Alto y claro: España tiene la cuarta mayor esperanza de vida de los países del GRI y su ratio de dependencia de la tercera edad se duplicará de aquí a 2050. La tasa de desempleo española es una de las más altas y podría afectar a los jubilados que dependen de las contribuciones de los trabajadores. Los ciudadanos españoles necesitan asumir un papel más activo en la financiación de su jubilación. Contaba hace unos meses José Luis Martínez Campuzano, portavoz de la AEB, que » un buen amigo se mostraba frustrado por ser un prejubilado con apenas 60 años. Al final, se consideraba demasiado joven para no seguir trabajando, sin que le sirvieran mis razonamientos de que era hora de «vivir la vida». Pero es que su vida es un trabajo que le guste. Algo que tenía antes. Pensando en esta conversación leo con inquietud un escueto análisis que incluye el BCE en un informe titulado «El Informe sobre el envejecimiento 2015: ¿cuál será el coste del envejecimiento en Europa?. Europa se enfrenta a un reto demográfico. Se prevé que la tasa de dependencia de los mayores, es decir, el porcentaje de la población de más de 65 años sobre la población en edad de trabajar, casi se duplique en la zona del euro, pasando de la tasa actual de alrededor del 29 % a más del 50 % en 2060 ¿Piensan en las consecuencias de lo anterior? Desde los riesgos para la sostenibilidad de las finanzas públicas y crecimiento potencial. Obviamente, estos dos factores son claves para el diseño de la política económica, más allá de la monetaria. Miren ahora este gráfico..
Se prevé que los costes totales del envejecimiento de la población aumenten en 1.5 puntos del PIB para el área entre 2013/2060, aunque con evidentes diferencias por países. Por ejemplo, con un fuerte aumento en Alemania (5 puntos) e incluso ligeros descensos en España y Francia. Bélgica será uno de los países que se enfrente a un mayor desafío en el futuro al considerar esta variable.
¿De qué costes hablamos? Por ejemplo, del gasto en pensiones (12.3 % del PIB en el área en 2013), atención sanitaria y cuidados de larga duración. Si hay discrepancias sobre el comportamiento del primero por países, de los dos últimos se espera aumentos de forma generalizada. Otros gastos que pueden compensar el aumento es la educación y desempleo.
Por cierto, se ha revisado a la baja la variación en este periodo desde un informe previo anterior (de 3 puntos del PIB a 1.5) en algunos países por las reformas estructurales llevadas a cabo en muchos países del área. En otros casos, la mayoría, simplemente se han ajustado los supuestos de base: demográficos y macroeconómicos.
¿Supuestos demasiado optimistas? ¿lo es fijar una productividad marginal del 1 % a largo plazo? ¿una tasa de desempleo estable del 7.5 %?. Incluso, observando el debate implícito sobre pensiones (la «línea roja» que repiten las autoridades griegas), no está del todo claro que en algunos países donde la tensión social y política lo exija se puedan revertir algunas reformas ya tomadas.
4 tendencias globales que aprender sobre seguridad de la jubilación
España ocupa el puesto nº 37 en seguridad de la jubilación, según la edición 2016 del índice mundial de pensiones (Global Retirement Index, GRI) de Natixis Global Asset Management, con lo que cae un puesto con respecto a la edición de 2015. Desde la creación de este estudio en 2013, España no ha dejado de perder puestos en la clasificación. El GRI estudia factores que determinan la seguridad en la jubilación y ofrece un baremo para comparar las mejores prácticas en las políticas de jubilación en 43 países.
Lanzado en 2013, el Global Retirement Index de Natixis genera una puntación general sobre seguridad en la jubilación basada en cuatro factores que influyen en la vida de los pensionistas. La dimensión financiera tiene el mayor peso, pero el índice también considera aspectos como el bienestar material, la salud y la calidad de vida para ofrecer una perspectiva más completa. En la edición de este año, Natixis ha cambiado su metodología, y se centra en un número más reducido de países que en años anteriores, principalmente economías desarrolladas donde la jubilación es un problema social y económico acuciante.
Entre los países que se sitúan a la cabeza del índice en lo que respecta a la seguridad de la jubilación, el norte de Europa se encuentra entre los diez primeros, con Noruega en primera posición, seguida de Suiza, Islandia, Suecia, Alemania, los Países Bajos y Austria. Por su parte, España se sitúa en la parte baja de la clasificación, en el puesto nº 37, por detrás de Portugal (34), México (35) y Chipre (36) y por delante de China (38), Turquía (39), la Federación Rusa (40), Brasil (41), Grecia (42) y la India (43).
“El descenso de España en el GRI demuestra que los ciudadanos españoles asumir una mayor responsabilidad en lo que respecta a la seguridad de su jubilación. Es importante que creen carteras que les permitan alcanzar la edad de jubilación con un nivel óptimo de seguridad financiera. El papel de los asesores financieros es más crucial que nunca para ayudarles a definir objetivos y guiarles para que mantengan su enfoque de inversión a largo plazo. Estamos convencidos de que la industria de la gestión de activos desempeñará un papel importante a la hora de ayudar a los inversores a abordar este desafío”, señaló Sophie del Campo, directora general para Iberia y Latinoamérica y responsable del área US Offshore de Natixis Global AM.
A pesar de algunas mejoras, las señales de alarma en España son claras
Aunque España ha perdido un puesto con respecto al año pasado (no 36 en 2015), su puntuación general ha mejorado alcanzando un 54 % este año con la nueva metodología (50,41 % en 2015). Ello es debido a la mejora de los indicadores de desempleo, felicidad, presión fiscal y morosidad bancaria dentro de los subíndices de bienestar material, calidad de vida y finanzas en la jubilación.
España ocupa la 28ª posición en el subíndice de finanzas en la jubilación. La deuda pública es elevada y podría lastrar el crecimiento. Por otro lado, España sufre una presión fiscal relativamente baja, debido tal vez a la reciente reforma del impuesto de sociedades, diseñada para estimular el crecimiento económico favoreciendo la expansión de las empresas. El ratio de dependencia de la tercera edad de España apunta a niveles elevados y el país es uno de los seis miembros de la UE donde el ratio de dependencia de la tercera edad va a duplicarse de aquí a 2050. Además, los problemas de deflación del país persisten y podrían aumentar el desempleo, un fenómeno contra el que España lleva varios años luchando.
Aunque el descenso del paro ha permitido a España mejorar su posición en el subíndice de bienestar material (40, frente a 41 en 2015), el país sigue teniendo una de las tasas de desempleo más altas de todos los países cubiertos por el GRI, solo superada por Grecia. Aunque se han dado pasos en la dirección correcta con las reformas del mercado laboral, como la Ley de unidad de mercado, el elevado desempleo podría afectar a los jubilados sostenidos por las aportaciones de los trabajadores.
En cuanto a sus resultados en otros subíndices, España se encuentra en la mitad de la clasificación en salud (puesto nº 21) y calidad de vida (puesto nº 23), y presenta la cuarta mayor esperanza de vida de todos los países del GRI.
Los españoles saben que han de asumir un papel más activo en su jubilación
Los inversores españoles son muy conscientes de la necesidad de contribuir más a la financiación de la jubilación. En una encuesta realizada por Natixis a inversores a comienzos de este año1, el 67 % de los españoles encuestados afirmó que la jubilación es su principal prioridad financiera. Además, el 78 % de los inversores españoles siente que la responsabilidad de financiar su jubilación recae cada vez más sobre ellos.
“El hecho de que los ciudadanos sean más conscientes, índica que vamos por el buen camino en España. Nuestro reto es ayudar a los inversores a controlar las emociones a la hora de invertir, para que no se centren sólo en lo que está ocurriendo en los mercados en el momento sino en sus objetivos a largo plazo. Estamos convencidos de que los fondos de inversión pueden ser una alternativa a los métodos tradicionales de ahorro” señaló Sophie del Campo.
Sin embargo, muchos españoles podrían estar subestimando cuánto necesitan ahorrar para poder vivir desahogadamente en la jubilación según el estudio. De media, los inversores españoles piensan que necesitarán el 62 % de su renta previa para vivir cómodamente durante su jubilación, un porcentaje inferior al 70-80 % que se recomienda normalmente.
Cuatro tendencias globales que se pueden aprender de los líderes del GRI
“La jubilación solía ser algo sencillo: las personas trabajaban y ahorraban, algunas empresas aportaban a las pensiones y las cotizaciones sociales pagaban las prestaciones públicas, lo que se traducía en unos ingresos predecibles para una jubilación económicamente segura”, explicó John Hailer, consejero delegado de Natixis Global Asset Management para América y Asia. “La evolución demográfica y económica ha hecho que el viejo modelo sea insostenible, pero los líderes de nuestro índice están encontrando formas innovadoras de adaptarse a la nueva realidad y marcar el camino a seguir para el resto del mundo”, añadió.
Los gobiernos y las empresas pueden aprender de cuatro grandes tendencias que caracterizan a los países que lideran la clasificación:
- Acceso: El envejecimiento de la población activa y el aumento de la esperanza de vida en muchos países occidentales han provocado que los modelos tradicionales de reparto en las pensiones públicas sean insostenibles. A medida que los ciudadanos asumen una mayor cuota de responsabilidad a la hora de financiar la jubilación, los gobiernos de los países líderes deben garantizar que los trabajadores tengan acceso a planes de ahorro individuales o de empresa.
- Incentivos: Las políticas más inteligentes refuerzan los incentivos para que los ciudadanos ahorren para su jubilación y así reducir los retos a largo plazo que plantea el sostenimiento de los pensionistas. El tratamiento fiscal ventajoso del ahorro para la jubilación ayuda a los trabajadores a ahorrar más, lo que eleva las probabilidades de que puedan satisfacer ellos mismos sus propias necesidades.
- Participación: La afiliación automática a los planes de ahorro de empresa es un paso en la dirección correcta. Las políticas más sensatas también consiguen que los trabajadores alcancen un equilibrio adecuado en sus inversiones y reciban suficiente información para ayudarles a elevar al máximo las ventajas de la participación en estos planes.
- Factores económicos: La seguridad de la jubilación va más allá de los propios vehículos de ahorro. Supone tener en cuenta a una población que envejece y vivirá con unos ingresos fijos. Tanto las políticas monetarias como las fiscales y sanitarias deben contribuir a que los pensionistas sean autosuficientes.
«España se enfrenta a la compleja realidad de que habrá menos trabajadores sosteniendo a más pensionistas, y corresponde a las autoridades, a las empresas y a la industria de la inversión encontrar soluciones innovadoras para que los trabajadores puedan tener a su disposición las herramientas y los incentivos necesarios para ahorrar lo suficiente para la jubilación», explicó Sophie del Campo, que añadió: «Alcanzar la seguridad en la jubilación es un objetivo imponente, pero se puede conseguir si todos contribuimos. No nos podemos permitir fracasar».
Para consultar la edición 2016 del Natixis Global Retirement Index y descargar el informe completo, vaya a http://durableportfolios.com/home.
Moisés Romero
La Carta de la Bolsa