El tema del Brexit y el referéndum que se celebrará el 23 de junio continúa pasando factura a la libra esterlina. Las últimas encuestas arrojan resultados muy parejos entre los partidarios de salir de la UE y los que quieren continuar. Algunas agencias de calificación crediticia están advirtiendo que podrían pasar la nota de solvencia de Reino Unido a una perspectiva negativa en el caso de que en el referéndum ganase el Brexit.
Y es que una salida de la UE supondría un serio golpe para la economía británica: caería el PIB, bajarían las exportaciones y las inversiones directas, se incrementaría el desempleo porque muchas empresas se verían abocadas irremediablemente a irse a otras ciudades de la Eurozona, principalmente de Francia y Alemania. Tendrían que alcanzar un acuerdo comercial con Europa, con los principales mercados de exportación ingleses (Estados Unidos, Alemania, Holanda, Francia, China, Suiza, Italia, España), por no hablar que la UE no querría que se abriese la caja de Pandora y la salida de Reino Unido crease un precedente que posteriormente otros países podrían utilizar.
Pero también la UE sufriría las consecuencias, ya que la el abandono de un actor con tanto peso económico no puede dejar indiferente a nadie y supondría una pérdida de confianza en toda regla en cuanto a la inversión extranjera en el Viejo Continente. El comercio no debiera de afectar demasiado, ya que las exportaciones de la UE a Reino Unido apenas alcanzan el 10%. Tampoco habría que son el segundo mayor contribuyente a la UE sólo por detrás de Alemania.
Los gestores institucionales se mantienen muy cautelosos a la hora de invertir en deuda pública británica. Pocos apuestan por la libra esterlina hasta que desaparezcan las incertidumbres. La Bolsa británica es la que menos adeptos tiene para invertir. Como muestra del nerviosismo tenemos que el coste de protección ante hipotéticas pérdidas de la deuda soberana del Reino Unido (los denominados CDSs) se ha incrementado en lo que llevamos de año de manera sustancial.
Veamos el escenario de la libra esterlina frente a tres de las principales monedas internacionales como son el euro, el yen japonés y el dólar norteamericano:
A) La fortaleza del yen, junto con la debilidad de la libra está empujando a la libra a nuevos mínimos frente a la divisa japonesa. La libra frente al yen cae a su nivel más bajo desde agosto del 2013 (cae un 4% en la semana, la mayor caída en seis años). La pérdida en gbp/jpy de la zona de 156,10 ha activado una nueva señal de debilidad que podría arrastrar el precio hasta 147,60 como primera proyección, estando la siguiente en 140,80.
B) En el último análisis realizado el pasado 28 de diciembre les comenté que para el 2016 podríamos ver cómo gbp/usd pierde el soporte de 1,4629 y no sería descabellado ver a lo largo del año niveles de 1,40-1,4150. Pues bien, ese día cotizaba en 1,4920 y bajó a 1,40 a finales de febrero, sinceramente antes de lo previsto, personalmente esperaba que tardara algo más de tiempo, pero bueno, lo relevante es que el escenario expuesto se va cumpliendo. Siguiente objetivo de la caída se situaría en 138,65.
C) En eur/gbp la escalada ascendente es intensa y se dirige poco a poco hacia su primer objetivo o proyección teórica que se encuentra en la zona de 0,8390.
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es