El Ibex 35 continúa mostrando la importancia de los 8590 puntos como nivel de soporte relevante. Una zona que siempre que ha sido tocada (10 y 13 de octubre, 9, 16 y 21 de noviembre) ha frenado los recortes y ha supuesto un rebote al alza.
Varias cuestiones hay que tener al respecto:
- – Primera idea: mientras el precio logre mantenerse por encima de los 8590 puntos no habrá mayores problemas, no estaríamos ante un signo de debilidad con el consiguiente riesgo de caídas.
- – Segunda idea: independientemente de lo que haga Wall Street (sus principales mercados marcaron esta semana máximos históricos, tales como S&P, Dow Jones, Nasdaq, Russell), las Bolsas europeas no pasarán a tener fortaleza alcista mientras el futuro Eurostoxx no logre romper el nivel de los 3100 puntos.
En el gráfico pueden ver claramente el rango lateral en el que se encuentra el Eurostoxx (futuro) y por arriba la resistencia de los 3100 puntos que se formó el pasado mes de septiembre.
Por tanto, mientras el Eurostoxx (futuro) no rompa su resistencia de los 3100 puntos, a ser posible con una sesión que cierre por encima de dicha zona y que la sesión siguiente abra también por encima de la zona (y si realiza un pullback mejor), todo intento por parte del resto de Bolsas será falso.
El 4 de diciembre tendremos la prueba de fuego para los mercados. Por un lado están las elecciones en Austria, donde la ultraderecha tiene bastantes posibilidades de ganar, y por otro el referéndum de Italia.
Es precisamente ésta segunda cuestión la que puede afectar bastante a los mercados. Los italianos deciden si aceptan o no la propuesta de Matteo Renzi, de modificar el Senado. Una victoria del NO podría llevar a su dimisión y a que se convocasen elecciones generales, y es aquí donde entra en juego el Movimiento 5 Estrellas del señor Grillo, que podría aspirar a gobernar.
¿Y por qué esto podría afectar a los mercados? Pues porque ha vuelto a reiterar que si llega al poder lo primero que haría sería sacar al país del euro. Por el momento, las encuestas dan una ligera ventaja al NO, aunque bien es cierto que el número de indecisos es muy elevado.
Todo ello no ayuda precisamente a las entidades bancarias italianas que se ven lastradas por una crisis de confianza ante la posible inestabilidad política en el país y la capacidad de las entidades más débiles para recaudar el capital que necesitan. Como prueba de ello, el spread entre los bonos soberanos italianos y los alemanes a 10 años alcanzó su mayor nivel desde mayo del 2014.
El Banco Central Europeo es consciente de la delicada situación a la que se enfrenta. No sólo ya por el tema de Italia, sino porque en el 2017 los comicios de Alemania y Francia podrían suponer todo un torpedo en su línea de flotación.
El BCE, en su reunión de diciembre, tendrá que ser precavido. Los bajos tipos de interés no suponen un problema en el sentido de que seguramente hasta el 2018 tengamos asegurado que seguirán en niveles muy bajos. Lo que los inversores querrán escuchar es si la entidad tiene la intención de prorrogar su programa QE que finaliza en marzo del 2017 (cosa favorable para las Bolsas) o bien deciden una desconexión progresiva, un tapering.
Mario Draghi comentó hace unos días que actuarán si es necesario y que utilizarían todos los instrumentos que disponen. El gobernador del Banco de Francia indicó que el BCE tiene muchas opciones planeadas para su programa QE, pero ninguna de ellas incluye una rápida finalización de la compra de bonos en marzo.
Así pues, es de esperar que ante los importantes acontecimientos que se avecinan, el BCE continúe dando apoyo a las Bolsas.
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es