Cada vez son más los que se plantean cambiar los hábitos relacionados con la ética, la economía y la inversión. La crisis económica y los cambios tecnológicos son en gran parte responsables de que un número creciente de inversores vea como inseparables ética y economía y de que así lo hagan notar con su dinero.
1. Busca algo más que rentabilidad: El inversor de impacto se caracteriza porque quiere que sus decisiones de inversión también tengan un impacto en la sociedad, más allá de la rentabilidad que pueda obtener. El inversor de impacto, por tanto, apuesta por empresas con valores que mejoran la sociedad y cuidan del medioambiente.
2. Es exigente y selectivo: Las empresas deben tener un buen modelo de negocio, por lo general ya probado mediante facturación suficiente. Además, deben ser escalables, de modo que pueda aumentar el valor de la inversión y el impacto positivo que producen.
3. Se compromete con la empresa: Es una inversión de capital paciente, no especulativo ni cortoplacista. El inversor de impacto apuesta por la empresa para crecer con ella en el largo plazo, tanto en rentabilidad como en impacto social. Los inversores de impacto empatizan con la iniciativa y la comparten en sus círculos, permitiendo ampliar el crecimiento y la visibilidad de la empresa.
4. Quiere conocer el impacto: El inversor de impacto demanda información sobre el impacto social de la empresa, además de sobre los resultados económicos. De ahí que estas empresas deban medir su impacto social con indicadores precisos y significativos. Estos indicadores pueden ser cualitativos o cuantitativos y, en todo caso, deben ser reportados al inversor periódicamente.
5. Diversifica: Como cualquier inversor responsable, el inversor de impacto social, planifica su inversión apostando por varias empresas. El inversor de impacto es consciente de los riesgos de invertir en empresas jóvenes, y comprende y acepta que los beneficios o las pérdidas dependen de su evolución, por lo que se informa bien sobre la empresa y su equipo y apuesta por varios proyectos en lugar de uno sólo.
Estas claves son esenciales para descubrir qué es un inversor de impacto y plantear nuevos hábitos en nuestras decisiones económicas, como la posibilidad de contribuir al crecimiento de empresas que generan mejores condiciones de vida social o medioambiental.