El yen sigue apreciándose con fuerza frente al euro y el dólar norteamericano. Veamos el escenario de la divisa japonesa y algunos apuntes del Banco de Japón y de las hipotecas multidivisas.
En Japón las exportaciones cayeron un -6,8% al igual que la balanza comercial, el PMI del sector manufacturero se sitúa en 48 puntos (en zona de contracción económica) frente a los 49,1 del mes anterior. El IPP servicios asciende un simbólico 0,2% interanual. El índice de pequeños negocios baja hasta los 47,8 puntos frente los 48,8 del mes anterior. El índice de actividad industrial descendió un -1,2%, la producción industrial sí fue interesante creciendo un 3,6% mensual. Por su parte, el IPC mensual bajó un -0,1%.
Tras la reunión de abril del Banco de Japón en la que mantuvo su actual política monetaria y los tipos negativos en el -0,1%, así como el programa de respaldo al préstamo bancario, se pueden extraer una serie de conclusiones:
- El BoJ adoptará las medidas adicionales que fuesen necesarias en lo referente a la cuantía y tipos de interés.
- Tanto el Gobierno como algunos ex miembros de la entidad siguen sin ser partidarios de adoptar nuevos movimientos por el momento.
- El Banco está siguiendo muy de cerca el impacto de las tasas negativas.
- En el cambio dólar americano frente al yen (Usd/Jpy) podrían intervenir si rompe la zona de 110.
Y es que en Japón es bastante habitual que el Gobierno opine habitualmente de la divisa del país. El señor Abe aprovecha siempre que tiene la ocasión para lanzar su mensaje de que los países deben de evitar aquellas medidas encaminadas a debilitar y depreciar sus monedas con una intervención arbitraria.
La realidad es que la fortaleza del yen es un duro varapalo para la economía del país ya que dificulta el poder reducir los costes de endeudamiento a la vez que reactivar la economía. La cuestión que subyace en todo este embrollo y con la que hay que quedarse es que es poco probable que el Banco de Japón intervenga para depreciar su divisa salvo que continúe tan fuerte como hasta ahora.
Lamentablemente todo ésto está hundiendo más aún si cabe a los titulares de una hipoteca multidivisa en yenes que buscaban obtener un pago periódico más reducido que si la contrataban en euros, aprovechando el bajo tipo de interés que ofrecía este producto y el hecho de que se esperaba que la divisa nipona se depreciara frente a la moneda comunitaria.
En definitiva, los que hicieron este tipo de hipotecas multidivisas en yenes tenían a su favor los tipos de interés cercanos a cero de los que disfrutaba Japón desde hace años y la posibilidad de que un alza de tipos era algo poco probable por la espiral deflacionista en la que se encontraba Japón desde hace una década.
El riesgo residía en que la divisa se apreciara contra el euro. Un amenaza que se convirtió en realidad tras el terremoto de Japón y la posterior crisis nuclear, ya que los inversores repatriaron capital a Japón, con la consiguiente apreciación del yen, que tocó máximos no vistos desde la Segunda Guerra Mundial en su cruce contra el dólar.
Ciertamente en el 2008 hubo una buena época, el yen se depreciaba y el tipo de interés aplicado en Japón era más bajo que el euríbor. Pero en el verano de ese mismo año el yen comenzó a fortalecerse y los hipotecados en yenes empezaron a ver cómo sus cuotas periódicas se encarecían.
Quien tenga contratada una hipoteca multidivisa siempre tiene la opción de poder cambiarla a euros. Sin embargo, eso tiene un coste. Este coste no sólo tiene en cuenta el tipo de cambio, sino que el hipotecado debe asumir una comisión de reconversión del 2 por mil sobre el capital y en ocasiones, una comisión por cierre de ese préstamo y la contratación de otro. Además, el diferencial que se aplica cuando se cambia a euros suele ser más alto.
Pero no nos desviemos del tema central, el escenario del euro frente al yen (Eur/Jpy). Si observan el gráfico (si pinchan en él se amplía) podemos ver que el precio se encuentra inmerso dentro del rango de un amplio canal bajista donde se han ido sucediendo continuamente máximos decrecientes de manera muy ortodoxa desde el pasado mes de agosto.
La zona de los 122 puntos sigue siendo relevante, en febrero supuso el cese de las caídas, al igual que en abril y ahora en mayo lleva tres sesiones prácticamente consecutivas tocando esta referencia. Su pérdida abriría la puerta a más caídas con el punto de vista puesto en los 119,50-119,55 puntos.
Así pues, mientras el Banco de Japón no decida tomar cartas en el asunto y además de manera intensa, no asistiremos a un giro o cambio de tendencia en este mercado.
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es