Bien, el tema parece fácil y en seguida me vienen a la cabeza unos cuantos errores que he cometido recientemente, nunca se dejan de cometer errores, pero que a los nóveles les sonará a chino. Así que me voy a decantar por hacer una lista con el ABC de los errores que pienso les podrá ser de una mayor utilidad. Se irán dando cuenta que se encuentran entrelazados y cometer uno significa faltar a los anteriores.
El primero de la lista y que es de vital importancia es invertir el dinero que se necesita o que puede llegar a necesitar. Olvídense de utilizar aquel dinero que vayan a necesitar no de aquí a un mes o a un año, piensen un poco más allá, que no necesiten de aquí a varios años si las cosas se tuercen. Fíjense en lo que dice el inversor bursátil más afamado del mundo, Warren Buffet, “Solamente compra algo con lo que puedas estar a gusto si el mercado cierra durante 10 años”.
El segundo gran error, infravalorar el riesgo de la inversión. Antes de plantearse una inversión hay que analizar más los contras que los pros porque el papel lo aguanta todo. Proteger el capital que es un bien escaso es esencial si uno quiere continuar en el mundo de la inversión. Ahora otra cita del señor Buffet, prometo no volver a mencionarlo,“Si no puede ver caer sus acciones un 50% sin ser presa del pánico, no debería invertir en los mercados de valores”.
Vamos a por el tercero, poner todos los huevos en la misma cesta. Diversificar es esencial y depositar todo el capital invertido en una única posición es pecar de (1) exceso de confianza y (2) infravalorar el riesgo de la inversión. Si la posición resulta ganadora volverá a cometer el error hasta que la cesta termine por romperse.
No disponer de una estrategia. La inversión es una combinación de formación y experiencia. El profesional dispone y desarrolla una estrategia que responde a las siguientes preguntas ¿Comprar o vender? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Cuánto? ¿Qué producto financiero? Mejor dedicarse a otra cosa si no dispone de tiempo para adquirir conocimientos que le permitan analizar y tomar posiciones en los mercados financieros.
Dejarse influenciar y no aislarse del entorno. El inversor, aunque escuche o lea diferentes fuentes, tiene que saber las razones por las que tomó una determinada posición. Si realiza operaciones al calor de las noticias o siguiendo los análisis del resto del mercado cometerá los aciertos o los errores de otros y no los suyos propios sin poder avanzar en el aprendizaje.
Pensar en unos ingresos estables. La inversión implica adoptar un riesgo. La evolución de los precios no está bajo nuestro control y por tanto no podemos pretender unos flujos de ingresos constantes. Habrá años buenos y otros malos, meses excelentes y meses nefastos, días extraordinarios y días para haberse quedado en la cama. Pensar que podemos construir un patrimonio que crezca de forma lineal es un grave error.
Establecer objetivos irreales o demasiado ambiciosos. Es bueno fijarse un objetivo numérico en la inversión pero este debe hacerse a largo plazo y en base a un entorno realista. Cuanto más exigente, irreal y a corto plazo sea el objetivo más dificultad para cumplirlo. Planificar a largo plazo y establecer un objetivo acorde con los fundamentos económicos permite ajustarse a la realidad y no llevarse disgustos.
No conocerse a uno mismo. Si las posiciones nos quitan el sueño, nos crean ulceras o nos hacen apretar la mandíbula es que estamos asumiendo demasiada volatilidad y nuestro cuerpo no está acostumbrado. Tendremos que modificar la estrategia y ajustarnos a lo que somos capaces de tolerar. De esta manera evitaremos errores debido a la presión psicológica que nos hace vulnerar nuestro plan.
Bien, al final me han quedado 8 errores que si les damos la vuelta nos encontraremos con una recomendación o un consejo. A alguno de ustedes se le quitarán las ganas de invertir o aproximarse a los mercados tras leer algunos puntos pero como muchas cosas en la vida esta es una opción vocacional que requiere un sacrificio que tiene su recompensa a largo plazo. Al fin y al cabo, en los mercados y en la vida el no arriesgar o el no participar hace que pierdas multitud de experiencias.
Juan Angel Hernandez