El mundo ha tenido un año para prepararse para la subida de tipos que se avecina en Estados Unidos. Si la Fed aprueba un repunte de tasa esta semana será un alivio para los inversores. Los mercados emergentes ya han sufrido el repunte del dólar. La moneda, según el índice dólar, ha subido un 20 por ciento desde julio de 2014 a la espera de este momento. El endurecimiento de la liquidez en dólares fue lo que causó una recesión mundial en el sector manufacturero y un desplome de los mercados emergentes a principios de este año, agravado por los problemas en China. Los descensos han sido importantes, pero creemos que el efecto del dólar ya ha sido totalmente descontado.
Los gobernadores de los bancos centrales de India y México, entre otros, han instado a la Fed a que despeje ese punto de incertidumbre. Es de suponer que han pensado mucho acerca de las consecuencias en sus propias economías.
El mayor riesgo para el mundo en los próximos meses es que China deje de tratar de luchar contra la devaluación de su divisa, y provoque una oleada de deflación en toda la economía mundial.
«El temor de que China pueda unirse a la guerra de divisas obsesiona a la élite financiera», dice que Ambrose Evans en The Telegraph.
«Bank of America espera que el yuan alcance el nivel de 6,90 el próximo año, lo que desencadenará una reacción en cadena compleja y una espiral descendente en el petróleo y las materias primas. Daiwa teme una depreciación del 20 por ciento. Mi propia opinión es que una caída de esta magnitud desencadenaría una guerra de divisas en toda Asia y más allá, replicando la crisis de 1998 en una escala más peligrosa.
No lo olvidemos, la inversión de capital fijo en China ha llegado a los 5 billones de dólares al año, tanto como en América del Norte y Europa juntas. El exceso de capacidad es cósmico.
Las presiones sobre China están al alza. Las salidas de capital alcanzaron un récord de 113.000 millones de dólares en noviembre. Capital Economics, dice que el banco central (Banco Popular de China), gastó unos 57.000 millones de dólares en reservas extranjeras defendiendo la paridad del yuan.
Un estudio realizado por el Banco de la Reserva de Australia calcula que las salidas de capital llegaron a 300 mil millones en el tercer trimestre, un ritmo anual del 10 por ciento del PIB. El Banco Popular de China tuvo que liquidar 200 mil millones de activos extranjeros.
La defensa de la moneda a esta escala es costosa. El agotamiento de las reservas implica restricción monetaria, neutralizando el estímulo de los recortes en el coeficiente de reservas obligatorias (RRR). Hace que sea mucho más difícil de logras un «aterrizaje suave».
Si China tiene una moneda sobrevalorada es una cuestión muy debatida. Cuenta con un superávit por cuenta corriente que pronto puede llegar a 800 mil millones de dólares, un signo de desequilibrios calamitosos.
Lo que está claro es que China ha sufrido un importante shock de su divisa. El yuan se ha ligado al robusto dólar en un momento en el que necesitaba un tipo de cambio más débil, y esto se ha agravado el juego japonés de devaluación y por el desmoronamiento de las monedas en Rusia y el este de Asia.
El tipo de cambio efectivo real de China ha aumentado un 30 por ciento desde mediados de 2012. Los salarios han aumentado a tasas de dos dígitos a medida que se queda sin mano de obra barata desde los pueblos.
El efecto doble es una reducción implacable sobre los márgenes de las empresas chinas. Los beneficios han caído durante los últimos cinco meses, bajando un 4.6 por ciento en octubre. La carnicería en la industria de la construcción naval es horripilante. East Heavy Industry y Mingde Heavy Industry han quebrado. Rongsheng Heavy Industries Group ha parado la producción. Fujian Crown Ocean ha dejado de pagar a sus trabajadores.
Vemos la misma historia en la industria siderúrgica china, ahora responsable de la mitad de la producción mundial, y sentada sobre 300 millones de toneladas de exceso de capacidad. El gigante estatal Sinosteel ya ha entrado en default – a los bancos estatales.
Xi Jinping, se refiere principalmente a la restauración de la hegemonía del partido – y el control del partido es en última instancia, incompatibles con el mercado libre
El Gobierno chino se ha resistido hasta ahora a la devaluación, sabiendo que esto provocaría dar soporte vital a las empresas «zombi». Como se ha advertido en repetidas ocasiones, China se dirige directamente a una trampa de ingresos medios a menos que pueda reinventarse en el tiempo.
Una política de empobrecer al vecino sería difícil de cuadrar con la ambición de China de ser un pilar estabilizador económico del mundo. El Gobierno chino ha prometido mantener el yuan «básicamente estable».
Los analistas optimistas sobre China argumentan – y en eso estoy de acuerdo – que la «nueva economía» lo está haciendo muy bien a medida que el país intenta moverse desde un modelo de desarrollo obsoleto a un modelo de economía basada en la tecnológica y los servicio.
Los servicios han subido desde un 44 por ciento del al 51 por ciento en los últimos cuatro años. Los servicios de salud están en auge ahora que los hospitales se han abierto a las fuerzas del mercado.
Los analistas pesimistas se basan en el índice Li Keqiang para demostrar el colapso económico. Este índice mide la economía china basándose en el consumo de electricidad, transporte ferroviario de mercancías y el crecimiento del crédito.
En este cambio de modelo económico todavía hay ganadores y perdedores, y la vieja guardia del Partido Comunista aún controla gran parte del Comité Central. El sistema de patrocinio de los jefes del partido depende de mantener con vida a las empresas estatales gigantes.
El presidente Xi Jinping, se refiere principalmente a aprovechar las «reformas» para aplastar a los rivales, centralizar todo el poder en sus propias manos, y restaurar la hegemonía del partido – y el control del partido es en última instancia, incompatible con el mercado libre.
La expansión militar y estratégica en el Mar del Sur de China muestra que no vacilará en aumentar aún más el exceso de capacidad de China en todo el mundo si favorece su interés político.
Los rumores sugieren que Li Keqiang ha sido aislado en el Comité Permanente. El verdadero peligro para el mundo es que se simplemente se retire. La estabilidad del yuan y el sistema moneda mundial descansa sobre una delgada capa de hielo.»
Fuentes: Ambrose Evans – The Telegraph
Carlos Montero
La Carta de la Bolsa