La Oferta Pública de Venta es una operación en la que los socios mayoritarios ponen una parte de sus acciones a disposición de nuevos inversores. La venta debe ser difundida para que pueda optar el mayor número de interesados.
La OPV es una vía empleada por empresas que ya cotizan en Bolsa, en las privatizaciones de sociedades públicas y por otras que acuden al parqué en busca de financiación.
1) ¿En qué consiste?
Una Oferta Pública de Venta de acciones se produce cuando los accionistas de una empresa quieren vender las acciones que tienen en su poder, sean cual sean las razones que les motivan a ello, y, además, hacen pública su intención de venta, poniendo el paquete accionarial a disposición de los inversores que quieran comprar.
Se trata de un cambio de propiedad, por lo que el inversor que decide comprar estas acciones que están en venta pasa a formar parte de la compañía, como socio-accionista. Por ejemplo, una sociedad anónima que tenga un capital social de 10 millones de pesetas, realiza una OPV de 5 millones de pesetas. Si hay suficientes compradores que acudan a esta operación de venta, el 50% del capital social de la empresa cambiará de propietarios.
2) Las OPV de empresas ya cotizadas
La venta de acciones de empresas que ya cotizan en la Bolsa suele resultar más sencilla que la de una compañía que es nueva en el mercado bursátil. La razón estriba en que las sociedades ya cotizadas, como ocurrió en los casos de Tabacalera o de Telefónica, son conocidas en el mercado y el comprador sabe de antemano sobre qué terreno pisa.
Además, su valoración es más o menos conocida, ya que el precio de la OPV no suele variar mucho del que ya tiene en su cotización. De esta manera, el riesgo normalmente es menor. Una Oferta Pública de Venta de acciones de estas compañías ya cotizadas se caracteriza principalmente por una operación de marketing, para hacer público el cartel de «se vende» y atraer al máximo número de compradores.
3) Entrada de nuevas sociedades
Cuando la sociedad que realiza una OPV entra a cotizar en la Bolsa, se habla de una Oferta Pública Inicial. En estos casos, los trabajos de colocación son más complicados, ya que el mercado no conoce a esa empresa, puede dudar de la valoración que se estima para la sociedad, y al existir desconocimiento el riesgo es mayor. En estos casos, la incertidumbre no tiene por qué ser negativa, ya que la revalorización del precio estimado puede llegar a ser muy alta.
4) El tramo institucional
Las OPV, como ponen en el mercado un gran volumen de acciones y de dinero, suelen buscar como clientes tanto a los inversores particulares, como usted, y al llamado tramo institucional, compuesto por empresas o entidades financieras y grandes gestoras de fondos, de pensiones o de patrimonio, sean nacionales o extranjeras.
Desde luego, estos inversores, de grandes cantidades, exigen una información más completa y sofisticada. Dependiendo de la naturaleza de la sociedad que lanza la OPV, los tramos institucional y particular son mayores o menores. El marketing para este tramo es más restringido.
5) Previo anuncio de los tramos
La Comisión Nacional del Mercado de Valores obliga a los sociedades emisoras de una OPV a que anuncien previamente los porcentajes que van a destinar a los tramos institucional y minorista.
La razón estriba en que si se fija de antemano, la sociedad no podrá utilizar a los inversores particulares como recurso, en el caso de que la demanda no cubra el tramo institucional. Normalmente, hay oferta para ambos tramos, aunque ha habido casos en que sólo se acudió al institucional, como ocurrió en la OPV realizada por Catalana Occidente.
6) El tramo minorista
Hace unos años, los emisores de OPV no solían tener muy en cuenta a los compradores minoristas, los pequeños inversores individuales, como usted, por entender que no acudían a las colocaciones y que sus compras eran más provisionales.
La realidad no quitado la razón a estos argumentos. En las últimas colocaciones se demuestra que la participación de los ciudadanos en las OPV es cada vez mayor y que sus compras son más duraderas.
Los compradores minoristas se caracterizan por ser más vulnerables, ya que conocen menos el mercado y, por ello, sus peticiones de información son menos sofisticadas. La publicidad de las OPV dirigida a estos inversores es más universal y se centra en los medios de comunicación.