Una de las estrategias más famosas de los mercados financieros es la de Trend Following, donde el inversor únicamente debe comprar al principio de una tendencia y vender cuando intuye su finalización. La técnica de Swing Trading es un refinamiento de dicha estrategia, donde el trader intenta capturar únicamente los movimientos del precio a favor de la tendencia y, al mismo tiempo, intenta evitar las correcciones en contra.
Normalmente, una Tendencia no es una curva de una pendiente determinada que conecta dos niveles de precio diferentes. En realidad, suele estar compuesta de varias ondas o dientes de sierra. Así, una tendencia alcista, por ejemplo, comenzará con una subida, después vendrá una pequeña corrección, a continuación otra subida con su corrección, y así varias ondas sucesivas. Cada una de estas pequeñas ondas o impulsos se correspondería con un Swing.
La idea del Swing Trading es entrar únicamente en los movimientos del precio que vayan a favor de la Tendencia y evitar las mencionadas correcciones que se producen durante dicha tendencia. De estas forma se maximizarían los beneficios frente a una simple estrategia de Trend Following. Por supuesto, esto es más fácil de decir que de ejecutar.
Vamos a verlo en un ejemplo con Volkswagen, que es como mejor se entienden las cosas. Aquí tenemos un gráfico que muestra su evolución desde el mes de mayo del año pasado. Como vemos, es fácil identificar una impecable tendencia alcista que va desde los mínimos de junio en el nivel 110 euros hasta los máximos de enero en los 176 euros. En total, una subida del +60% que podría haber sido aprovechada por un trend follower (al menos, parcialmente).
Pero, ¿qué vería aquí un swing trader? Si nos fijamos, la tendencia de Volkswagen no es un ascenso constante, sino que se va generando mediante varios impulsos diferentes (en el gráfico se han marcado con las etiquetas «Onda 1», «Onda 2», etc.). Por ejemplo, el primer Swing iría desde el inicio de la tendencia en 110 euros hasta el máximo relativo de los 134 euros; el segundo Swing arrancaría cerca de los 120 euros y llegaría hasta los 136 euros.
En total, la tendencia mostrada estaría formada por 6 Swings bastante claros (no siempre son tan evidentes). ¿Y cuanto se podría haber ganado con cada uno de estos Swings? Con el primero un +21% y con el segundo un +13%. Los restantes podrían haber rendido un +14%, un +21%, un +22% y un +11%. La suma de los 6 swing supone una ganancia potencial del +102%, frente al +60% de la tendencia global. Obviamente, es casi imposible capturar los 6 tramos completos, de ahí el término «ganancia potencial» (pero recordemos que lo mismo ocurre con la tendencia general, es igualmente complicado capturar toda la subida completa).
¿Cuál de las dos estrategias es mejor? ¿Realmente la ganancia potencial superior del Swing Trading lo hacen más rentable? Bueno, ese será el objetivo de un post posterior. Aquí la idea era únicamente explicar cuáles eran las características de este tipo de estrategia frente a un sistema seguidor de tendencias convencional.
Desde luego, algunos operadores preferirán el Swing Trading y otros el Trend Following.
Pues nada, espero que esto os haya aclarado las dudas sobre este tema, sobre todo a aquellos que me habéis mandado mails preguntándome acerca del Swing Trading. El resto lo dejamos para otro día.
Fuente: Tambolsa