Cuando llevamos algún tiempo profundizando en el mundo del análisis fundamental, llega un momento en el que nos preguntamos si merece la pena analizar tantos y tantos ratios para cada empresa. En realidad, la cuestión que nos hacemos es: ¿bastaría con quedarnos con un pequeño grupo de indicadores financieros para obtener los mismos resultados?
El mundo del análisis fundamental es muy entretenido y, tras ir descubriendo indicadores y más indicadores, llega un día en el que uno se da cuenta de que sigue estudiando nuevos ratios simplemente para lograr una falsa sensación de control del mercado y, por qué no decirlo, para obtener algo de diversión. Pero, ¿realmente nos aporta rentabilidad adicional llegar a dominar el funcionamiento de un centenar de conceptos fundamentales?
Hace algún tiempo varias gestoras se unieron y realizaron un estudio conjunto para tratar de contestar a esta pregunta. O, más concretamente, para intentar responder a la cuestión de si existen algunos indicadores más valiosos que otros a la hora de generar plusvalías en nuestra cuenta.
En dicho estudio se analizaron, entre otros muchos, ratios fundamentales e indicadores macro tales como los siguientes:
– PEG
– PVC (Precio / Valor Contable)
– PSR (Precio / Venta)
– ROE
– ROA
– PCF (Precio / Cash Flow)
– PER (Precio / Beneficio)
– CAPE
– Dividendos
– Crecimiento económico
– Tipos de interés
– Rentabilidades históricas
Como vemos, no se trata de indicadores sofisticados y misteriosos, sino de factores conocidos y muy empleados por el inversor fundamental promedio.
Una de las primeras conclusiones que se extrajo de dicho examen es que, como cabía esperar, ninguno de los ratios fundamentales o macro sirve para seleccionar los mejores activos a corto plazo (entendiendo el corto plazo como la rentabilidad a 12 meses vista). En principio, esto tampoco debería ser tan grave ya que, en general, este tipo de inversores suelen estar orientados a períodos de tiempo más largos.
Por supuesto, en el estudio también se analizó si los indicadores fundamentales y macro tienen alguna utilidad a la hora de predecir el comportamiento de los activos a largo plazo (esto es, para plazos superiores a los 5 años). A este respecto, los resultados tampoco fueron muy prometedores en la mayoría de los casos.
Curiosamente, las conclusiones de la investigación sugieren que los dos únicos indicadores que permiten realizar una selección de activos rentables a largo plazo son el PER y el CAPE. Este último también es conocido como PER de Shiller y, básicamente, se trata de algo así como un PER promedio de los últimos 10 años.
Por tanto, lo que nos están diciendo estos resultados es que no tiene mucho sentido elaborar complicados filtros compuestos por 10 ó 12 ratios para seleccionar las acciones ganadoras del próximo año. La mayoría de los indicadores elegidos serán neutrales, e incluso alguno de ellos puede que haga más mal que bien a nuestra cartera de largo plazo.
Entonces, ¿qué es lo que tendríamos que hacer para aprovecharnos de los resultados del estudio? Lo ideal sería que, para la construcción de nuestra cartera, no empleásemos más de tres o cuatro ratios fundamentales. ¿Y cuáles serían estos? Pues, inexcusablemente, tendríamos que incorporar los dos principales recomendados por el estudio, PER y CAPE.
Junto a ellos, podríamos incluir uno o dos de aquellos otros que mejor nos hayan funcionado con nuestro propio sistema en el pasado. Por ejemplo, nosotros incluiríamos dos ratios que nos gustan mucho: ROE y ROA. Y, por supuesto, no tendría sentido dedicar mucho más esfuerzo a elaborar filtros con indicadores adicionales.
Eso sí, una vez seleccionados nuestros candidatos desde el punto de vista fundamental, nosotros recomendaríamos precisar el punto de entrada mediante el análisis técnico. Sabemos que los inversores fundamentales puros no estarán de acuerdo con esta afirmación, pero opinamos que tanto el análisis técnico como el chartista complementan muy bien al fundamental. De hecho, ayudan a encontrar el precio de entrada ideal para los activos de calidad seleccionados previamente mediante análisis fundamental o macro.
En definitiva, la imagen con la que nos tenemos que quedar es la de que una cartera seleccionada mediante los indicadores PER y CAPE (¿junto con ROE y ROA?) es la que tiene más probabilidad de generar rentabilidades relevantes a largo plazo. Si no los estáis usando ya, una de las tareas más importantes que tenéis que poner en práctica es la de aprender a utilizar estos dos ratios en conjunción con el resto de vuestra estrategia.
Esperamos que lo comentado os permita disponer de nuevas ideas de inversión para vuestro día a día. Además, también os debe servir para dejar de emplear todos esos indicadores que creéis que os están aportando algo y que, a la hora de la verdad, para lo único que valen es para haceros perder vuestro preciado tiempo.
Fuente: Tambolsa