Cuando el mercado de valores de China cae – como lo hizo la semana pasada y ayer lunes – los mercados financieros mundiales se estremecen. Pero, ¿debemos estar tan preocupados por la economía de China? Puede ser la segunda más grande en el mundo, sin embargo, sigue siendo opaca y mal entendida. Aquí hay cinco conceptos comunes erróneos (vía The Wasginhton Post).
1. Las pérdidas del mercado de valores de China reflejan una economía en crisis
Los recientes descensos dramáticos en el Índice Compuesto de Shanghai estuvieron vinculados a unos malos datos del sector manufacturero y preocupaciones más amplias sobre la economía de China.
Y aunque es verdad que el crecimiento de China se ha desacelerado, los mercados de valores del país no dicen mucho acerca de la salud general de su economía. El valor total de todas las acciones negociadas en las bolsas de China asciende a sólo alrededor de un tercio de su PIB (frente al 100 por ciento o más en las economías avanzadas como Estados Unidos). La mayor parte de las acciones negociadas representan a empresas de las industrias manufactureras y construcción, que sin duda están sufriendo una mala racha. Sin embargo, el sector de servicios, los ingresos familiares y el consumo están aguantando bastante bien.
Además, mientras que el mercado de Shanghai está cayendo casi un 40 por ciento desde su máximo junio de 2015, alcanzó ese pico después de un gran mercado alcista en el primer semestre del año, en parte por el apoyo del gobierno. Así que los principales índices bursátiles de China están ahora más o menos donde estaban hace un año.
2. El crecimiento económico de China es impulsado principalmente por unas exportaciones baratas
Cuando pensamos en China, se tiende a pensar en los bienes baratos de consumo fabricados por trabajadores con bajos salarios. El déficit comercial de Estados Unidos con China sigue aumentando y es probable que alcance los 350 mil millones de dólares al final de 2015, un máximo histórico.
Pero el valor de las exportaciones de China se ve frenado por la cantidad de materias primas y bienes intermedios que importa. Por ejemplo, sólo el 4 por ciento del valor de un iPhone «Made in China» es atribuible a los fabricantes chinos. Los componentes importados por China de países como Alemania, Japón y Corea del Sur representan la mayor parte del valor del teléfono. Las exportaciones netas – exportaciones menos importaciones – han hecho una modesta contribución al crecimiento de China en la última década.
El motor económico principal ha sido la inversión en capital físico, incluyendo fábricas e infraestructura, como carreteras y ferrocarriles. Esta inversión ha sido responsable de más de la mitad del crecimiento de China en la última década.
Por otra parte, China ha dejado de ser una economía de bajos salarios, ya que sus salarios están aumentando más rápido que los de países como Bangladesh y Vietnam. Incluso en su sector manufacturero, China ha comenzado a ascender en la cadena de valor añadido, pasando de un enfoque de bajo costo, bienes de baja tecnología, como zapatos y textiles a productos más sofisticados con mayor contenido tecnológico.
3. China está manipulando activamente su moneda
Las quejas sobre la manipulación de la moneda china son comunes entre los legisladores estadounidenses. «China ha manipulado su moneda durante mucho tiempo», dijo el senador Charles Grassley (R-Iowa) el verano pasado. «. . .
Pero China ha estado haciendo exactamente lo que Estados Unidos le ha estado pidiendo: facilitar que el yuan cotice por las fuerzas del mercado. Lo que Estados Unidos no previó era que Pekín haría esto cuando le conviniera a ella y no a sus socios comerciales. En lugar de cambiar su política en un momento en el que el yuan podía apreciarse, lo que perjudicaría a las exportaciones de China, haciéndolas más caras, el gobierno ha actuado en un momento en el que las fuerzas del mercado están depreciándola, lo que ayuda a las exportaciones de China. China está protegiendo sus intereses.
Desde agosto, el banco central de China ha estado interviniendo en los mercados cambiarios extranjeros – pero para mantener el valor del renminbi y no caiga demasiado.
4. China cocina sus cuentas para que su economía parezca más fuerte
Muchos analistas consideran que las estadísticas de crecimiento del PIB de China son puramente producto de la imaginación oficial. Como Tim Worstall escribió para la revista Forbes, «observadores informados no creen una palabra sobre lo que se nos dice». El crecimiento del PIB reportado suele estar sospechosamente cerca de los objetivos oficiales de crecimiento. Y aunque la tasa de crecimiento oficial de China es del 7 por ciento, algunos economistas occidentales estiman que es del 3 por ciento o menos.
Hay muchas preguntas legítimas acerca de los datos de crecimiento del PIB de China medidos trimestre a trimestre. Las cifras recientes sobre el consumo de electricidad, los volúmenes de carga y los préstamos bancarios apuntan a un crecimiento mucho más débil que el que sugiere los datos compuestos. Durante períodos más largos, sin embargo, los datos de crecimiento probablemente representan de una manera más razonable lo que está sucediendo en la economía y se alinea con otros indicadores como el ingreso de los hogares y el gasto.
Ahora que es una economía tan grande, ya no se puede esperar que China crezca perpetuamente a tasas del 10 por ciento o más. En el corto plazo, puede utilizar medidas de política monetaria y fiscales para mantener el crecimiento en el rango del 6 al 7 por ciento. Pero a menos que China persiga activamente las reformas orientadas al mercado, será difícil de sostener un alto crecimiento más allá de eso, sobre todo con una fuerza laboral que envejece y se reduce.
5. El nuevo estatus del yuan amenaza la dominación del dólar
En noviembre, el Fondo Monetario Internacional anunció que reconocería al yuan como moneda de reserva oficial. La medida agrava el temor a que socave el dominio económico de Estados Unidos.
No exactamente. El yuan (también denominado renminbi) se ha convertido sin duda en una moneda internacional importante. Alrededor de una cuarta parte del comercio de China está ahora denominado en yuanes y el FMI estima que alrededor del 1 por ciento de las reservas mundiales de divisas se mantiene en activos denominados en yuanes, que es más que en algunas monedas de reserva de renombre tales como el franco suizo.
Sin embargo, el dólar estadounidense todavía representa casi dos tercios de las reservas mundiales de divisas, una cuota que, de hecho, ha aumentado ligeramente desde la crisis financiera.
Los inversores internacionales, incluidos los bancos centrales extranjeros, continuarán invirtiendo en yuanes con fines de diversificación. Pero para que la moneda compita seriamente contra el dólar, China tendrá que ganarse la confianza de los inversores extranjeros. Para ello serán necesarias no sólo reformas económicas, sino también reformas legales, institucionales y políticas más amplias. Ninguno de ellas está en el horizonte, así que por ahora, la posición del dólar no corre peligro.
Carlos Montero
La Carta de la Bolsa