«Las salas de contratación enmudecieron el lunes de la resaca electoral. El martes siguió la borrachera provocada por el golpe súbito inesperado, de unos resultados muy complejos e ¿imposibles? para formar acuerdos y pactos entre las diferentes fuerzas políticas. En Europa casi todos los países gobiernan con pactos, pero en el Reino de España se dice que esto no ha lugar. No estoy tan seguro. Está claro que se inicia sin duda una nueva etapa política en España. Una etapa marcada por la necesidad de un consenso entre una parte de la clase política en busca de la estabilidad necesaria que precisa nuestro país. Coincidimos todos los analistas y estrategas financieros, empresariales y bursátiles, también las agencias de calificación, en que lo fundamental es formar gobierno; después, encauzar de forma clara las necesidades en lo económico y social. Los políticos deben perder y ceder parcelas, sus parcelas, para el bien general ¿Lo harán? Nadie confia en que la formación de gobierno vaya a ser fácil. Pero, todos, sí pensamos que es factible. Y los mercados ahora deben valorar cómo de factible es con los resultados de las elecciones en la mano. Con todo, es importante destacar tres puntos: 1. la fortaleza económica es obvia 2. la estabilidad financiera con el BCE como garante, también 3. Unos Presupuestos Generales aprobados para todo 2016, que producirán interferencias a corto plazo en la gestión pública pese a que la búsqueda de acuerdos políticos se prolongue en el tiempo. Por último, es razonable considerar que cuanto más costoso sea alcanzar acuerdos de gobierno, más complejo es que se puedan romper en el futuro y más estables por tanto serán…»
«¿Y qué hacemos en Bolsa? Puede haber muchas oportunidades. Las habrá ¿Ahora? Entre consenso o no, encuentros y desencuentros políticos. A pescar en río revuelto? España no está en quiebra. Lo que está en duda es la armada política. Son ellos los que deben dirimir. No tiren la toalla, no malvendan sus acciones. Estén con la caña presta para pescar…», me dice el analista jefe de una importante gestora.
Y, como dice José Luis Martínez Campuzano, Estratega de Citi en España, con las Elecciones Generales en España se cierran las referencias relevantes que se esperaban para los mercados en la última parte del año. Lamentable, en general con resultados como mínimo en línea (Fed) o en general peores (ECB, China, OPEP, las propias elecciones en España) a lo previsto. ¿Y ahora qué? Lo normal es que los inversores pasen a un comportamiento lateral hasta tener más información que les permita una mayor certeza futura. Lo normal, de esta forma, es que veamos un comportamiento lateral del mercado. Pero, los mercados dominados por la escasa liquidez y sobreventa no reaccionan de forma normal. Sea esta «norma» la que sea.
Dice un analista que «hace falta que pase algo muy gordo para que veamos nuevas caídas». Y si no cae, «acabara subiendo». Los mercados suben y bajan, especialmente en situaciones de incertidumbre. O simplemente cuando la volatilidad es elevada. Ya saben que la volatilidad conlleva incertidumbre; la incertidumbre no tiene por qué traducirse en inestabilidad. Depende en este caso de los bancos centrales, aunque es cierto que a muy corto plazo no se esperan ya novedades desde los principales bancos centrales a nivel mundial. Pero, siempre caben las sorpresas. Y las miradas deberían centrarse especialmente a muy corto plazo en China.
«¿Y 2016? Responder a esta cuestión es mucho más complicado que hace un año. Y no debería ser así en teoría, considerando cómo se han ido resolviendo cuestiones tan importantes como el cambio de sesgo en la política monetaria USA o la ampliación de medidas expansivas en Europa o Japón. Además, la caída de los precios del crudo y de otras commodities se ha profundizado este año hasta niveles difícilmente esperables hace un año. Y nada puede caer de forma indefinida. La economía mundial sigue su crecimiento desigual, pero también aparentemente resistente. De hecho, creo que son los propios mercados uno de los factores de riesgo más importantes al que nos enfrentamos durante el próximo año. Pero, les anticipo que mi voluntad es seguir valorándolo con ustedes. Espero poder hacerlo», señala.
Moisés Romero
La Carta de la Bolsa