El gráfico que publicaremos a continuación, realizado por Gordon T Long, refleja la evolución del S&P 500, así como de la productividad de EE.UU. Aunque el gráfico está en escala aritmética por lo que debemos poner en cuestión la pendiente de las subidas, lo que si se muestra con claridad es que el último impulso alcista de la renta variable en EE.UU. (y en todo el mundo desarrollado), no ha sido generada por una mejora corporativa, como mostrábamos en los artículos de ayer y antes de ayer, sino por una política monetaria hiper expansiva de los bancos centrales. Veamos el gráfico.
Por poco que se sepa de análisis técnico lo primero que salta a la vista es que la pendiente de subida no se puede mantener. Otra consideración es que en base a la teoría de ciclos deberíamos estar cerca de un proceso correctivo de cierta entidad –algunos analistas hablan de caídas cercanas al 50%.
¿Pero cómo se ha llegado a esos niveles si los resultados empresariales no han acompañado? Tres son los principales motivos según T Long:
1. Niveles históricos de recompra de acciones corporativas.
2. La política de dividendos de las compañías en un entorno de ausencia de alternativas de inversión.
3. Políticas monetarias y de compras de los bancos centrales.
En el caso del primer punto los últimos datos sugieren que las empresas han reducido sensiblemente la compra de sus propias acciones. Respecto al tercer punto, las políticas monetarias de los bancos centrales están girando o han alcanzado suelo. La Fed está cerca de iniciar de nuevo las subidas de tipos. El BCE está encontrando presión para mantener su programa de compra de activos.
En el caso de la rentabilidad por dividendo, los inversores empiezan a cuestionarse su mantenimiento, a la vez que temen que una caída en el precio de sus posiciones en acciones deje en nada la rentabilidad alcanzada por los dividendos.
Algunas estimaciones señalan que la economía de EE.UU. puede situarse en recesión en 2017. Esto no está descontado por los mercados de valores de ningún modo. De producirse ese escenario, y dada la ausencia de herramientas de política monetaria con que combatir una contracción, el ajuste de las bolsas sería igual de profundo que los que vemos en el gráfico adjunto. Veremos.
Carlos Montero
La Carta de la Bolsa