Los inversores pueden encontrarse con sorpresas en sus inversiones si cometen errores. Desde Finanzas para todos han desarrollado un decálogo que recoge las nociones básicas a la hora de invertir el dinero para evitar sorpresas.
1) Conozca bien sus objetivos financieros y su tolerancia al riesgo para poder elegir inversiones con un nivel de riesgo, rentabilidad y plazo adecuados para su perfil. Tómese su tiempo y compare alternativas hasta encontrar la que mejor se ajusta. Nunca invierta en productos que no entienda. Si no los comprende, no podrá saber si son adecuados para su perfil.
2) Busque consejo profesional para la toma de decisiones de inversión, pero recuerde que la responsabilidad final es suya. Para evitar disgustos, mantenga contacto con su intermediario y determine el alcance de sus responsabilidades y libertad de actuar, así como su estilo y filosofía.
3) Sólo destine a la inversión el excedente entre sus ingresos y sus gastos comunes. Elimine primero las deudas por las que paga altos intereses y sanee su situación financiera actual, antes de tomar decisiones de inversión. Tenga siempre una reserva equivalente a 3-6 meses de gastos en activos relativamente líquidos de los que podrá disponer en caso de emergencia. Nunca invierta en renta variable fondos que se pueden necesitar a corto plazo.
4) Invierta para el largo plazo. Los mercados suben y bajan, pero a largo plazo suele haber más subidas que bajadas. Sepa mantener el rumbo y no se distraiga con las variaciones diarias. La prensa, los rumores y las predicciones pueden crear confusión y dramatismo, pero el inversor a largo no necesita tomar acciones drásticas debidas a los altibajos normales del mercado.
5) Diversificar, diversificar, diversificar.
6) Siempre de manera coherente con los plazos de sus objetivos, conviene mantener una mezcla de inversiones con distintos horizontes temporales para poder atender a distintas necesidades a medida que se presentan.
Por ejemplo, si invierte en varios títulos de renta fija, es buena práctica que tengan distintas fechas de vencimiento (por ejemplo, dentro de un año, dentro de cinco años, dentro de diez años). Esta diversificación temporal le protege contra fluctuaciones de los tipos de interés, y asegura unos ingresos en concepto de cupones durante más tiempo.
7) ¡Cuidado con los costes! Compare bien las tarifas y comisiones de cada entidad. Inciden mucho en la rentabilidad final de su inversión.
Evite realizar un exceso de operaciones en un intento de “ganar al mercado”. Hoy en día es relativamente fácil realizar inversiones especulativas, comprando y vendiendo a muy corto plazo a través de Internet y operar en mercados antes reservados a expertos. Sin embargo, sólo por ser fácil, no es recomendable. Hay que tener una formación muy sólida, dedicar mucho tiempo y esfuerzo y disponer de muy buenas herramientas de análisis en tiempo real. Recuerde que los costes de realizar múltiples transacciones disminuyen la rentabilidad. De hecho, uno de los principales errores del inversor particular es realizar un exceso de órdenes de compra y venta de valores.
8) Empiece a invertir antes que después. De todos los factores que afectan a la acumulación de capital por inversión – cantidad inicial invertida, cantidad de las aportaciones, rentabilidad, tiempo que se mantiene la inversión – el más importante es el factor tiempo.
Recuerde la regla del 72: Es una orientación para saber los años necesarios para que una inversión con interés compuesto doble su valor. Simplemente, hay que dividir 72 entre el tipo de interés.
72 / Tipo de interés = Número de años
Por ejemplo, una inversión con interés compuesto del 6%, doblará en valor en 12 años.
De la misma forma, se puede saber el tipo de interés necesario para que una inversión doble su valor en un número determinado de años.
72 / Número de años = Tipo de interés necesario
9) Evite las modas y los gurús de turno, así como la toma de decisiones emotivas. No persiga los éxitos de ayer. Las rentabilidades históricas no son ninguna garantía de rentabilidad futura. Nadie sabe lo que harán los mercados. La disciplina y paciencia son rasgos importantes para el pequeño inversor. El miedo y la avaricia son sus enemigos. Hay que evitar “comprar caro” cuando los mercados viven momentos eufóricos y “vender barato” en los momentos de crisis.
Ejemplo: Uno de los fondos de inversión con más éxito durante la década de los ochenta, tenía una rentabilidad media anual del 20% durante varios años. Sin embargo muchos pequeños inversores perdieron dinero con este fondo. ¿Cómo? Compraron por avaricia cuando el fondo ya había experimentado una fuerte subida, y luego vendieron, presos del pánico, con la primera bajada.
En cuanto a la disciplina, se recomienda hacer aportaciones periódicas y regulares, aunque sean de pequeña cantidad, en vez de esperar lo que pueden parecer momentos oportunos para invertir cantidades más grandes. Esta táctica reduce riesgos y permite comprar más cuando los precios son bajos, y menos cuando los precios suben. A lo largo, resulta más rentable porque no se pierden los mejores momentos de los mercados, y se aprovecha mejor el poder de los intereses compuestos.
10) Si alguien le ofrece una inversión “demasiado buena para ser verdad” lo más probable es que no sea verdad. Nunca confíe en desconocidos que le ofrecen consejos no solicitados sobre inversiones. La CNMV tiene una publicación sobre los “chiringuitos financieros” que merece la pena leer. Nunca comprometa su dinero sin entender la inversión y los riesgos que conlleva, y recuerde que no existe rentabilidad sin riesgo.
juan carlos dice
muy interesant e,me sirvio …..muchas gracias¡¡¡¡¡¡¡