Todo aquel inversor individual que aspire a pensar como lo hace un buen profesional de mercado necesitará adoptar un punto de vista ecléctico y darse cuenta de que no existe el método de análisis óptimo.
El análisis top-down es la brújula que nos marca la dirección general de los mercados, pero le falta la finura del detalle microeconómico; el método de descuento de flujos es elegante, pero se basa en hipótesis a menudo inciertas; los ratios de valoración son simplificaciones orientativas; y, si las teorías psicologistas que sustentan el análisis técnico son francamente atrayentes, es fácil caer en el puro esoterismo si se desliga del panorama fundamental.
El método mágico para ganar dinero en los mercados no existe, a pesar de lo que proclamen los embaucadores de turno, y en un mercado en el que la información es casi perfecta, el secreto del éxito está en cómo procesarla. Para ello, cuantos más puntos de vista se dominen, mejor.