Me dice Larry. M. analista en un banco anglosajón que «he viajado en el último mes por Europa. No lo hacía desde hace cuatro años y me han sorprendido gratamente muchas cosas y entristecido otras. La Economía marcha mucho mejor que hace cuatro años. Sí, mucho mejor. Las autopistas están llenas de camiones y camionetas. El público también se desplaza de un sitio a otros más que hace unos años. Hay vida en la Eurozona, a la que muchos quieren enterrar. Cuando hablas con españoles, alemanes, italianos, franceses, irlandeses y portugueses (no viajé a Grecia) te sorprenden coincidencias como «los salarios son muy bajos» «el coste de la vida es más alto de lo que dicen los políticos en sus estadísticas» «la Economía ha mejorado, pero sigue un ritmo lento. Lo mejor es que empieza a haber más trabajo» «Creo que nunca volveremos a los años felices, al pasado» «A veces, no sabemos, porqué la economía se para volver a retomar el pulso» «Los políticos entorpecen mucho las cosas» «Los impuestos son muy altos»…
«He observado, como dato preocupante, un crecimiento de los nacionalismos, del sentimiento nacionalista (no del independentismo o secesionismo al modo catalán) y muchos conflictos locales entre diferentes culturas (¿etnias? que conviven en una misma ciudad, en un mismo país y, a la postre, en una Europa única. Hay, por tanto, una realidad económica mejor que hace unos años y un factor social y político, que empeora. Esta combinación es una de las causas, que más influyen en esta especie de huelga de brazos caídos de los inversores, familias y empresas…»
«En términos políticos he visto que Europa ha madurado más que España. El Reino de España debe unirse en las próximas elecciones al proceso, que cada vez se generaliza más en Europa: Las Grandes Coaliciones. Estamos ante un nuevo marco histórico, una nueva época. Han muerto los gobiernos monocolores…»
«Pero vuelo a la mejor impresión del viaje realizado: la Economía va por un lado y las advertencias de los grandes organismos supranacionales, por otra, aunque algunos, como el FMI, comienzan a admitir sus errores y grandes equivocaciones. Por ejemplo, hace unos días el FMI consideraba imprescindible el dinamismo de los países asiáticos para mantener el crecimiento mundial actual. El FMI espera un crecimiento para la zona este año del 5.3 %, aunque una ligera moderación frente al dato anterior. Un crecimiento apoyado en la demanda interna frente a la aportación negativa de la demanda exterior y muchas más cosas…»
«Pero lo importante es que el FMI admitía que sus previsiones son susceptibles de error (más de lo normal) tanto al alza como a la baja. Al alza, pensando en las favorables condiciones financieras y bajos precios de commodities.
A la baja, considerando tanto la debilidad de la demanda exterior, del comercio mundial, conatos de inestabilidad financiera y persistentemente bajos precios externos…»
«Es lo que yo pienso: alguien se está equivocando, alguien está metiendo la pata y es muy posible que lo que hoy todo el mundo pinta negro (recesión en USA y recesión global importan) no sea así, sino todo lo contrario, aunque con crecimientos más moderados que los de antaño. Si fuera así, los Mercados corregirían rápidamente el tiro, con los mismos excesos alcistas, que los vistos ahora en la vorágine bajista…»
Moisés Romero
La Carta de la Bolsa