A Marc Faber se le conoce en Wall Street como “Permabear” que en español tiene una traducción como “siempre bajista”. Así se definen a los analistas financieros que sea cual sea el escenario que se esté dando siempre tienen una opinión negativa sobre el mercado de valores. Hay ejemplos muy claros, Faber es uno y Albert Edwards de SG es otro. En este país también hay “siempre bajistas” aunque prefiero no dar nombres.
Pero volvamos a Marc Faber. Recientemente, el editor del informe Boom & Doom, en una entrevista en MarketWatch afirmó que el S&P 500 podría subir hasta los 2.300 puntos desde los actuales niveles, pero que posteriormente veríamos una caída hacia los 1.100 puntos.
“Tal vez vayamos primero a los 2.300 puntos (S&P 500), para completar el techo de una formación de ensanchamiento (un megáfono técnico). Una vez que finalice nos iremos a los 1.100 puntos”, afirma Faber.
Muchos se preguntan porque deberían hacer caso ahora a Marc Faber cuando durante los últimos años ha estado advirtiendo de importantes caídas de forma equivocada. La respuesta es que no es solo Faber, ya son varios los gurús que se pronuncian en el mismo sentido como por ejemplo Bill Gross de Janus Capital.
Hay una corriente de opinión que se está generalizando entre grandes opinadores financieros y es que las medidas de expansión monetaria de los bancos centrales están provocando grandes desequilibrios en los mercados. Se habla mucho de la burbuja en el mercado de deuda, donde los bancos centrales ya no encuentran activos que comprar llevando a los rendimientos de los bonos a mínimos históricos.
En 2007 el bono a 10 años del Tesoro de EE.UU. estaba rentando un 5% y en Europa no había rentabilidades negativas. El pasado martes el 10 años estadounidense rentaba un 1,54% y en Europa son numerosos los bonos con rentabilidades negativas.
“La política de impresión de dinero de los bancos centrales es una receta para la carnicería en los mercados, y para que se volatilicen cinco años de ganancias de capital. Estamos todos en el Titanic. Se va a originar una inflación de activos colosal”, afirma Haber.
Otro factor que comparten estos analistas muy pesimistas con el mercado es la sobrevaloración de las bolsas desde el punto de vista fundamental.
“Los ratios precio frente a ventas o beneficio frente a capitalización no están dramáticamente altos, pero están altos, especialmente en un entorno en el que las ganancias no están creciendo. En realidad se están contrayendo”, afirmó Faber.
Estos son algunas de las razones por las que Faber, el siempre bajista de Wall Street, considera que el mercado de valores americano podría caer hasta un 50%. ¿Hay que creerle?
“Hay un montón de gente que siempre me critica. En primer lugar, no tienen dinero. Yo siempre les digo que me envíen el rendimiento de sus carteras en los últimos 10 o 20 años y que las comparemos con el mío”, esta es la respuesta de Faber.
Carlos Montero
La Carta de la Bolsa