«Nada es para siempre ¡Ay si los viejos banqueros levantaran la cabeza! El mundo global corre a velocidad del rayo. Nos afecta a todos y a todo. Hablamos hoy, una vez más, de los bancos. Renovarse o morir. Llega, o quizá ya ha llegado y muy pocos lo han advertido, la catarsis a la banca global. La banca española, por supuesto, no es ajena a esta situación. Nuevos actores, nuevos modelos de hacer negocio, nuevas fórmulas de demanda, nuevas generaciones, nuevas tecnologías., Ya no sirve tener una sucursal cada cien metros, como los bares, que pintan los barrios de todo el Reino de España. Ninguno de mis hijos ha pisado el banco en los últimos meses. Tampoco, el yerno ni mi nuera. Bancos mutatis mutandis. Mutatis mutandis es una frase en latín que significa ‘cambiando lo que se debía cambiar’. Se utiliza tanto en inglés como en castellano y en otros idiomas cuya raíz es el latín. Informalmente el término debe entenderse «de manera análoga haciendo los cambios necesarios». Este término se utiliza frecuentemente en leyes y en economía. Implica que el lector debe prestar atención a las diferencias entre el argumento actual y uno pasado, aunque sean análogos. Y en estas que llega el Fintech, el nuevo fenómeno, que miran con lupa los mercados y que no deben perder de vista las gestoras de fondos. La tecnología aplicada al mundo de las finanzas es mucho más que una moda y tendrá un impacto fundamental en los modelos de negocio de las gestoras de fondos, los distribuidores y los proveedores de servicios.
Segmentación de clientes gracias al uso de macrodatos (big data), comercialización directa a consumidores a través de plataformas D2C, servicios de asesoramiento automatizado, préstamos directos entre pares (P2P), aplicaciones de inversión móviles… Aunque aún está dando sus primeros pasos, la revolución tecnológica conocida como ‘fintech’ ya ha llegado al sector financiero. Conscientes del gran cambio que supone y el impacto que tendrá en los modelos de negocio, la Asociación de la Industria de Fondos de Luxemburgo (ALFI) ha colaborado con Deloitte en la publicación de un informe centrado en el segmento de la distribución de fondos.
“El ecosistema de la tecnología financiera está creciendo rápidamente y está generando mucho interés en casi todos los mercados. La inversión en empresas de fintech se ha triplicado entre 2013 y 2014 hasta alcanzar los 12.000 millones de dólares”, afirman los autores. Aunque la mayoría de esas inversiones (9000 millones) se ubican en Estados Unidos, también crecen en Europa, principalmente en Reino Unido y Alemania.
Ahora mismo, la mayoría de estas empresas de fintech se concentran en el ámbito de los préstamos y servicios de pago, aunque existe un número significativo de iniciativas en los segmentos de inversión retail e institucional. “Gracias a unos menores costes fijos, una mejor experiencia de cliente y una mayor eficiencia, las empresas de fintech suponen una amenaza para las áreas de banca e inversión. Aunque muchas nunca tendrán el tamaño o el alcance de las grandes firmas internacionales, algunas crecerán lo suficiente para ganar una importante cuota de mercado. Por eso, las gestoras de activos deben prestarle atención a este fenómeno y actuar cuanto antes”, señala el informe, que vaticina que las gestoras de mayor éxito serán aquellas capaces de adaptar sus estrategias de marketing y la gestión de sus productos a una nueva generación de inversores a través de la tecnología financiera.
“Fintech es mucho más que una moda y tendrá un impacto fundamental en los modelos operativos de las gestoras de fondos, los distribuidores y los proveedores de servicios, que ya se enfrentan al cambio en el comportamiento de los inversores”, señala la presidenta de ALFI, Denise Voss. “La industria de la gestión de activos tiene una oportunidad única para reimaginar y modernizar su modelo de distribución”.
Moisés Romero
La Carta de la Bolsa