Extracto del libro de Ismael de la Cruz (aún en proceso) Instituciones de Análisis Técnico. Veremos en este artículo uno de los patrones más importante de cambio de tendencia, el hombro-cabeza-hombro.
Hombro-cabeza-hombro [HCH]
Es uno de los principales patrones de cambio de tendencia, el cual generalmente aparece en la recta final de una tendencia alcista, alertando al analista de que probablemente se acerque el final de la tendencia actual alcista y pasemos al inicio de una tendencia bajista.
La idea es que tenemos una tendencia alcista con suelos y techos ascendentes de manera progresiva hasta que la fortalece aparente empieza a perder algo de fuelle y es ahí donde entra en escena este patrón de cambio de tendencia.
No es lo mismo que se esté formando por ejemplo en un gráfico de 15 minutos que en un gráfico diario, en el primer caso podría tardar horas, en el segundo caso podría tardar meses.
La estructura de un hombro-cabeza-hombro está formada por tres techos, siendo el techo central el que se encuentra a un nivel superior de los otros dos techos, que están en los extremos y que ambos están a una altura similar entre sí.
El primer techo realiza un máximo, formando el hombro izquierdo, el segundo techo forma la cabeza, siendo más elevado, y el tercer techo realiza un máximo a la altura del primer techo, formando el siguiente hombro.
En el gráfico tenemos un ejemplo de hombro-cabeza-hombro. Aunque aparecen más cuestiones, no nos adelantemos. Este gráfico es para que vean cómo sería el tema del hombro izquierdo, de la cabeza y del hombro derecho.
Es cierto que por la estructura en sí misma de esta formación, se hace bastante complicada de advertir en sus compases iniciales, de manera que no será hasta en la recta final cuando podamos comenzar a observar la posibilidad de que nos encontramos ante este patrón, cuya abreviatura es H-C-H. Por tanto, calma, nunca intentar adelantarse a la realidad, dejar que fluya es el mejor consejo y actuar cuando se confirme.
El volumen, ya que este patrón aparece en tendencias alcistas, tiende a incrementarse en el primer hombro (hombro izquierdo) a medida que el precio va subiendo, así como a disminuir cuando el precio corrige y cae tras formarlo.
Cuando se está formando el segundo techo (cabeza), el volumen tiende de nuevo a incrementarse, pero esta vez con menos fuerza que al formarse el hombro izquierdo. Aquí es cuando el analista técnico empieza a sospechar y a advertir de que algo está sucediendo, algo se está fraguando en el mercado, ya que marcar un nuevo techo con un volumen menor que el techo anterior no es buen síntoma de la fortaleza de una tendencia alcista.
Así pues, este menor volumen en la formación del segundo techo (cabeza) respecto al primer techo (hombro izquierdo) implica que la demanda no es suficiente, que no entran las compras suficientes, de manera que se incrementa la posibilidad de que ese segundo techo sea el más elevado y la tendencia pronto pueda pasar a girarse.
Por tanto, el hombro izquierdo se forma con elevado volumen al subir, la cabeza también se forma con volumen elevado pero menor que el hombro izquierdo, el hombro derecho tendría volumen bajo.
Tras formarse el segundo techo (cabeza), de nuevo volvemos a tener una corrección en el precio (al igual que tras el primer techo, el hombro izquierdo) acompañada de una reducción del volumen. Dicha corrección tiende a llevar al precio a los mínimos formado por el hombro izquierdo (suelo del hombro).
Una vez el precio toca el suelo del hombro izquierdo, se produce de nuevo un rebote al alza, pero prueba de que la fuerza de la tendencia alcista ya no es lo que era y que está flaqueando es el hecho de que este rebote al alza no alcanza el techo de la cabeza, sino que se queda más o menos en el entorno del techo del hombro izquierdo.
Esta subida se produce con un volumen muy pequeño, hecho que también sucede con el siguiente movimiento del precio que es volver a corregir y caer hasta el suelo de la cabeza. De esta manera ya se ha formado el hombro derecho.
Si trazamos una línea de tendencia que una los dos techos, el de la cabeza y el del hombro derecho, tendremos otra confirmación más de que la actual tendencia alcista está llegando a su final.
En este otro gráfico se observa nítidamente lo comentado, la formación del hombro izquierdo, la cabeza y el hombro derecho.
El momento clave llega cuando el precio pierde el nivel clave, denominado de varias formas, neck line, línea de cuello, línea clavicular. Este nivel se obtiene trazando una línea que una los suelos de la figura formada. Cuando el precio pierde esta zona llegamos al momento culmen, pues implicaría la culminación del patrón y el cambio de tendencia.
Lo que sucede es que es más que aconsejable darle un cierto margen a la pérdida de la línea clavicular, entre otras razones porque así evitamos falsas señales. En mi opinión, lo ideal es ver si se forma un pullback, en cuyo caso daríamos por oficial la culminación del patrón hombro-cabeza-hombro y el cambio de tendencia de alcista a bajista.
Bien, tenemos el patrón realizado, y el inicio del cambio de tendencia, pero ahora nos falta conocer un detalle no menos importante, ¿hasta dónde podría caer el precio? Es decir, cómo calcular la proyección de la caída.
El analista técnico puede calcular la proyección o dimensión de la caída del precio proyectando la distancia desde la línea clavicular o línea de cuello hasta el máximo o techo de la cabeza.
En el siguiente gráfico pueden ver, al igual que en los dos gráficos anteriores, cómo se traza la línea de cuello o línea clavicular y cómo se calcula la proyección de la caída del precio.
Y en este gráfico tenemos otro ejemplo de hombro-cabeza-hombro, sólo que en esta ocasión al perder la zona clavicular no llegó finalmente a realizar un pullback, estuvo a punto en varias ocasiones. Observen cómo al perder la línea de cuello tuvimos un claro cambio de tendencia de alcista a bajista.
Bien, llegados a este punto, les resumo brevemente las cuestiones a tener en cuenta:
– El precio ha de encontrase inmerso en una tendencia alcista. Si no hay tendencia no podemos hablar de cambio de la misma. Y digo tendencia alcista porque si estamos en una tendencia bajista el patrón sería una variante del hombro-cabeza-hombro que veremos posteriormente.
– Se forma el hombro izquierdo, este hombro surge con una subida del precio apoyada por un repunte del volumen y seguida de una caída del precio con disminución del volumen.
– Seguidamente, el precio vuelve a subir pero con menos volumen que al formar el hombro izquierdo, dicha subida lleva al precio a marcar un techo por encima del marcado con el hombro izquierdo. Tras la subida el precio vuelve a caer hasta el suelo del hombro izquierdo.
– La tercera y última subida se produce con poco volumen y esto hace que no alcance el techo de la cabeza. Tras la subida nueva caída del precio hasta la línea de cuello o línea clavicular.
– El precio pierde la línea de cuello, bien directamente o bien realizando un pullback. Importante resaltar que hasta que no se produzca éste último requisito no se puede hablar de culminación de un patrón hombro-cabeza-hombro, ya que correríamos el riesgo de ser una falsa formación del patrón, una tentativa frustrada finalmente por cualquier motivo o razón.
– El volumen es la señal más palpable de que algo está fallando en la tendencia alcista. Primero, cuando el volumen al subir el precio para formar la cabeza es menor que el volumen cuando subió el precio anteriormente para formar el hombro izquierdo. Segundo, el volumen al subir el precio para formar el hombro derecho es aún menor que el volumen cuando subió el precio para formar el hombro izquierdo y la cabeza. Es decir, el hecho de que en las últimas subidas el volumen vaya siendo cada vez menor es un claro síntoma de que la tendencia alcista ya no tiene fuerza ni hay demanda suficiente.
– El cálculo y la proyección de la caída del precio es orientativo, aunque la doctrina lo suele catalogar como primer objetivo, dando a entender que suele ser mayor la caída, pero como cálculo de un primer objetivo de caída del precio no está mal.
Incidir que no se trata de buscar el patrón perfecto, el patrón ideal (sencillamente porque no existe), sino de intentar tener una diversidad de patrones y de herramientas válidas y diferentes entre sí pero complementarias al mismo tiempo de cara a que el analista técnico pueda desarrollar su labor de manera seria y rigurosa.
Por último, decir que aunque no es lo habitual, hay ocasiones en la que este patrón de hombro-cabeza-hombro suele actuar como patrón de consolidación y confirmación de la tendencia y no como cambio de la misma. Llamémoslo la excepción que confirma la regla, no suele suceder, pero en alguna ocasión sí.
Ismael de la Cruz
ismaeldelacruz.es