La palabra inflación es una especie de fantasma que continuamente habita las estancias de las Bolsas.
Si los precios se disparan, la Bolsa se hunde. Los niveles de inversión y de inflación tienen una relación inversamente proporcional. En este momento, la inflación en nuestro país está controlada en sus cotas mínimas históricas, mientras que la rentabilidad de los mercados alcanza los valores más altos.
1) Baja la inflación…
Cuando baja la inflación, al conllevar una bajada constante de los precios, se estimula el ahorro, y con éste, también la inversión.
Si a una persona le cuesta menos cubrir sus necesidades mínimas, dispondrá de más dinero para ahorro y, por tanto, más para invertir.
2) …sube la Bolsa
La inflación controlada, como en este momento, es un síntoma de la buena marcha de la economía. Los ciudadanos disponen de más ahorro y de confianza para invertir a medio y largo plazo. La Bolsa recoge ese dinero y aumentan su contratación y volumen de negocio.
3) Los peligros de la inflación
La inflación es el «nombre de guerra» del IPC (Indice de Precios al Consumo). Se trata de elevaciones de los precios superiores a los que el mercado estima como convenientes.
Con la inflación desciende el poder adquisitivo real del consumidor y se recorta su capacidad de ahorro. Además, una inflación alta provoca una subida de los tipos de interés, esto es, del precio del dinero que los bancos prestan a particulares y empresas.
Al haber menos dinero en las familias y en las compañías, desciende la inversión y la actividad bursátil se resiente.