El desarrollo de una OPV es un proceso muy complejo que se inicia desde que la sociedad comunica su intención de vender una parte de su accionariado, hasta que se adjudican las acciones y se fija su precio.
El inicio está marcado por la compañía, puesto que si ésta ya cotiza, los primeros pasos, de valoración de la compañía y su preparación para entrar en el mercado de valores, no son necesarios.
1) Preparación de la empresa
En el caso de las empresas que no cotizan en la Bolsa, la preparación de la compañía es más compleja, ya que la información debe ser más rigurosa.
En las sociedades ya cotizadas, no es necesaria la elaboración de, por ejemplo, el «concepto de inversión», consistente en formular una razón por la cual la empresa puede ser atractiva para los compradores.
2) La documentación
El segundo paso es la entrega de la documentación sobre la OPV. En este apartado, las entidades que se encargan de colocar la operación, normalmente bancos, tienen que elaborar toda la información que le solicite la CNMV, además de una comunicación previa de la OPV al organismo de control.
Posteriormente, le entregará el folleto informativo y los informes auditores de la compañía que vende. En estas operaciones, sobre todo con tramo minorista, la CNMV es muy rigurosa.
3) Análisis y sindicación
Los departamentos de análisis miran con lupa la situación financiera de la compañía que realiza la OPV y emiten unos informes que posteriormente hacen públicos, elaborando la valoración de la sociedad.
La sindicación, siguiente paso, consiste en que, además del banco que dirige el desarrollo de la OPV, existe un sindicato colocador, que está formado por un número restringido de bancos que se comprometen a asegurar la operación y elaborar análisis de la empresa. Posteriormente, se pasa al período de publicidad, para dar a conocer la OPV.