¿La Gestión del Riesgo…? Al final, los inversores, expulsados del mercado por la incertidumbre y la inestabilidad (se puede vivir en un escenario dominado por la incertidumbre; con un escenario de incertidumbre e inestabilidad todo es mucho más difícil), liquidan posiciones. ¿Y qué venden? Aquello que sea más líquido (la liquidez ha sufrido en esta nueva fase de la Crisis), que tenga con rentabilidad positiva aún (o menos negativa) y especialmente aquello que sea considerado más arriesgado. En este último factor se incluye la percepción de riesgo sistémico. Las autoridades económicas mundiales se han enfocado en los últimos años en prevenir riesgos sistémicos en la banca. ¿Cómo? Pidiendo más liquidez y capital a aquellas entidades con el tamaño suficiente para provocar una nueva crisis financiera mundial. Y en mi opinión han tenido un relativo éxito: la regulación y supervisión funcionan, aunque con un coste evidente de restar liquidez al mercado. Y esto es especialmente evidente en situaciones de incertidumbre como la actual. Pero, antes me refería a un éxito relativo.
Relativo, como estamos viendo en estos momentos, cuando vemos como el mercado vuelve a golpear al sector financiero de forma uniforme a nivel mundial. Una importante entidad financiera europea con carácter sistémico ha estado en el centro del debate, aunque sinceramente no creo que ahora se esté temiendo que su potencial (más que improbable en mi opinión) caída se lleve por delante a buena parte del sector. Entonces, ¿por qué al castigo generalizado a la banca?. Si su respuesta es que, al final, es un problema europeo deben observar el comportamiento no muy alentador del resto del sector en USA y Asia por ejemplo. Por otro lado, pueden considerar que por su carácter cíclico la banca presenta un beta elevado y por tanto es más susceptible de ventas ante el riesgo de recesión mundial. Aunque, por último, no deben olvidar el nuevo debate sobre el coste en rentabilidad (y supervivencia a la larga) para el sector financiero de la combinación de medidas monetarias extremas desde los bancos centrales (como tipos de interés negativos) y la extrema regulación. En definitiva, bajo la prioridad de prevenir más crisis originadas por excesos del sector no sólo estamos alimentando crisis de liquidez en los mercados como realmente estamos condenando a las entidades a un proceso de consolidación no tanto con el objetivo de originar valor si no de supervivencia pura y dura.
Sinceramente, en mi opinión, los tipos de interés nulos o incluso negativos han llegado para quedarse durante un largo periodo de tiempo. Es lo que hay. Simplemente hay que aceptarlo, como de hecho vimos que lo aceptaba la propia Presidenta de la Fed cuando reconocía la semana pasada que estaban estudiando los tipos de interés negativos en Europa. Estudiarlos no significa aplicarlos, al menos a corto plazo. Pero sí entender sus implicaciones, de los aplicados por otros bancos centrales (la posible fortaleza del USD) y distorsiones en la valoración de activos (curvas de tipos planas con rentabilidades a la baja). ¿Cómo luchar en este caso contra el riesgo sistémico de un mercado ilíquido, poco profundo y con precios distorsionados? Son los bancos centrales los únicos que pueden hacerlo. Pero, también, su labor debe ser reforzada por una mayor transparencia y estrategias claras a medio y largo plazo tanto desde las autoridades económicas como desde el sector financiero.
Con todo, sigo pensando que el papel de los bancos centrales es clave para evitar que la Gestión del riesgo no se convierta en si misma en una nueva crisis de los mercados. Y crisis financiera. Me responderán que la solución a los problemas no está en sus manos. Y que de hecho, parte de los problemas (de rentabilidad) de la banca tienen su origen en las medidas extremas de política monetaria. No se lo negare, aunque también es cierto que los bancos centrales tienen que priorizar por encima de todo la estabilidad financiera. Y esto les llevará, por otro lado, a instrumentar otras medidas que puedan mitigar su coste. No, no me refiero a las medidas macroprudenciales para combatir excesos derivados de unas condiciones financieras demasiado laxas durante demasiado tiempo. En el caso de la banca, y pensando en el ECB, es importante que desarrolle completamente su papel de supervisor único. Y como tal, transmita su credibilidad al sector. Naturalmente, siendo veraz en sus valoraciones y forzando respuestas a las posibles entidades con problemas.
José Luis Martínez Campuzano
Estratega de Citi en España
La Carta de la Bolsa