Sell the rallies?
Las lecturas técnicas de la mayoría de índices bursátiles globales se corresponden con mercados en situación de corrección bajista de grado intermedio o en algunos índices directamente con tendencias bajistas.
Los desequilibrios de la economía y finanzas globales persisten, inquietan al manifestarse la falta de efectividad de las decisiones de los Bancos Centrales.
Condiciones que proporcionan motivos sobrados para la intranquilidad inversora, contraria a incentivar un aumento del riesgo en las carteras, es decir, un aumento de demanda de acciones sostenido e imprescindible para respaldar tendencias al alza.
Desde el pasado mes de mayo se han producido 8 rallies de mercado -S&P500- y ninguno ha conseguido alcanzar nuevos máximos.
La reciente recuperación desde mínimos de 11 de febrero ha sido enérgica pero similar a las que generan procesos de cierre de cortos o “short squezze”.
El volumen ha sido bajo durante todo el rally, ninguna de las sesiones de subida desde el 11 de febrero ha presentado niveles de volumen superiores a la media diaria de negociación. Más bien al contrario, la semana pasada se produjo el volumen acumulado en 5 sesiones más bajo del año.
El S&P500 ha recuperado un 7.2% en pocas sesiones, un alza aún insuficiente para remontar sobre la media móvil de 50 sesiones, también la de 200 sesiones.
Históricamente, los rallies más fuertes y rápidos de precios se han producido en mercados correctivos o bajistas. Las posiciones cortas o bajistas son consideradas más “nerviosas” y cuando los inversores presienten rally y/o el mercado supera referencias técnicas de corto plazo, se agolpa un gran número de órdenes de cierre de cortos, que en definitiva son órdenes de compra.
Se acerca la fecha de la reunión del Consejo del BCE Dde marzo, el mercado espera novedades del Sr Draghi orientadas a reforzar la economía y finanzas europeas.
El 3 de diciembre fue la última cita y el mercado esperaba ávidamente al mago Draghi, quien no defraudó en su tozudez de “comprar” la solución a los problemas con dinero fabricado ad hoc… y la respuesta de los inversores fue inmediata:
DAX 60 minutos
La grandilocuente expresión utilizada entonces, “no limits”, lejos de calmar fue motivo para salir corriendo, vender activos de riesgo demostrando el descontento de los analistas.
Ciertamente el BCE ha actuado muy tarde, y mal, para revitalizar el balance de los bancos de la zona Euro, 5 años de retraso respecto de las autoridades USA.
Largo tiempo durante el que la banca europea ha continuado deteriorando su estado y además, cometiendo fraudes, manipulación y delitos varios a escala inédita, como nunca antes. Han manipulado hasta la formación de tipos de interés -caso LIBOR- para favorecer sus intereses, práctica ilegal y masivamente utilizada.
Desde la caída de Lehman Brothers en 2008, los 8 principales bancos europeos han pagado multas por importe aproximado de 63.000 millones de dólares, su capitalización bursátil ha caído en 425.000 millones de dólares y han despedido a más de 100.000 empleados.
También han replegado divisiones operativas, cerrado decenas de miles de oficinas alrededor del mundo y reorganizado sus respectivos modelos de negocio, sin embargo, la situación sigue muy precaria, el exceso de capacidad permanece y la posibilidad de mejoras en su negocio operativo es muy baja.
Realmente, la expresión “No limits” significa poco después del famoso “Whatever it takes” de julio de 2012, ahora que el BCE ha creado abundante liquidez ex nihilo, pero cerca de 675.000 millones de euros están de vuelta en sus arcas en concepto de exceso de liquidez. Trampa de liquidez en estado puro!
Ludwig Von Mises, describe en “Human Action” los desenlaces que considera posibles tras fuertes procesos de expansión del crédito: “There is no means of avoiding the final collapse of a boom brought about by credit expansion. The alternative is only whether the crisis should come sooner as the result of a voluntary abandonment of further credit expansion, or later as a final and total catastrophe of the currency system involved.”
Como sin darse cuenta, los bancos centrales vienen articulando un lento proceso de creación de desconfianza entre expertos, gestores analistas y diferentes agentes de los mercados cada día más inquietante.
Este fin de semana está convocada una reunión del G-20 en Shangai y pulula por el mercado la expectativa de una nueva ronda orquestada de inyecciones masivas de liquidez y quizá algo más.
Según Wall Street Journal, las autoridades no ocultan su nerviosismo ante la dudosa credibilidad del anfitrión y falta de fiabilidad de las cifras económicas oficiales que viene publicando. “G-20 officials are crossing their fingers and hoping that China can stabilize expectations and prevent a panicky outflow of capital.”
Siempre recuerdo la siguiente prueba de algodón, ¿cómo es posible que una economía crezca a ritmos del 7%, como afirman las autoridades chinas, mientras el consumo de electricidad se desploma…
… mientras la actividad manufacturera sitúa al índice de actividad PMI por debajo de 50, -indicando contracción- desde hace meses (vean cuadro de Bloomberg incluyendo datos oficiales y la encuesta privada Minxin:…
… o mientras el dinero lleva más de un año huyendo del país provocando serias retiradas de reservas moneda…
… y el desajuste en las cuentas públicas crece sin precedentes:…
… o mientras el sector bancario presenta un crecimiento tan desorbitado como muestra el siguiente gráfico y existen dudas fundadas sobre un “shadow banking” de proporciones épicas…
Las expectativas del mercado se centran de nuevo en el ingenio de las autoridades, una cualidad que a tenor de los acontecimientos se puede afirmar es inexistente.
A medida que avanza el tiempo desde la crisis subprime, se van manifestando los logros escasos y menguantes de las políticas monetarias, los encuentros globales con la finalidad no conseguida de solventar desequilibrios o las actuaciones concertadas de los Bancos Centrales para comprar tiempo, no el crecimiento esperado, con el dinero de futuras generaciones.
Así las cosas, se aventura complicado que las autoridades puedan cambiar las dinámicas de los ciclos correctivos de economías, crédito y finanzas, especialmente en un entorno general dominado por excesos de deuda, sobre capacidad, desinflación y estancamiento económico.
DOW JONES largo plazo
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Antonio Iruzubieta
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