La calificación de la deuda inglesa pierde la flamante nota “Triple A” por primera vez desde 1978.
La agencia de calificación Standard & Poor´s ha actuado con decisión y prontitud, sólo tres días después de la decisión Brexit, deja la calificación de la deuda inglesa en ‘AA’ desde ‘AAA’ y además pone su perspectiva a largo plazo en negativo. Moody´s es más prudente y de momento tan sólo ha anunciado eventuales medidas.
La noticia fue difundida después del cierre del mercado, el americano continuó cayendo en la sesión de ayer hasta perder otro 2.24%, situando el cómputo anual del S&P500 en ligero negativo del -2.12%.
S&P500, diario
El mercado USA apenas manifiesta impacto por los problemas europeos, como tampoco lo ha venido haciendo a los datos macro, a la recesión oficial en beneficios, a la excesiva sobre valoración de sus índices, al incremento descontrolado del apalancamiento, a la creciente pérdida de confianza en la Reserva Federal, por citar algunos factores.
Por el contrario, las bolsas europeas comenzaron a perder niveles hace año y medio y en un proceso correctivo razonablemente ordenado acumulan caídas cercanas un tercio de su valor de entonces.
El impacto del Brexit ha sido rápido y las caídas contundentes aunque los principales índices europeos aún cotizan por encima de los niveles mínimos alcanzados el pasado mes de febrero.
ETF EUROSTOXX 50, semana
El activo europeo por excelencia, en cuanto a comportamiento, de los últimos meses ha sido el bono alemán, aupado hasta niveles máximos históricos que fueron afianzados con la estampida alcista del viernes tras conocerse la noticia del Brexit.
Fue un movimiento presuntamente justificado por el fenómeno de búsqueda de refugio, un cuestionable vuelo a la calidad.
BUND, mes
El impacto del aumento de incertidumbre generado por el Brexit se ha extendido alrededor del globo, observen el aspecto del Bono japonés a 40 años, cotizando por primera vez en la historia en terreno negativo.
El impacto del Brexit en los mercados es evidente y se ha producido con especial virulencia agudizada por el factor sorpresa.
También el impacto en la economía global inquieta y especialmente el futuro económico del Reino Unido, donde los expertos manejan unas expectativas de futuro con peores escenarios más bien aciagos, vean cuadro de estimaciones elaborado por analistas de Morgan Stanley:
El sector bancario es sin duda uno de los más perjudicados por la incertidumbre generada tras el referéndum. La situación del sector es frágil y vulnerable a cualquier shock, el BCE lleva meses inventando la espeluznante cifra de 80.000 millones de euros cada mes para intentar mantener a flote la estructura bancaria actual y ojalá tenga suerte en su hazaña.
Los bancos centrales están perdiendo el control de la situación y su capacidad para manejar la economía avanza paulatinamente más dudosa. El ciclo de crédito está en posición adversa y su potencia de arrastre, considerando los niveles siderales de deuda acumulada, es demasiado potente y negativo para la evolución de unas economías basadas en el crecimiento del crédito.
La banca europea cotizaba en zona de mínimos antes del Brexit, tras la noticia ha profundizado las caídas y especialmente la banca italiana, cuya debilidad estructural tantas veces mencionada en este blog desde hace tiempo, es un motivo de preocupación severa. El sector bancario italiano perdió en la sesión de ayer otro 9%, cerca de un 30% desde que se conoció el resultado del referéndum.
Al margen de rebotes esperados en los índices bursátiles para el más corto plazo, ayudados por el tradicional maquillaje de cotizaciones de final de trimestre, en respuesta a la sobreventa acusada tras las caídas históricas del viernes, presumiblemente el mercado intentará estabilizarse en un amplio rango de cotización y dentro de una estructura de pauta correctiva de medio plazo, en curso y aún no terminada.
Antonio Iruzubieta
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