En general, los sistemas tendenciales son muy atractivos para el gran público porque no exigen demasiado esfuerzo y suelen funcionar muy bien durante las tendencias prolongadas. El problema es que el inversor promedio, por un lado, suele comenzar a operar con ellos cuando ya han acumulado una importante rentabilidad (es decir, cuando la tendencia está madura) y, por otro lado, los abandona cuando se da cuenta de que están soportando una caída demasiado prolongada.
Si somos trend followers, lo primero que debemos tener en cuenta es que los ciclos de ascensos y los de descensos son parte inherente de los sistemas tendenciales. En su día ya estuvimos viendo cómo se comporta una tendencia estándar (ver post Diseccionando una tendencia), así que los sistemas que intentan aprovecharse de ella tendrán que sufrir, de manera inevitable, un comportamiento similar.
La evolución de un sistema tendencial en Bolsa, al igual que la de una tendencia, se puede dividir en varias etapas y cada una de ellas puede durar varios años. Las fases típicas son las siguientes:
1º) Primera fase: en la etapa inicial el sistema tendencial funciona muy bien y comienza a obtener unas rentabilidades anualizadas más que notables.
2º) Segunda fase: aquí la tendencia pierde pendiente y el sistema de trading comienza a totalizar rentabilidades más modestas.
3º) Tercera fase: Finalmente, ya hay demasiados traders que se han incorporado a este tipo de estrategia y, por tanto, cada vez hay menos órdenes de entrada a favor de la tendencia. El sistema deja de funcionar en un momento dado.
En la primera fase se suelen incorporar los inversores institucionales y los traders más expertos, ya que son los únicos capaces de identificar el inicio de una nueva tendencia. A comienzos de la segunda fase, cuando todavía queda recorrido, aún siguen entrando los traders más experimentados.
Sin embargo, hacia el final de esta segunda etapa, tras hacerse públicas las grandes rentabilidades que están consiguiendo los especuladores más astutos, los inversores promedios comienzan a adoptar estrategias tendenciales. Pero, como ya sabemos, el mercado nunca nunca favorece a la masa durante demasiado tiempo.
En la tercera fase es cuando los sistemas de trend following suelen sufrir los mayores drawdowns de largo plazo. Aquí es donde el común de los inversores, que ha entrado tarde, ve como las minusvalías se acumulan en su cuenta y comienza a tener dudas de que las estrategias tendenciales sigan siendo rentables. Por tanto, toma la única decisión aparentemente lógica: dejar de operar con el sistema.
Aquí es donde volvemos a hacernos la pregunta inicial: ¿Por qué fallan los sistemas tendenciales? En realidad, los sistemas tendenciales no dejan de funcionar a largo plazo sino que, más bien, entran en un ciclo temporal de pérdidas. Mientras la tendencia se va consolidando, los inversores oyen hablar de las bondades de la misma y siguen entrando en el mercado tratando de cosechar las rentabilidades pasadas.
Sin embargo, llega un momento en que la tendencia está tan madura que prácticamente ya no quedan nuevos inversores dispuestos a unirse a ella. Una vez que ya no hay nuevas entradas, el mercado no puede seguir subiendo y, por tanto, comienza a caer. Esta es la verdadera causa de que los sistemas tendenciales comiencen a perder dinero.
Por supuesto, esto no significa que hayan dejado de funcionar. Estos sistemas simplemente sufren un drawdown temporal durante la tercera fase, cuando ya no quedan nuevos inversores disponibles. La clave está en que volverán a ganar dinero en cuanto detecten una nueva tendencia en el activo y se suban a ella para disfrutar de su primera y de su segunda fase.
Por tanto, si estamos trabajando con un sistema tendencial, lo peor que podemos hacer es dejar de utilizarlo cuando comience a sufrir un drawdown relevante. Esa es su forma normal de comportarse y, por tanto, es imprescindible que sigamos operando con él. Si no somos psicológicamente capaces de soportar estos ciclos bajistas entonces las estrategias tendenciales no son para nosotros y no nos quedará más remedio que buscar otras alternativas.
Como ejemplo podemos mencionar el comportamiento que tuvo durante 2013 uno de los sistemas tendenciales que empleamos en Tambolsa.es. Ese año obtuvo unos resultados sobresalientes y fue capaz de ganar más de un +50% al cierre. Sin embargo, la subida no fue limpia y a comienzos de aquel ejercicio llegó a sufrir un drawdown del -25%. Si no hubiésemos sido conscientes de la evolución cíclica de este tipo de sistemas, probablemente habríamos abandonado cerca del mínimo (-25%) y nos hubiésemos perdido la rentabilidad del +50% con la que finalizó el año.
Una vez comentado todo lo anterior, nos gustaría puntualizar que estamos dando por supuesto que trabajamos con un sistema de calidad probada y con un historial de rentabilidad positiva. Si se cumple dicha premisa deberíamos tener claro que, para poder disfrutar de las grandes ganancias de un sistema tendencial, tendremos que estar psicológicamente preparados para aguantar sus períodos de descensos.
No queda mucho más que comentar al respecto. Esperamos, al menos, haber aclarado un poco más qué es lo que podéis esperar de un sistema tendencial (si os decidís a utilizarlo en algún momento).
Fuente: Tambolsa