimiento espectacular sobreviene bruscamente una crisis en la bolsa de Nueva York, las acciones de las empresas caen en picado pues todo el mundo quiere vender para recuperar algo de lo que tenía invertido. La causa de todo esto es el crecimiento artificial de la bolsa
que no se ajusta a la realidad económica y hace de la especulación una norma. Ese desajuste entre el estado real de la economía y el de la bolsa hace que ésta explote en 1929 reduciendo a la nada el valor de la acciones y produciéndose la quiebra de las empresas al no disponer de capitales, esto genera paro, inflación…
De Estados Unidos la crisis pasa a Europa donde había invertido mucho capital norteamericano y que ante la crisis se retira de Europa, ésta, y sobre todo Alemania y Austria principalmente, al quedar descapitalizadas, son arrastradas a la crisis. Las consecuencias de la crisis fueron tremendas, estarán presentes durante toda la década de los treinta. El mundo que salió de esta convulsión no será el mismo.
En el orden económico se produce la quiebra de bancos, la ruina de los campesinos, la quiebra de industrias y, en definitiva, el aumento del paro y la recesión. No menos importantes fueron las consecuencias políticas, muchos identifican al liberalismo político (parlamentarismo) con el liberalismo económico que ha causado esta situación, por tanto, la democracia como sistema entra en crisis y se producirá el ascenso de sistemas totalitarios, ello explica el encumbramiento del regímenes y partidos fascistas que ya estaban en el poder en Italia antes de la catástrofe.
El hundimiento de la bolsa ha arrastrado tras de sí a un gran número de bancos. Los ahorradores tratan de recuperar el dinero que tienen metido en el banco, el banco no lo puede desembolsar por tenerlo colocado en inversiones a medio y largo plazo y al no poder desembolsar el dinero presentará suspensión de pagos y la ruina de sus clientes.
Con el sistema bancario herido de muerte se cierran las fuentes de financiación de todos los sectores de la economía.Como vemos, para salir de esta situación tan desoladora es necesario que se produzca una subida de precios para que se obtengan beneficios, subida de salarios para que aumente la capacidad adquisitiva del mercado, y además, una reforma en profundidad del sistema bancario para que tanto la industria como la agricultura dispongan de fuentes adecuadas de financiación.
En el aspecto internacional se reducen los intercambios comerciales entre los países de una manera espectacular, cada país opta por el proteccionismo, hasta Gran Bretaña, y eso frena la salida conjunta de la crisis que hubiera sido lo más fácil.
Problemas sociales
Ya sabemos que si la economía va mal se agudizan los problemas sociales. El más importante es el del paro, tras el cierre de muchas fábricas aumentó de forma espectacular el número de obreros sin trabajo, esto originó en Alemania el ascenso de Hitler que prometía puestos de trabajo. Ante el paro surgen instituciones de socorro que tratan de favorecer a los parados y sus familias que se mueren de hambre, estas instituciones son claramente insuficientes y no cubrían las necesidades de la totalidad de los parados, en Budapest, por ejemplo, sólo el 8% de los parados estaba amparado por este tipo de instituciones. La salida que les quedaba a muchos era la mendicidad o la delincuencia.
En el campo la situación de los campesinos y granjeros es también desesperada, al bajar los precios se han visto ahogados por las hipotecas y los préstamos y la huida a la ciudad no soluciona nada pues la situación es peor…
Y otro enlace en la misma dirección:
Riva Gold y Georgi Kantchev han escrito en The Wall Street Journal: El repliegue de la globalización afecta los precios de las acciones
Los principales ejecutivos de Barings se reúnen todos años en sus oficinas centrales de Londres para ultimar los detalles de sus proyecciones de inversión para los próximos diez años.
En la próxima, el gestor de fondos británico que administra US$275.000 millones considerará un nuevo descuento en lo que denomina “la prima de la globalización” en los precios de las acciones, o incluso su desaparición.
Una aceleración del comercio global y el flujo más libre del capital han impulsado los precios de la renta variable en Estados Unidos durante casi tres décadas, en parte al estimular el crecimiento económico y permitir que las empresas aprovechen el ingreso a nuevos mercados y las economías de escala, dicen los gestores de fondos.
Ahora, no obstante, la amplia desaceleración del comercio junto a la incertidumbre política provocada por acontecimientos como la salida del Reino Unido de la Unión Europea, un proceso conocido como brexit, o las elecciones presidenciales en Estados Unidos, han sembrado dudas entre los gestores de fondos de que un menor crecimiento de la globalización será el próximo gran lastre sobre las bolsas globales. “Creemos que probablemente la globalización ya alcanzó su apogeo”, dice Marino Valensise, director del equipo de activos múltiples de Barings. “No le va a gustar al mercado”, vaticinó.
Moisés Romero
La Carta de la Bolsa