Brian M. es analista londinense: «Esto no hay quien lo pague: el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha alertado hace unos días de que la deuda pública de los países desarrollados se encuentra en su nivel más alto desde los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, cuándo los niveles de deuda pública alcanzaron cotas cercanas al 130% del PIB, y supera actualmente los niveles de la Gran Depresión, vivida en los años 30 del siglo pasado. Concretamente, la institución con sede en Washington revisa al alza sus previsiones de deuda pública para 2016 y 2017, hasta el 107,6% y 107% del PIB en el caso de los países desarrollados y hasta el 83,6% y 83,4% en el conjunto de países que conforman el fondo, según el informe Fiscal Monitor «El debilitamiento de la recuperación mundial y la preocupación que genera la capacidad de las autoridades de responder con políticas adecuadas y rápidas han empañado las perspectivas económicas», indica el organismo presidido por Christine Lagarde al comienzo de su informe. De este modo, advierte de que el calendario electoral o la parálisis política «podrían complicar» la implementación de políticas fiscales o desalentar la adopción de medidas enérgicas en varias economías importantes en 2016. El FMI ha revisado los coeficientes de deuda pública de la mayoría de los países como consecuencia de que, en este periodo, los riesgos potenciales que se identificaron en el informe previo se han materializado –pronunciación en la caída de los precios del petróleo, cambios en el sentimiento inversor de los países emergentes e intensificación de los conflictos geopolítico. Mi pregunta ¿es Grecia el banco de pruebas de lo que viene en la Eurozona, si bien el resto del mundo está en igual o peor situación?…»
Y ayer: alivio incondicional de la deuda y objetivos más modestos de crecimiento y déficit. Sí, Grecia necesita una significativa revisión a la baja de las metas fiscales y de crecimiento establecidas en el marco del tercer rescate del país heleno, así como contar por adelantado con un componente «incondicional» de alivio de su deuda que demuestre el compromiso de sus acreedores con la sostenibilidad de la deuda griega, según el análisis realizado por los técnicos del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Este análisis sobre la sostenibilidad de la deuda de Grecia, entregado a la Ejecutiva del FMI este lunes, en vísperas de la cumbre del Eurogrupo sobre el país heleno, considera «no realista» asumir que el país heleno pueda acometer los ajustes adicionales necesarios para alcanzar un superávit primario del 3,5% del PIB y plantea la necesidad de rebajar este objetivo «a no más del 1,5% del PIB».
«Incluso si Grecia, en un heroico esfuerzo, pudiera temporalmente alcanzar superávits próximos al 3,5%, pocos países han conseguido sostener tales niveles de superávit durante una década o más tiempo y es altamente improbable que Grecia pueda hacerlo considerando sus todavía débiles instituciones y las proyecciones que sugieren que el desempleo será de dobles dígitos durante varias décadas», señalan los expertos del FMI.
De este modo, la misión del FMI plantea la necesidad de rebajar el objetivo fiscal para Grecia a no más del 1,5% del PIB, una meta que califican de «plausible», aunque reconocen que «sigue siendo ambiciosa», ya que requiere un mayor apoyo a las reformas y una mayor resolución por parte de las instituciones.
Asimismo, los técnicos del FMI han recortado sus previsiones de crecimiento a largo plazo para el país heleno, incluso en el caso de que a medio plazo se espere un rebote más fuerte de la economía, aunque subrayan que las nuevas metas siguen siendo «suficientemente ambiciosas» para garantizar el apoyo de los socios de Grecia.
Por otro lado, la misión del FMI apunta en su análisis que al final del periodo del programa debería completarse un alivio de la deuda griega, señalando que esta medida «es fundamental» para proporcionar una señal fuerte y creíble a los mercados sobre el compromiso de los acreedores oficiales en garantizar la sostenibilidad de la deuda, lo que en sí mismo podría contribuir a reducir los costes financieros de mercado.
Según las proyecciones de la institución, la deuda de Grecia podría situarse en el 174% del PIB en 2020 y en el 167% en 2022 para descender al 160% en 2030, aunque a partir de entonces una tendencia al alza podría disparar el endeudamiento hasta el 250% del PIB en 2060.
De este modo, en su análisis, los técnicos del FMI plantean la necesidad de ofrecer una modalidad de reestructuración que combine tres diferentes medidas, incluyendo una ampliación de los vencimientos, el retraso de reembolsos y el establecimiento de tipos de interés fijos, sin superar el 1,25% hasta 2040.
De este modo, los expertos advierten de que bajo los escenarios propuestos para la reestructuración de la deuda griega, un crecimiento del PIB mayor del previsto sin necesidades adicionales de recapitalización de los bancos, junto a las medidas propuestas, podrían reducir las necesidades de financiación y permitir así una caída más rápida del endeudamiento, lo que generaría un «círculo virtuoso de menores tipos de interés en el mercado».
Por contra, si las medidas fueran más débiles de lo esperado, dando como resultado un menor crecimiento y un menor equilibrio primario, la sostenibilidad de la deuda no estaría asegurada ni siquiera bajo las propuestas de reestructuración de tipos de interés fijos y aplazamientos de pagos.
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«La deuda se paga con crecimiento, con inflación, con condiciones laxas Con Reestructuración…»
«Deuda, deuda y mucha más deuda. ¿Cómo se paga la deuda? 1. Con crecimiento 2. Con inflación 3. Con condiciones financieras laxas (¿hasta el infinito?) 4. Con una combinación de todas las anteriores durante mucho tiempo ¿Echan en falta algo más? No seré yo el que pronuncie la palabra en cuestión», comentaba hace unos días José Luis Martinéz Campuzano, estratega de Citi en España. A buen seguro que la palabra maldita es REESTRUCTURACIÓN, porque las cuatro premisas anteriores fallan. Un problema a nivel global. Por ejemplo, La deuda USA no ha parado de crecer desde que el Sr. Nixon decidiera en 1971 la supresión de los criterios establecidos en Bretton Woods, 1944, para mantener orden y disciplina en el sistema financiero mundial. La vinculación del Dólar con el patrón Oro llegó así a su fin -por decreto- y USA rompió las ataduras que obligaban a mantener y preservar un sistema financiero prudente, con emisión de deuda limitada al respaldo del Oro que pudiera garantizar el emisor y en general el sistema era confiable. El límite de deuda USA es un tejemaneje que lejos de aportar estabilidad y la seriedad esperada, además se utiliza con fines políticos. Estatutariamente establecido por el Congreso de Estados Unidos, el techo de deuda es alcanzado y superado con demasiada frecuencia y cuando esto sucede, el Congreso decide elevarlo de nuevo.
Vean este gráfico…..
Moisés Romero
La Carta de la Bolsa