«Ducha fría, que ha provocado muertes por pulmonía. Las empresas, los negocios y las familias llevamos años desapalancando, adelgazando, en una vuelta a los orígenes. Ha sido el mensaje reiterado de los Reguladores y bancos centrales desde que estalló la Crisis. Los que no han hecho bien los deberes y han optado hacerse trampas en el solitario han pasado a mejor vida. Los ejemplos recientes son los de FCC y Abengoa. Ambas empresas, como otras tantas, decidieron refinanciar a la espera de tiempos mejores. Pero la refinanciación, de la que tanto se habla de manera recurrente, mejora las condiciones de la deuda, pero no quita grasa, porque la deja intacta, la traslada a otra parte del cuerpo. Los Estados, Las Corporaciones, Las Empresas, Las Familias y los Individuos no se han desapalancado en su justa medida y los que lo han hecho aún necesitan más. La refinanciación, digo, es como si a un enfermo en fase terminal le cambian la almohada o el colchón de la cama, o, si se prefiere, le ponen una dosis más alta de calmante. Ello provoca una mejoría momentánea, un alivio, pero no cura, ni contribuye a hacerlo, su enfermedad. El mejor exponente de esta situación se encuentra en el sector inmobiliario y todos los efectos colaterales (constructoras, bancos, cajas de ahorro..), el gran lastre actual y futuro de la economía y de la Bolsa española. Es conveniente, por tanto, echar una nueva ojeada a los números y dejar de tener espejismos. Y en esas estábamos cuando llega el crash de las Bolsas, que sí o sí, nos ha hecho más pequeños a todos: familias, empresas, negocios, familias y, más pronto que tarde, se trasladará a la economía real del consumo y del empleo», dice el analista jefe de una sociedad de valores y Bolsa.
«Nadie quiere, nadie queremos asumir que caminamos hacia un mundo más pequeño, incluida la Bolsa. Y en esta cerrazón, la Bolsa se empeña en seguir engordando con productos artificiales y dañinos: más horario para los mercados de futuros, vuelta a las posiciones cortas y, en definitiva, seguir con la multiplicación de los panes y los peces», sentencia.
«Sí, hay que adelgazar, reducir el tamaño y el número de bancos y de cajas de ahorro, desapalancar empresas, pagar los créditos contraídos a plazos de 30 y 40 años…Sí, hay que volver a los orígenes, para que la Economía Global no sufra un colapso propiciado por los excesos de los bancos y entidades financieras…Sí, esto va a ser así de verdad, como propugnan los políticos a ambos lados del Atlántico, en contra claro está, de los propios bancos y sujetos financieros…Sí, se acabó el milagro de los papelitos por los papelitos, como el milagro de la multiplicación de los panes y los peces…Sí, hay que acabar con la especulación desaforada, sin tino ni tiento, durante las 24 horas del día a través de los futuros y otras armas de destrucción masiva, a las Bolsas les sobran mucho tiempo de actividad…»
“Acotar los espacios e impedir que se reproduzcan los desmanes de los últimos años conlleva un reajuste de los propios mercados en el fondo y en la forma. Recuerda que hace 30 años, la Bolsa española, fragmentada en cuatro mercados de referencia (Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia) abría de martes a viernes y, además, con un horario de 10 a 11,30 horas de la mañana. Los corros fueron el sistema tradicional de contratación de la Bolsa desde sus inicios. Los operadores de las Sociedades y Agencias de Valores y Bolsa se reunían, libreta y bolígrafo en mano, y físicamente en el salón de contratación…”
“…Allí, puestos en un corro, cara a cara y a viva voz, realizaban las negociaciones en función de las órdenes que han recibido de sus clientes (de ahí el nombre de “corros” con que se conocía este sistema). Y a las 11 y media de la mañana, los asistentes al parqué se iban a tomar el aperitivo y los empleados de los agentes a cuadrar las operaciones. Había tiempo para todo hasta el día siguiente…”
“…La ambición desmesurada de bancos y cajas de ahorro por generar más comisiones propició cambios rápidos y espectaculares en la estructura de los mercados. La Ley del Mercado de Valores fue el primer paso en esta dirección. Los agentes desaparecieron y los bancos asumieron su papel. Y así hasta crear Bolsas que permanecen abiertas las 24 horas del día de manera ininterrumpida…”
“…Si José Bonaparte levantará la cabeza (mejor no) volvería a meterse en la tumba. En 1809 Jose I Bonaparte decide crear en España la primera Bolsa, en Madrid, y como edificio el convento e iglesia de San Felipe el Real en la Puerta del Sol. Pero nunca se llegó a configurar un mercado bursátil. Pero el mercado bursátil en España comienza , decididamente, el 10 de septiembre de 1831 con la publicación de la Ley de Creación de la Bolsa de Madrid, redactada por Pedro Sainz de Andino. El 20 de octubre de 1831, tiene lugar la primera sesión de la naciente Bolsa de Madrid. En 1854 comienza a publicarse el Boletín Oficial de Contratación. En 1878 empieza la construcción del actual Palacio de la Bolsa que es inaugurado el 7 de mayo de 1893 por la reina María Cristina…”
“…En 1898 decae la contratación como consecuencia de la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas y los precios de las acciones sufren una caída del 20%. Durante la Primera Guerra Mundial, la Bolsa de Madrid permanece abierta, y continúa el incremento de contratación. En 1929 se produce el hundimiento de la Bolsa de Nueva York, pero la de Madrid no se ve afectada de forma inmediata. El comienzo de la Guerra Civil Española provoca su cierre en 1936…”
“… Después de la guerra civil española, la bolsa de Madrid abre de nuevo la negociación el 5 de marzo de 1940…El plan de estabilización provoca una considerable subida de la Bolsa hasta 1970. Crisis del petróleo en 1973. En 1974 comienza a funcionar un nuevo sistema de liquidación, que será la base del actual sistema por anotación en cuenta. En 1975 la Bolsa sufre una fuerte sacudida debido a factores económicos y políticos: la muerte del general Franco, la gradual transición democrática y la crisis del petróleo…”
“…En 1978, la aprobación de la Constitución Española y las mejoras técnicas aplicadas al mercado contribuyen al incremento de la inversión extranjera. En 1986 el ingreso de España en la Comunidad Económica Europea y el masivo flujo de inversión extranjera desencadena un “boom” económico, que finaliza con el crash mundial de octubre de 1987. La integración en el Sistema Monetario Europeo en 1988, hace a España aún más atractiva. Se publica la nueva Ley del Mercado de Valores que transforma definitivamente la Bolsa española. En 1989 comienza a funcionar el mercado continuo para acciones (CATS: Toronto Computer Assisted Treding Sistem). Se empiezan negociando 7 grandes valores y se finaliza el año con 51. Se establecen las siguientes instituciones: CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores), como órgano supervisor de los mercados, Sociedad de Bolsas, encargado de la gestión técnica del sistema electrónico de contratación. Los Agentes de Cambio y Bolsa son sustituidos por las Sociedades y Agencias de Valores y Bolsa.
Moisés Romero
La Carta de la Bolsa