«Los teóricos de las Economías andan a la greña. Unos hablan de mayor crecimiento del previsto; otros, de una recesión inmediata y aquellos de la japonización de Europa. Alguien se está disparando en el pie. Por lo pronto, la actividad empresarial de la zona euro se expandió en septiembre a su tasa más floja desde comienzos de 2015, con divergencias en el crecimiento y con las compañías dejando de rebajar precios por primera vez en un año, mostraron sondeos el viernes. El sondeo compuesto de Markit mostró una gran división entre los boyantes manufactureros y las atribuladas empresas de servicios, con una división también similar en las tasas de crecimiento de los diferentes países del euro. «Es un fin de tercer trimestre muy decepcionante. Hemos visto desigualdad entre manufacturas y servicios, pero también entre países», dijo Rob Dobson, director de índices económicos en Markit. «Alemania se desaceleró, Francia lo hizo bastante bien y el resto se ralentizó». El índice compuesto provisional de gestores de compra (PMI) de la zona euro, un buen barómetro del crecimiento, cayó a 52,6 en septiembre desde 52,9 en agosto. Una lectura superior a 50 indica crecimiento, pero este es el nivel más bajo desde enero de 2015.Los economistas consultados por Reuters esperaban una leve caída hasta 52,8…»
Me decía hace una semanas Larry. M. analista en un banco anglosajón que «he viajado en el último mes por Europa. No lo hacía desde hace cuatro años y me han sorprendido gratamente muchas cosas y entristecido otras. La Economía marcha mucho mejor que hace cuatro años. Sí, mucho mejor. Las autopistas están llenas de camiones y camionetas. El público también se desplaza de un sitio a otros más que hace unos años. Hay vida en la Eurozona, a la que muchos quieren enterrar después del Brexit. Cuando hablas con españoles, alemanes, italianos, franceses, irlandeses y portugueses (no viajé a Grecia) te sorprenden coincidencias como «los salarios son muy bajos» «el coste de la vida es más alto de lo que dicen los políticos en sus estadísticas» «la Economía ha mejorado, pero sigue un ritmo lento. Lo mejor es que empieza a haber más trabajo» «Creo que nunca volveremos a los años felices, al pasado» «A veces, no sabemos, por qué la economía se para volver a retomar el pulso» «Los políticos entorpecen mucho las cosas» «Los impuestos son muy altos»…
Hay más. Richard Turnill, Director Mundial de Estrategia de Inversión en BlackRock dice que «Nuestro nuevo indicador económico apunta a sorpresas positivas sobre crecimiento en el horizonte. Por otro lado, hemos revisado hasta neutral nuestra visión a corto plazo sobre los bonos municipales de Estados Unidos.
Las fluctuaciones diarias entre las acciones y los bonos estadounidenses vienen presentando últimamente una correlación poco habitual, lo que refleja retos a corto plazo en cuanto a diversificación.
Creemos que la Reserva Federal estadounidense (Fed) mantendrá su política este mes, aunque vemos muy probable que se produzca una subida de tipos a finales de año.
No prevemos que el crecimiento de la economía mundial sea tan anémico como estima la opinión de consenso. ¿Por qué? Nuestro nuevo indicador BlackRock Macro GPS apunta a posibles sorpresas positivas en cuanto a crecimiento en el horizonte.
La línea azul en el gráfico anterior refleja las estimaciones de consenso sobre el crecimiento del PIB del G7 en los próximos doce meses. Nuestro indicador GPS (la línea verde superior) representa dónde podrían situarse las estimaciones de consenso en tres meses. Así, el GPS sugiere que las actuales estimaciones de consenso sobre crecimiento podrían ser demasiado pesimistas, lo que podría despertar la predisposición al riesgo de los inversores.»
Cecilia Prieto/Funds People ha recogido las siguientes impresiones sobre el porqué del no crecimiento:
Demografía
Ted Truscott, consejero delegado de Columbia Threadneedle Investments, recuerda que tradicionalmente el crecimiento de la población y la productividad de la población en edad de trabajar han sido las principales fuentes del crecimiento económico. “Desafortunadamente, ambos están cayendo. En las economías desarrolladas, la población activa está cayendo, y aunque el crecimiento de la población de las economías emergentes sea positivo, la tasa de dicho crecimiento también está decayendo”, explica. Como consecuencia, el crecimiento total de la población mundial ha caído por debajo del 2% anualizado.
Jim Leaviss, director de renta fija minorista de M&G Investments, se fija en el envejecimiento de la población y su impacto sobre las arcas estatales: “Como los estados endeudados ya no pueden cumplir sus promesas sobre el derecho a la pensión o la edad jubilación, o bien los planes privados de pensiones y los ahorros han resultado ser inadecuados, las cohortes de población más mayores se han mantenido más tiempo en la fuerza laboral para ganar dinero. Como la salud durante la jubilación también ha mejorado, la gente mayor también ha seguido trabajando porque quiere y porque lo disfrutan, junto con aquellos que no han tenido elección”, detalla.
La consecuencia de ambas tendencias es, comenta el experto, que “la cohorte más mayor usada en los modelos demográficos no necesitan ser considerados únicamente como consumidores, y también pueden estar ejerciendo presión bajista sobre los salarios de los trabajadores más jóvenes, al competir con ellos por el trabajo”.
Tecnología
“No creo que se esté midiendo el impacto positivo de la tecnología sobre la productividad, ni que se esté midiendo adecuadamente el impacto de la tecnología sobre ciertas industrias, dando como resultado un crecimiento económico estructuralmente más bajo”, declara el consejero delegado de Columbia Threadneedle. Éste subraya que “en términos relativos, la proporción de capital gastado en relación con el éxito financiero es menor. Cuesta mucho construir un horno de fundición de acero, pero sólo una pequeña fracción el construir una app”.
Según Jim Leaviss, “los grandes avances de la robótica y la inteligencia artificial, junto con la caída continuada del precio de la tecnología, han llevado a que las máquinas se coman los trabajos”. El director de renta fija considera que este fenómeno es deflacionario de dos maneras: los trabajadores que compiten con los robots por un puesto de trabajo tendrán menos opciones de que se aumente su sueldo, y además provoca la caída del consumo, “pues incluso los trabajos mejor pagados van dirigidos a las máquinas. Los ordenadores no compran cosas, por lo que la demanda agregada cae”.
Desigualdad
Para Truscott, la desigualdad entre clases sociales también es una fuerza estructural que está empujando el PIB a la baja: “La gente pudiente no gasta todos sus ingresos. En general, tienden a ser ahorradores netos. En cambio, aquellos que tienen menores ingresos sí gastan, y han visto cómo los salarios se han estancado en los últimos 20 años. El problema con la economía global es que necesitamos que aquellos con menor renta disponible sean capaces de gastar y ahorrar, especialmente en una economía guiada por el consumo, como EE.UU.”.
Tipos muy bajos
El consejero delegado de Columbia Threadneedle se refiere a la situación en la que todo el mundo ahorra y nadie gasta, por lo que la economía no puede seguir creciendo. “Los tipos de interés ultra bajos fueron diseñados para generar reflación sobre los activos de riesgo e impulsar al consumidor de vuelta al gasto. El problema es que esos tipos tan bajos están causando que la gente se preocupe por la rentabilidad de sus ahorros. En vez de gastar, ahora hay más gente ahorrando”, detalla Truscott, que pone como un ejemplo extremo de esta tendencia a Japón.
Posibles soluciones
Los expertos aportan varias soluciones para atajar el déficit de crecimiento. Jim Leaviss declara que “los desafíos presupuestarios en torno a la provisión de las pensiones y de la saludo para la gente mayor siguen siendo clave, especialmente en un mundo globalizado en el que es más difícil para las naciones recaudar impuestos”.
Didier Saint- Georges, miembro del comité de inversiones de Carmignac, cree que la aplicación de tipos ultrabajos por parte de los bancos centrales sin obtener los resultados esperados ha supuesto una amenaza para la credibilidad de las instituciones monetarias. En consecuencia, “los Gobiernos están ahora más presionados para tomar el relevo con políticas presupuestarias y fiscales”.
“El crecimiento económico vuelve a ser un objetivo político de primer orden en las apretadas agendas electorales, y alimenta —bajo la presión de unas ciudadanías dejadas de lado desde hace ocho años— un llamamiento a la reactivación económica a todos los niveles”, declara el experto. Éste considera que, tanto para el mercado de la renta fija como para el de la variable, “se trataría de un cambio de paradigma decisivo tras ocho años inmersos en una tendencia unívoca, influenciada sobre todo por las acciones de los bancos centrales sobre los precios de los activos financieros”.
Desde Schroders, los economistas Keith Wade, Azad Zangana y Craig Botham afirman que “el debate sobre un movimiento hacia la política fiscal continuará” y que, aunque prevén más acciones por parte de los bancos centrales, “se puede esperar poco impacto sobre la economía real”.
Moisés Romero
La Carta de la Bolsa