Son a menudo muchas de las “excusas” que tienen en mente los inversores a la hora de justificar sus errores en el mercado. Es necesario desmontar esos “mitos” para intentar acercase al mercado sin miedo y más cuando se habla de que estamos ante la mejor oportunidad para invertir en renta variable seguramente de los próximos 25 años.
El otro día en la feria de Valencia de la inversión, Forinvest, hubo una de las ponencias que me llamó la atención. No porque fuera algo novedoso, que en su forma también lo era, sino porque dejaba al aire muchas de las excusas que se ponen sobre la mesa para justificar determinados comportamientos al invertir en los mercados. ¿Quién no ha escuchado alguna vez eso de que todo lo que sube baja? ¿Por qué no invertir en acciones que están a nivel de suelo si sólo pueden subir? Saliendo del hilo argumental de la conferencia – que hay que invertir en renta variable, estamos en un momento que puede no darse en los próximos 25 años y que los mercados están baratos (entre otras cosas, porque muchos no han llegado a niveles de 2007 cuando los beneficios de las compañías sí lo han hecho) – uno de los argumentos que justificaba el hecho de que hay que estar en renta variable es el “desmontaje” de los grandes mitos que uno se plantea a la hora de invertir en este tipo de activos.
Indagando un poco en el tema, en muchas ocasiones los inversores se sirven de “excusas” para justificar su comportamiento ante determinados mercados. Y aquí les presento algunas de ellas que, en la mayoría de los casos, nublan nuestras opciones:
Los activos líquidos son los más seguros. Aquí partimos de un error de concepto. La prudencia no es miedo. Esto está estrechamente relacionado con el tipo de inversor que uno es. Decía Isabel Giménez, directora general de la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros que al mercado “hay que acercarse con ganas de torear. Si una persona es miedosa, no debe acercarse a este tipo de activos”. Pero incluso la liquidez muchas veces esconde rentabilidades negativas por lo que en ocasiones hay que pensar que, por tener dinero bajo el colchón, no es lo que dejamos de ganar sino lo que estamos perdiendo por no invertir en determinados activos.
Evolución S&P500 frente Bono USA 10 años.
n La renta variable es demasiado arriesgada. Al menos, no engaña. Si tenemos en cuenta que la renta fija, ni renta ni es fija. A la hora de hablar de renta variable, hay muchos negocios fáciles de entender. El riesgo está en el desconocimiento. Es arriesgado cuando desconoces completamente el negocio en el que vas a invertir e incluso te fías de consejos que muchas veces inducen a error. Peter Lynch aseguraba que hay que ser capaz de explica en pocas frases en qué se está invirtiendo y que se pueda explicar de forma tan sencilla que nuestro hijo pequeño lo entienda. “Cuando vas a una tienda de Inditex, viendo qué hacen y cómo obtienen su beneficio, es fácil entender su negocio”, explica Giménez. Eso sí, si intentas acercarte a una economía que no es la tuya en negocios que no conoces, ahí es donde reside el riesgo. Dice Warren Buffet que “If business does well, the stock eventually follows”, es decir, si el negocio es bueno, las acciones le seguirán
n Todo lo que baja, tiene que subir. Y al contrario, todo lo que sube, tiene que bajar. Ramón Calderón, experto de Selfbank reconoce que es una ecuación que no tiene por qué cumplirse. De hecho, muchas veces algo que baja lo puede seguir haciendo e incluso llegar a valer cero. “Aquí hay que ver los motivos que han llevado al valor a bajar pues muchas ocasiones hay situaciones que atienden a una situación puntual y que son solventables: decepción en resultados trimestrales, colocación de un paquete importante en bolsa o incertidumbres regulatorias…y otras, como una quiebra, no tanto”. Y al contrario también sucede.” Entrar en valores que valen poco porque han caído mucho y tienen posibilidades de revalorización, también es un error muy común”.
n Es mejor esperar a que los mercados se estabilicen para entrar en ellos. Dice Buffet que hay que ser temeroso cuando los otros codiciosos y codicioso cuando el resto es temeroso. Lo divertido es subirse al carro de la renta variable cuando nadie lo hace, ser valiente a contracorriente. Encontrar el famoso “momento” para entrar en los mercados es la clave. Este es uno de los errores que hacen ser un mal inversor.
n Y relacionado con el anterior, está el complejo de inferioridad. En muchas ocasiones el inversor particular tiende a pensar que no cuenta con las mismas herramientas que los institucionales o con la misma información. Hoy en día el inversor particular tiene acceso a los mercados de todo el mundo a través de todo tipo de instrumentos, fondos de inversión, ETFs, warrants, futuros…sólo hay que saber utilizarlos. La formación, aquí, es clave bien sea particular o institucional. Luis Francisco Ruiz, director de análisis de Estrategias de inversión admite que el conocimiento popular que se trasmite y según la teoría de la opinión contraria, nos dice que si el inversor individual es bajista, los índices de renta variable subirán. De forma inversa, si los inversores particulares están alcistas, la renta variable bajará”. Una teoría que encuentra respaldo en los gráficos como el inferior donde podemos apreciar que los suelos en precio suelen coincidir con las lecturas más bajas en el diferencial entre alcistas y bajistas en la encuesta de la AAIII (American Asotiation of Individual Investor)
Gráfico AAII
Una interpretación que, de forma indirecta, deja al inversor particular o minorista como si fuera el gran perdedor dentro de los mercados financieros. Sin embargo, un análisis un poco más detallado del gráfico nos deja lo siguiente. “Es cierto que las lecturas más bajas en el diferencial se encuentran cuando el mercado se encuentra en mínimos pero hasta alcanzar ese nivel el diferencial suele llevar en terreno negativo unas cuantas semanas. Lo que es lo mismo, los inversores particulares se han mostrado bajistas durante varias semanas antes de alcanzar niveles extremos. Una lectura que podríamos realizar de forma inversa”. Cuando el mercado escala posiciones y alcanza niveles máximos el inversor particular suele mostrar lecturas alcistas extremas pero no se alcanzan de sopetón.