El experimento de los Turtle Traders fue un proyecto llevado a cabo en la década de los años 80 por los prestigiosos traders Richard Dennis y William Eckhardt. Aunque posteriormente se repitió varias veces más, la prueba más famosa fue la realizada en primer lugar.
Lo que Dennis y Eckhardt trataban de dilucidar con este experimento era si las reglas de un sistema de trading eficaz (el suyo propio) podían ser enseñadas a cualquier tipo de persona o si, por contra, sólo podían ser asimiladas por alguien con talento para la especulación. Básicamente, es la antigua cuestión de si el trader exitoso nace o se hace.
La versión inicial del experimento se llevó a cabo entre los años 1983 y 1988, de manera que las personas seleccionadas para esta primera ocasión fueron conocidos como la promoción de 1988 de los Turtle Traders. Obviamente, sus componentes fueron más famosos que los de las promociones posteriores.
La selección fue llevada a cabo por Dennis y Eckhardt en persona, que eligieron a los más prometedores de entre más de 1.000 candidatos a integrarse en el experimento (la convocatoria se realizó a través de anuncios en los periódicos). El primer corte lo pasaron 40 personas y, finalmente, únicamente 13 de ellas fueron elegidas para formar parte de la primera promoción de los Turtle Traders.
Una vez finalizado el proceso de selección, los futuros traders comenzaron un programa de formación de dos semanas, durante los que Dennis, Eckhardt y otras personas de su equipo trataron de transmitirles todas las reglas básicas del sistema de trading que posteriormente iban a tener que poner en funcionamiento con dinero real (en realidad, se trataba de dos sistemas, uno de corto plazo y otro de medio plazo).
Tras la formación, los traders estuvieron operando con cuentas de práctica durante un mes completo. A continuación, a principios de 1983, se les asignó a cada uno de ellos una cuenta real con una cantidad de dinero que variaba en función de lo buenos que hubiesen sido sus resultados durante el mes de práctica. Para hacernos una idea del capital gestionado, diremos que a los mejores se les habilitó una cuenta de trading de 2 millones de dólares (dólares de 1983).
Los mercados de futuros sobre los que podían operar los Turtle Traders formaban parte de una lista de 21 activos pertenecientes a las tipologías de Bolsa, Bonos, Materias Primas, Divisas, Metales y Energía. Por ejemplo, en dicha lista se encontraban el SP500, el T-Bond, el Café, la Libra, el Oro o el Petróleo.
El experimento con la primera promoción de 13 traders, que comenzó en 1983, se dio por finalizado 5 años después, en 1988. Durante ese período de tiempo el grupo fue capaz de obtener una rentabilidad superior al +3.100%. Esto supone un retorno anualizado superior al +100%, una rentabilidad al alcance de muy pocas personas en el planeta (tanto en aquel momento como hoy en día).
Como punto débil del historial, podemos decir que el drawdown alcanzado durante esos 5 años fue del -70%, un valor demasiado elevado como para ser soportado por el inversor medio. Tengamos en cuenta que, con dicho drawdown, si un año las cosas nos van un poco peor de lo esperado, entonces lo más probable es que nuestra cuenta acabe cancelada.
Y, volviendo a la cuestión desencadenante del experimento, ¿este resultado del +100% anualizado demuestra que las reglas de un sistema de trading pueden ser enseñadas a cualquier persona? Bueno, pues la cosa no quedó del todo clara. Por un lado, es cierto que Dennis y Eckhardt fueron capaces de enseñar, con gran éxito, su estrategia de trading a los 13 candidatos seleccionados.
Sin embargo, por otro lado, también es cierto que no escogieron a 13 personas al azar. La realidad es que los elegidos superaron un proceso de selección, iniciado por más de 1.000 personas, en el que tuvieron que superar varios test y entrevistas realizados por el equipo de Dennis y Eckhardt. Por tanto, parece evidente que se acabó seleccionando a los candidatos que tenían un perfil más adecuado para asimilar las reglas de trading que los patrocinadores querían transmitir.
Así que en este experimento se ve claramente que las dos cosas son necesarias en los mercados financieros. En primer lugar, debemos tener una psicología que sea capaz de asimilar conceptos de trading y de soportar toda la presión de la operativa diaria. Y en segundo lugar, necesitamos disponer de una gestión monetaria y de un conjunto de reglas que hagan que nuestra estrategia tenga una esperanza matemática positiva. Si nos falla alguno de estos dos pilares, entonces lo más probable es que nunca seamos capaces de ganarnos la vida con el trading.
Al menos, esperamos que la historia del experimento de los Turtle Traders os sirva de inspiración para ver que, con las herramientas adecuadas, es posible alcanzar rentabilidades anualizadas del +100% y vivir del trading.
Fuente: Tambolsa