Introducción
Invertir en Bolsa significa seleccionar sociedades dentro del mercado, es decir valorar los títulos. Para valorar con efectividad los títulos aparte de conocer el marco macroeconómico indispensable para comprender las evoluciones globales del mercado (expansión o recesión en el ciclo económico, variaciones de los tipos de interés, tipos de cambio, etc.), es necesario recoger la información que haya disponible sobre las sociedades y luego analizarla.
La valoración de un título se basa en el estudio de los resultados pasados, presentes y futuros de la sociedad (análisis fundamental); en la relación entre la cotización y los datos contables de la sociedad (análisis bursátil) y finalmente en la evolución de la cotización y en las curvas que forman en los gráficos (análisis técnico).
A corto y a medio plazo, el análisis técnico y el análisis bursátil son las dos técnicas básicas que complementándose con el análisis fundamental, permiten enfocar todos los estudios de análisis y predicción bursátil. Por el contrario a largo y muy largo plazo, el análisis fundamental es la técnica de valoración básica.
Análisis fundamental
Se basa en los datos (balances, cuentas de resultados) publicados por las propias empresas o por las previsiones sobre los mismos obtenidos por las agencias y sociedades de bolsa (previsiones de ventas, beneficios, etc.). Son datos a veces difíciles de obtener a tiempo y siempre dependen de la objetividad de la propia empresa o agencia de análisis (balances falseados, análisis erróneos).
Análisis bursátil
Proporciona indicadores basados en los resultados de las empresas y su relación con la cotización, número de títulos en bolsa, etc. Un ejemplo conocido es el PER que es la relación entre la cotización del día y el beneficio por acción. Son datos fáciles de obtener y que se pueden actualizar con rapidez, permitiendo comparar las diferentes sociedades y seleccionar la mejor.
Análisis técnico
El análisis técnico es un sistema de predicción bursátil que determina la evolución de la cotización de un título en función de su comportamiento en los mercados de valores, es decir valora exclusivamente la cotización pasada y presente para predecir la cotización futura. A veces de forma complementaria también considera el volumen de contratación, así como diversas medias móviles de la cotización.
Análisis gráfico o chartismo:
Generalmente se confunde el análisis técnico con el análisis gráfico o chartismo, siendo este último solo una parte del primero. El chartismo se basa exclusivamente en el estudio de las figuras que dibujan las cotizaciones en un gráfico bursátil (chart). Tiene su origen en los años treinta, ya que la amplitud y profundidad de la crisis de 1929 generaron nuevas reflexiones tendentes a aportar otras técnicas de análisis y predicción en bolsa que mejorasen la información obtenida por el análisis fundamental.
El objetivo de esta técnica de análisis es determinar las tendencias de las cotizaciones e identificar los movimientos que realizan cuando cambia esta tendencia. Para obtener resultados se basa exclusivamente en el estudio de las figuras que dibujan sus cotizaciones. Este conjunto de figuras gráficas se hallan minuciosamente estudiadas y codificadas, indicando cada una de ellas la evolución futura de las cotizaciones con un factor de riesgo determinado.
El chartismo es una técnica muy conocida y de fuerte arraigo, ya que goza de un buen prestigio entre la mayoría de inversores en bolsa, sobre todo en el corto plazo. Pero existen otras facetas menos conocidas del análisis técnico, como pueden ser, las Ondas de Elliot o los indicadores y osciladores técnicos, los cuales se hacen cada vez más populares en el complejo mundo del análisis y predicción bursátil.