Una estrategia es el conjunto de técnicas y conocimientos que se aplican para obtener un objetivo. Si fuéramos Capitán General del ejército español y entramos en guerra el objetivo será claro, ganar la guerra para ello posicionaran sus batallones en el lugar que consideren más adecuados y se encargará de que les lleguen los suministros necesarios. Si somos el director general de una empresa nuestro objetivo será maximizar los resultados para un periodo determinado con unos recursos dados.
Estructura de una estrategia de inversión
Al igual que un capitán general tomará las decisiones en función a su ejército y a su oponente o un director general en base a sus recursos y la competencia, un inversor decidirá sus posiciones en base a sus recursos (a su capital) y al mercado. El objetivo de un inversor será batir a un determinado benchmark o referencia u obtener una rentabilidad en términos absolutos. De esta manera una estrategia de inversión tiene que responder a las siguientes preguntas; ¿qué?, ¿cómo?, ¿cuándo? y ¿cuánto?
Formas de alcanzar el objetivo de rentabilidad
La respuesta a cada una de estas preguntas vendrá determinada por nuestro objetivo final que será obtener una rentabilidad X asumiendo un riego Y. Tenemos que ser conscientes de que no solo vale con alcanzar una determinada rentabilidad, también importa y mucho la forma de hacerlo. De la velocidad y el ruido con el que se mueve nuestra cartera es de lo que trata el actual artículo. Si atendemos al gráfico superior encontramos dos sendas o carteras que llegan al mismo punto final pero una lo hace de forma suave que hemos bautizado como balsa de aceite y la otra que lo hace con grandes dientes de sierra que hemos denominado ulcerosa por el desgaste que proporcionaría a nuestra salud.
De forma intuitiva conocemos las normas básicas de reducir el riesgo. La primera es la diversificación que está estrechamente relacionada con uno de los grandes errores al invertir en mercados financieros que es poner todos los huevos en la misma cesta . Diversificar por activos financieros (renta fija, renta variable, divisas, depósitos…) teniendo en cuenta las correlaciones existentes permitirá reducir la volatilidad de la cartera. No me gustaría acabar este apartado sin mencionar que la diversificación también puede residir en la estrategia que aplicamos
Otra clara forma de reducir el riesgo es invertir en los activos más líquidos disponibles. Entendemos por liquidez el coste de entrada y salida en el mercado. Es decir, a la hora de medir la liquidez tendremos en cuenta las siguientes variables (1) las comisiones del intermediario o bróker, (2) el spread u horquilla medio entre el mejor precio de compra y el mejor precio de venta y (3) el tamaño de la posición que adoptamos con el producto en el que invertimos. Tampoco podemos olvidar el impacto que los impuestos tienen en diferentes productos financieros.
Continuamos, una regla básica más para reducir el riesgo es invertir a favor de tendencia. No vaya en contra del mercado, acompáñelo. Si hay algo que he aprendido en estos años es que el estado más natural del mercado es el “no equilibrio”, los precios de los activos se desmarcan continuamente de sus valoraciones y comenten excesos tanto al alza como a la baja (recuerden las últimas burbujas: .com, inmobiliaria, financiera… y las posibles de ahora bonos, materias primas…). En este apartado les recomiendo que lean el capítulo V del libro La distancia del dinero que se llama La prueba del siglo y donde ponemos a prueba una estrategia tendencial sobre índices bursátiles durante más de un siglo.
Otra recomendación a no saltarse, nunca incremente la exposición en una posición perdedora. En la gestión de carteras existe un ala del conocimiento que se centra en el tamaño de la posición o como incrementarlo o reducirlo en base a la evolución del capital gestionado. Aquí existen dos grandes vertientes. La primera que reside en incrementar las posiciones a medida que va a aumentando el capital en ella podemos encontrar varias aproximaciones en base a la velocidad con la que podemos incrementar la exposición (fixed ratio, fórmula de Kelly, fixed fractional…). La segunda que puede terminar en un resultado desastroso se basa en incrementar la posición cuando se pierde, el conocido como método Martingala. Un método basado en duplicar la posición después de una pérdida que comenzó a utilizarse en los juegos de azar en Francia durante el siglo XVII y que llevó a más de uno a la ruina.
Las respuestas a las preguntas iniciales desde el punto de vista del riesgo
Si se han dado cuenta hemos respondido desde un punto de vista del riesgo a las preguntas básicas que tiene que responder una estrategia de inversión: ¿qué?, ¿cuándo?, ¿cómo? y ¿cuánto? A modo de resumen y si usted quiere sobrevivir y ganar en esto de los mercados financieros tiene que seguir la siguiente receta: tenga una cartera diversificada en activos líquidos, no lleva la contraria al mercado y menos aún incremente su posición cuando pierde dinero. Si respeta estas reglas seguro que su paso por los mercados financieros no será efímero y que se ahorrará unos cuantos disgustos.
Fuente: Estrategias de inversion